Jerzy Sosnowski nació en 1896 en Leopolis, la actual Lvov ucraniana, en aquella época capital de la parte de Galitzia perteneciente al Imperio Austrohúngaro. Su familia, sin ser de clase alta, tenía una posición económica acomodada (su padre era ingeniero y propietario de una empresa de construcción). Cuando estalló la Primera Guerra Mundial Sosnowski tenía 18 años. En agosto de 1914 se alistó en la Primera Legión Polaca de Infantería y posteriormente, a finales de ese año, se incorporó a la academia de oficiales de caballería de Holitz. Tras su graduación fue destinado al Frente Oriental. Después de la independencia de Polonia en el otoño de 1918, Sosnowski se unió al nuevo ejército polaco. Fue destinado al 8º Regimiento Ulano del Príncipe Jozef Poniatowskiy, donde se distinguió combatiendo a los soviéticos en la Guerra Ruso-polaca.
Después de la guerra fue ascendido a capitán y obtuvo el mando de un escuadrón de caballería del 8º Regimiento. Excelente jinete, Sosnowski participó en aquella época en espectáculos ecuestres en París y Berlín.
En 1926 el capitán Sosnowski se incorporó al Segundo Departamento del Estado Mayor General, la inteligencia militar polaca. Después de un breve periodo de adiestramiento fue enviado a Berlín. En Alemania se dio a conocer con una falsa identidad, Ritter von Nalecz, un barón polaco firme defensor de Alemania y opositor acérrimo de Josef Pilduski, el dictador que gobernaba Polonia. Además se presentaba como un anticomunista radical y miembro de una organización militar secreta antibolchevique. El supuesto barón, joven, elegante, atractivo, buen conversador, pronto comenzó a ser conocido en los círculos sociales de Berlín. Se hizo amante de la baronesa Benita von Falkenhayn, esposa del ex-jefe del Estado Mayor del Ejército Imperial, Erich von Falkenhayn. En diciembre de 1926 la convenció para que colaborase con la inteligencia polaca, que pudo aprovecharse de sus contactos para lograr un conocimiento detallado del Estado Mayor alemán.
Poco después Sosnowski logró captar para su red a un funcionario de las oficinas del Abwehr en Berlín llamado Günther Rudloff, gracias a que le debía una importante cantidad de dinero por una deuda de polo. Pero Rudloff fue una excepción, porque Sosnowski no solía usar el soborno para conseguir información. En su lugar recurría a una de las armas más utilizadas en la historia del espionaje: el sexo. Por eso la mayor parte de los colaboradores de Sosnowski eran mujeres. Entre sus conquistas, además de la mencionada Benita von Falkenhayn, destacaban dos funcionarias del Reichswehrministerium, la sede del Reichswehr en Berlín. Irene von Jena y Renate von Natzmer. Otras colaboradoras fueron Lotta von Lemmel e Isabel von Tauscher, también del Reichswehrministerium. Su forma de conseguir información sin duda requiere unas habilidades que no están al alcance de cualquiera. Y Sosnowski demostró ser un maestro. Por ejemplo, Irene Von Jena odiaba a los polacos, por lo que Sosnowski la tuvo que conquistar haciéndose pasar por un periodista inglés llamado Graves. Más tarde le reveló su verdadera identidad y la convenció para que trabajase para él.
Hasta 1934, ya con los nazis en el poder, la red de Sosnowski consiguió una gran cantidad de información sobre todo tipo de cuestiones políticas, militares y diplomáticas alemanas. Entre otras cosas, los polacos pudieron conocer los acuerdos secretos de colaboración militar e industrial entre Alemania y la URSS a los que se llegaron en los años 20, o los planes operativos del ejército alemán para el caso de que estallase una guerra con Polonia.
Tantos y tan rápidos éxitos hicieron despertar sospechas en Varsovia. En el Segundo Departamento hubo quien empezó a pensar que Sosnowski era un agente doble. Pero como continuaba enviando información extraordinariamente valiosa las sospechas fueron olvidadas, al menos temporalmente.
En el otoño de 1933 la Gestapo descubrió la red de espionaje polaca, probablemente por la traición del teniente Jozef Gryf-Czajkowski, predecesor de Sownowski como jefe del espionaje polaco en Berlín y agente doble al servicio de los alemanes. La Gestapo pudo contar además con la colaboración de una amante de Sosnowski (sí, otra más), la actriz alemana Maria Kruse, loca de celos.
El 27 de febrero de 1934 Jerzy Sosnowski fue detenido por la Gestapo. En los días siguientes hubo más detenciones, entre las que se encontraban tres de las amantes de Sosnowski: Benita von Falkenhayn, Renate von Natzmer, e Irene von Jena. Günther Rudloff se libró de la detención argumentando que era él quien utilizaba sus contactos con Sosnowski para obtener información de los polacos. Años después la Gestapo encontró más pruebas contra él y comenzó a presionarle. Rudloff terminó suicidándose en julio de 1941 para evitar la detención y la ejecución.
El proceso por espionaje contra Sosnowski y sus amantes se inició en febrero de 1935. El 16 de ese mismo mes se dictaron las sentencias: Benita von Falkenhayn y Renate von Natzmer fueron condenadas a muerte, Irene von Jena y el propio Sosnowski a cadena perpetua. Dos días después Benita y Renate fueron decapitadas en la prisión de Plötzensee. Fueron las últimas ejecuciones por decapitación por hacha en Alemania. A partir de entonces, por orden de Hitler, sólo se utilizarían la horca y la guillotina.
En abril de 1936 Sosnowski logró salir de prisión cuando fue intercambiado por tres agentes alemanes que habían sido capturados por los polacos. Pero su libertad no duró mucho tiempo. En Varsovia, donde siempre habían desconfiado de los sorprendentes éxitos de Sosnowski, fue acusado de ser un doble agente. En marzo de 1938 fue conducido ante un tribunal militar acusado de traición a la patria. Sosnowski negó todos los cargos. El 17 de junio de 1939 fue declarado culpable de traición y colaboración con Alemania y condenado a 15 años de prisión. Sosnowski tenía intención de apelar la sentencia, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939 lo impidieron.
En el caos provocado por la invasión alemana se pierde la pista de Sosnowski. Hay varias versiones muy distintas de lo que ocurrió con él a partir de septiembre de 1939. Según un informe fue evacuado de la cárcel, trasladado al este y finalmente fusilado por sus guardianes cerca de Brzesc nad Bugiem o Jaremcze el 16 o el 17 de septiembre.
Otro informe señala que Sosnowski en efecto recibió un disparo, pero sobrevivió y posteriormente fue capturado por el NKVD. Fue arrestado el 2 de noviembre de 1939, y trasladado a la Lubianka, la sede del NKVD en Moscú, por orden de Pavel Sudoplatov. Allí, tras reunirse con funcionarios de la inteligencia soviética, aceptó cooperar con ellos. Al parecer trabajó como experto en asuntos polacos y alemanes y participó en interrogatorios de prisioneros polacos.
Tras el estallido de la guerra entre Alemania y la URSS en 1941, Sosnowski, que se había convertido ya en un veterano agente del NKVD, sirvió como instructor en una escuela de espionaje en Saratov, donde en 1943 fue ascendido al rango de coronel. Ese mismo año supuestamente fue destinado a la Polonia ocupada por los alemanes para colaborar con los comunistas del Armia Ludowa (Ejército del Pueblo). Al parecer durante el Alzamiento de Varsovia, en septiembre de 1944, se encontraba en la capital polaca, donde probablemente murió. Ivan Serov, hombre de confianza de Beria, sostuvo que Sosnowski fue ejecutado en 1944 por el Armia Krajowa (el Ejército Nacional, la principal organización de resistencia polaca, anticomunista). Por contra, Pavel Sudoplatov, responsable de las operaciones especiales del NKVD en territorio enemigo, declaró en 1958 que Sosnowski fue ejecutado en 1945 por orden de Nikita Kruschev. Por último algunas fuentes rusas niegan que Sosnowski aceptase colaborar con el NKVD y afirman que murió en mayo de 1942 en Saratov, durante una huelga de hambre, cuando permanecía aún prisionero de los soviéticos. El misterio sobre su muerte continúa.
Fuentes:
http://bellum.com.pl/polski-james-bond/
http://en.wikipedia.org/wiki/Jerzy_Sosnowski
http://en.wikipedia.org/wiki/Benita_von_Falkenhayn