Blue Peacock ("pavo real azul") era el nombre en clave que recibió un proyecto británico de arma nuclear táctica de la década de los 50. Se trataba de una mina nuclear de 10 kilotones contenida en una carcasa de acero, con un peso conjunto de 7,2 toneladas. La mina sería enterrada y detonada a distancia por cable o por medio de un temporizador programado para ocho días. La carcasa estaba presurizada, y contaba con un dispositivo antimanipulación con sensores de presión e inclinación que la harían detonar a los diez segundos en caso de detectar movimiento o pérdida de presión (si la bomba era trasladada o la carcasa perforada). El arma fue desarrollada entre 1954 y 1957 por el RARDE (Royal Armament Research and Development Establishment) en su centro de investigación de Fort Halstead, en Kent.
En julio de 1957 el ejército británico solicitó diez Blue Peacocks para ser enviadas a Alemania Occidental. El plan consistía en sembrar las llanuras del norte de Alemania con minas nucleares que serían detonadas en caso de invasión soviética. Se conseguiría así destruir instalaciones estratégicas tras la retirada aliada y al mismo tiempo impedir al enemigo la ocupación del terreno por un tiempo considerable a causa de la contaminación radiactiva. Entre los objetivos escogidos había plantas hidroeléctricas, instalaciones industriales, refinerías de petróleo, nudos ferroviarios y canales. Los diez dispositivos solicitados habrían tenido el poder explosivo combinado de más de cinco bombas atómicas como la que destruyó Nagasaki. Pero las minas nunca llegaron a colocarse. En febrero de 1958 el Ministerio de Defensa canceló el proyecto por razones políticas. Lógico, ya que se trataba del despliegue de armas nucleares pensadas para utilizarse en el territorio de un país aliado.
Antes de eso los británicos habían tenido que esforzarse en solucionar algunos problemas técnicos que les planteaba el plan. Uno de ellos era que en el norte de Alemania los inviernos eran muy fríos, y la temperatura de un objeto enterrado allí durante varios días podía llegar a ser realmente baja. Los técnicos del AWE (Atomic Weapons Establishment) de Aldermaston, en Berkshire, estudiaron varios métodos para evitar que el frío pudiese provocar fallos en la electrónica de las minas. La solución más razonable fue la de envolver las bombas en mantas aislantes de fibra de vidrio. Pero también hubo alguna propuesta más imaginativa. Alguien sugirió que se podían meter pollos vivos dentro del mecanismo de las bombas. Encerrados allí con un suministro suficiente de semillas y agua, podían permanecer con vida durante una semana o más, y su calor corporal bastaría para mantener los componentes electrónicos a su temperatura de trabajo.
En 2004, cuando el gobierno británico desclasificó la información relativa a Blue Peacock, y con ella los documentos que explicaban la extravagante idea de los pollos encerrados dentro de las bombas, muchos pensaron que alguien podía haberlos añadido a los informes originales para hacer una broma. Tom O'Leary, responsable de servicios online y educación de los Archivos Nacionales, tuvo que desmentirlo a la prensa: "Parece una inocentada, pero no lo es. La Administración Pública no hace chistes".
Fuentes;
http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/3588465.stm
http://www.theguardian.com/uk/2003/jul/17/world.jamiewilson
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