En marzo de 1943 el Estado Mayor Imperial japonés hizo un intento de reforzar su presencia en el archipiélago de las Aleutianas. Los japoneses mantenían desde junio del año anterior fuerzas en las islas de Attu y Kiska; estas tropas habían pasado el invierno en unas condiciones durísimas, sometidas a continuos bombardeos estadounidenses y a un bloqueo naval que impedía el abastecimiento de ambas guarniciones. Para romper el bloqueo y enviar a las Aleutianas tropas de refresco y suministros la Marina Imperial reunió una fuerza naval formada por tres transportes (Sanko Maru, Asaka Maru y Sakito Maru) protegidos por una fuerte escolta: los cruceros pesados Maya y Nachi, los cruceros ligeros Abukuma y Tama y cuatro destructores, Wakaba, Ikazuchi, Inazuma y Hatsushima. Al mando de la flota estaba el vicealmirante Boshiro Hosogaya.
Los estadounidenses descubrieron los planes japoneses de enviar refuerzos a la Aleutianas, porque hacía tiempo que descifraban las comunicaciones de la Marina Imperial. Para interceptar a la flota japonesa la Marina estadounidense juntó urgentemente en Dutch Harbor una fuerza naval improvisada, que recibió el nombre de Task Force 16.6. Estaba formada por el crucero pesado Salt Lake City, el crucero ligero Richmond y los destructores Bailey, Dale, Monaghan y Coghlan. Al mando estaba el almirante Charles Horatio McMorris.
El encuentro entre las dos flotas se produjo en la mañana del 27 de marzo a la altura del archipiélago soviético de las Komandorski. Los estadounidenses, que no habían previsto que los transportes estuviesen acompañados por una escolta tan poderosa, no contaban con tener que enfrentarse a dos cruceros pesados. Pero Hosogaya no supo aprovechar su superioridad. La batalla comenzó con un enfrentamiento entre el Richmond y los cruceros Nachi y Maya. Cuando el Salt Lake City acudió en ayuda del Richmond los japoneses cambiaron su objetivo y centraron su fuego en él. El Salt Lake City recibió varios impactos que lo dejaron gravemente dañado, obligando a los estadounidenses a retirarse. Por parte japonesa, tan sólo el Maya recibió algunos impactos sin consecuencias. Para cubrir la retirada del Salk Lake City, MacMorris ordenó el ataque de los destructores, que tuvieron que retirarse tras haber sido alcanzados varias veces por la artillería enemiga sin haber logrado lanzar sus torpedos. Sin embargo, su ataque y las maniobras evasivas a las que obligaron a los cruceros japoneses dieron la oportunidad de huir al Salk Lake City. Hosogaya, que desconocía la magnitud de los daños del buque estadounidense, no continuó con la persecución, y ordenó regresar para proteger a los transportes. Cometió un error aún más grave cuando dio la orden definitiva de retirada. El convoy dio media vuelta y los japoneses perdieron la oportunidad de infringir una derrota a la marina estadounidense y de reforzar sus guarniciones en las Aleutianas. La victoria, al menos en términos estratégicos, fue para los norteamericanos, que habían cumplido su objetivo de impedir el paso del convoy.
La batalla de las Komandorski sentenció a las guarniciones japonesas que ocupaban Attu y Kiska. Sin posibilidad de recibir refuerzos ni suministros, con la excepción de los que llegaban ocasionalmente en submarinos, con los alimentos racionados desde hacía meses, sin el material ni la maquinaria de construcción necesarios para reforzar las defensas y construir aeródromos para hacer frente a la superioridad aérea norteamericana, el fin de la presencia japonesa en las Aleutianas era cuestión de tiempo. Attu fue reconquistada por los estadounidenses en mayo de 1943, en una de las batallas más sangrientas de la guerra en el Pacífico. Para derrotar a los 2.800 japoneses, entre soldados y trabajadores, 15.000 soldados estadounidenses necesitaron tres semanas (frente a los tres días previstos). Tan sólo veintinueve japoneses fueron hechos prisioneros y sobrevivieron a la batalla. Sin embargo, en agosto, cuando 34.000 soldados estadounidenses desembarcaron en Kiska tras una formidable preparación artillera, se encontraron con una isla desierta. Sorprendentemente, tres semanas antes los 6.000 defensores japoneses habían sido evacuados logrando romper el bloqueo sin que los norteamericanos se enterasen de nada.
Puede ser interesante plantearse qué habría ocurrido si el resultado de la batalla de las Komandorski hubiese sido distinto. Si los japoneses hubiesen roto el bloqueo y hubiesen conseguido reforzar a las guarniciones en Attu y Kiska, y además ocupar alguna isla cercana y finalizar la construcción de aeródromos que les diesen cobertura aérea para acabar con las continuas incursiones de los bombarderos estadounidenses, la defensa japonesas de las Aleutianas se habría visto enormemente reforzada. Si además esto ocurría después de una victoria naval frente a la flota del contraalmirante McMorris (y recordemos que las Aleutianas eran territorio norteamericano ocupado por los japoneses, con el valor propagandístico que eso les daba), la cantidad de recursos desviados al Pacífico Norte por los estadounidenses habría sido mucho mayor. Una vez reconquistadas las islas ocupadas por los japoneses, los estrategas norteamericanos se plantearían seriamente utilizar esas fuerzas para atacar Japón desde el norte, a través del archipiélago de las Kuriles. La ruta de ataque desde el norte, utilizando las Aleutianas como plataforma ofensiva contra las Kuriles, fue varias veces planteada por los planificadores estadounidenses, aunque finalmente fue descartada para no distraer fuerzas de los teatros de operaciones del Pacífico Central y Suroeste. Sin embargo, en el caso de que la presencia militar norteamericana en el Pacífico Norte hubiese sido mucho mayor a consecuencia de las operaciones para reconquistar las Aleutianas, es posible que los estadounidenses se hubiesen decidido por la ofensiva desde el norte, cambiando toda la estrategia estadounidense para la guerra en el Pacífico.
Como dato final, la batalla de las islas Komandorski fue la única batalla naval en la guerra en el Pacífico librada a la vieja usanza, únicamente a cañón, sin que llegasen a intervenir en ningún momento la aviación ni los submarinos.
Representación artística de la flota de Hosogaya, con el crucero ligero Tama en primer término:
Fuentes:
http://mundosgm.com/smf/index.php/topic,4244.0.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_las_Islas_Komandorski
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