Después de la Primera Guerra Mundial el planeta se llenó de nuevas fronteras. Los imperios Austrohúngaro y Otomano se desintegraron tras la derrota. También desapareció el Imperio Ruso, a cuya caída siguió una larga y caótica guerra civil. Se podía añadir un cuarto imperio, China, inmersa en un periodo de inestabilidad que aprovecharon las potencias extranjeras para ganar influencia. Y para completar la lista, estaban los imperios coloniales clásicos, que tuvieron que luchar contra el crecimiento de los sentimientos nacionalistas en sus colonias. Cuando se negociaron los diversos tratados firmados en la postguerra, en los que se desplazaron muchas fronteras y se trazaron otras nuevas, las comunidades nacionales que habían formado aquellos grandes imperios aspiraron a que se les reconociese el derecho a tener su propio estado. Muchas no lo consiguieron. Algunas alcanzaron la independencia de facto pero sin lograr el reconocimiento internacional, y otras acabaron convertidas en estados títeres de alguna potencia. Esta es una lista de algunos de aquellos estados, todos ellos desaparecidos tras una corta existencia. Básicamente se dividen en dos grupos: territorios que proclamaron su independencia para oponerse a las ambiciones imperialistas de una potencia, y territorios que proclamaron su independencia bajo la protección de una potencia para servir a sus intereses geoestratégicos. En ambos casos, tuvieron difícil lograr el reconocimiento internacional. Circunstancias opuestas, mismo final.
Esta no es una lista exhaustiva. Se podrían añadir algunos estados más aparecidos y desaparecidos entre, digamos, 1919 y 1939 (varios surgidos durante la guerra civil rusa, por ejemplo), pero he descartado los demasiado efímeros, los que apenas llegaron a tener control efectivo sobre su territorio teórico, y algunos que por la importancia que tuvieron en la historia no son tan desconocidos, como la Ciudad Libre de Danzig o Manchukuo. Además, cuando llegué al número redondo dejé de buscar.
República del Rif
En 1921 el cadí Abd el-Krim, líder del movimiento anticolonial en el Rif, logró unir a las distintas tribus rifeñas y organizar una sublevación general en la zona norte del Protectorado Español de Marruecos. En julio de 1921 los rifeños consiguieron una aplastante victoria militar en Annual, que supuso el abandono español de todos los puestos avanzados del interior del territorio. Aunque la guerra continuaba, el control de las tropas españolas se limitaba prácticamente a las ciudades (Ceuta, Melilla, Tetuán y Larache). En septiembre de 1921 Abd el-Krim convocó a los representantes de las cabilas a una reunión en la que se acordó la proclamación de la independencia del Estado Republicano Rifeño. Tras ser nombrado emir o presidente del consejo, Abd el-Krim formó un reducido gobierno compuesto por él mismo, un vicepresidente (su propio hermano) y cuatro ministros. La República inició una intensa actividad diplomática, solicitando su ingreso en la Sociedad de Naciones y ofreciendo el establecimiento de relaciones amistosas con España y Francia (que como era de esperar optaron por no reconocer al nuevo estado). En septiembre de 1925 tropas españolas y francesas desembarcaron en Alhucemas e iniciaron la reconquista del territorio. En mayo de 1926 la República del Rif fue disuelta. Abd el-Krim se entregó a los franceses, que le deportaron a la isla de Reunión.
Estado Libre de Fiume
Fiume (la actual Rikeja croata) era un puerto del Adriático perteneciente al Imperio Austrohúngaro. En 1919, cuando el Tratado de Trianon dispuso que la ciudad pasase al recién creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia), un alzamiento nacionalista italiano encabezado por el poeta Gabrielle D'Annunzio se hizo con la ciudad expulsando a las tropas de ocupación aliadas. La intención inicial de D'Annunzio era lograr la anexión de Fiume a Italia, pero cuando sus propuestas fueron rechazadas optó por proclamar la independencia de la ciudad con el nombre de Estado Libre de Fiume, nombrándose a sí mismo Duce (un título que poco después le copiaría Mussolini). En 1920 Italia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos firmaron el Tratado de Rapallo, que fijaba las fronteras entre los dos países. Aunque aceptaba la independencia de Fiume, el tratado también reconocía la integridad territorial de Yugoslavia. D'Annuncio rechazó el acuerdo y declaró la guerra a Italia. En diciembre de 1920 la armada italiana bombardeó la ciudad y obligó al poeta-dictador a rendirse. En 1924, dos años después de la llegada de Mussolini al poder, Fiume fue ocupada por las tropas fascistas y anexionada a Italia. Pasó a Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial.
República de Lemko
Otro pequeño estado nacido de la desmembración de Imperio Austrohúngaro fue la República Popular Rutena de los Lemkos, proclamada el 5 de diciembre de 1918 en el oeste de Rutenia, en torno a la ciudad de Florynka. Su origen estuvo en el rechazo de la población local a quedar integrados en la República Nacional de Ucrania Occidental, el estado formado por los territorios del Imperio Austrohúngaro habitados por ucranianos. Los lemkos eran pro-rusos (como los que están tan de moda últimamente) y no estaban dispuestos a caer bajo el dominio ucraniano. Como la unión a Rusia era totalmente inviable, solicitaron su unión con la Rutenia Subcarpática y la anexión de ambos territorios a Checoslovaquia como provincia autónoma. Pero los rutenos subcarpáticos rechazaron la propuesta y optaron por unirse a Ucrania, dejando a los lemkos aislados en una pequeña franja entre Polonia, Ucrania y Checoslovaquia. En marzo de 1920, durante la guerra polaco-soviética, los polacos se anexionaron la República de Lemko, poniendo fin a su breve historia como estado independiente. En la actualidad el territorio que la formaba pertenece a Polonia. En 1947 los lemkos fueron dispersados y reasentados por la fuerza en otras provincias polacas.
República de los Montañeses
La República de las Montañas del Cáucaso Septentrional (también conocida como República de los Montañeses) fue un estado que reunió a distintos pueblos musulmanes del Cáucaso ruso (en los actuales territorios de Chechenia, Ingusetia, Osetia del Norte, Kabardino-Balkaria, Daguestán y Stavropol). La Unión de Pueblos del Cáucaso Norte, un movimiento nacionalista que aglutinaba a las distintas etnias de la región, nació en 1917, en el caos que siguió a la Revolución de Febrero y la abdicación del zar. Estos pueblos tenían ya una larga tradición de lucha por su independencia, y en el siglo XIX habían mantenido durante veinticinco años una guerra contra la ocupación rusa liderados por el imán Shamil (uno de cuyos nietos estaba entre los fundadores de la nueva república). Tras su declaración de independencia, el 11 de mayo de 1918 (en plena guerra civil rusa), la República fue reconocida por Alemania, el Imperio Otomano, Azerbaiyán y Georgia. Los montañeses resistieron a los ejércitos blancos hasta enero de 1920, cuando los rojos llegaron en su auxilio. En un principio los soviéticos fueron recibidos como libertadores, pero pronto los montañeses se volvieron también contra ellos cuando incumplieron su promesa de crear una república autónoma caucásica. En junio de 1920 el Ejército Rojo acabó definitivamente con la República de los Montañeses.
República del Lejano Oriente
La República del Lejano Oriente fue un estado teóricamente independiente que controlaba todo el extremo oriente ruso. En 1920, con los japoneses ocupando Vladivostok y otras regiones de Siberia, Lenin decidió que tenía que ceder territorio en el este para concentrar sus esfuerzos en la guerra en Europa (eso mismo había hecho dos años antes en el oeste, con la paz de Brest Litovsk). Así, no solo permitió la creación de un estado bajo protección japonesa en las remotas regiones siberianas, sino que incluso llegó a reconocerlo oficialmente. La República fue proclamada en Chitá el 6 de abril de 1920. Tras la firma de la paz con Polonia y la mejoría de la situación interna, Rusia volvió sus ojos al Lejano Oriente. Las tropas soviéticas atacaron y ocuparon Chitá, pero continuaron reconociendo la República, cuyo gobierno se había instalado en Vladivostok bajo la protección japonesa. Lenin aún creía que necesitaba un estado tampón entre la Rusia soviética y el Imperio Japonés para evitar un enfrentamiento directo. En junio de 1922 la presión internacional llevó a Japón a anunciar su retirada de Siberia, acabando con todas las esperanzas de supervivencia de la República. La retirada japonesa se completó en octubre de 1922. Los soviéticos conquistaron Vladivostok sin oposición, y el 15 de noviembre la República del Lejano Oriente se integró en la URSS.
República Popular de Tuvá
La República Popular de Tuvá (o Tannu Tuvá) fue un estado nacido durante la guerra civil rusa en el territorio de un antiguo protectorado del Imperio Ruso situado en la frontera con Mongolia. En agosto de 1921, con el apoyo del gobierno soviético, los bolcheviques tuvanos tomaron el poder y proclamaron la República Popular. En 1926 un tratado entre la URSS y Mongolia reconoció la independencia del país. En los años siguientes, el gobierno tuvano, encabezado por Donduk Kuular, fue alejándose progresivamente de Moscú y estableciendo lazos cada vez más estrechos con Mongolia, llegando a instaurar el budismo como religión oficial. En 1929 un golpe de estado promovido por los soviéticos depuso a Kuular (que fue ejecutado) y llevó al poder a un gobierno comunista, dirigido por Salchak Toka, que impulsó las granjas colectivas (un trabajo difícil, ya que la gran mayoría de los tuvanos habían sido educados en una cultura nómada) y persiguió el budismo y el chamanismo. El 25 de junio de 1941, tres días después del ataque alemán a la URSS, Tuvá entró en la Segunda Guerra Mundial declarando la guerra a Alemania. El 11 de octubre de 1944 el parlamento tuvano aprobó su incorporación a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como el Oblast Autónomo de Tuvá. En la actualidad Tuvá es una república de la Federación Rusa.
Reino del Kurdistán
Las nuevas fronteras resultantes del colapso del Imperio Otomano tardaron varios años en fijarse. Aunque los cambios territoriales fueron inicialmente acordados en el tratado de Sèvres, este nunca llegó a entrar en vigor por diferencias irreconciliables entre Turquía y las potencias aliadas. Habría que esperar al tratado de Lausana, firmado en julio de 1923, para poner un poco de orden en el caótico Oriente Próximo. En ese tiempo los kurdos aprovecharon el vacío de poder para tratar de proclamar un estado independiente. No lo tenían fácil, ya que nadie había contado con ellos en las negociaciones y su país había sido dividido entre las potencias: la parte norte del Kurdistán seguía en manos turcas, el territorio del actual Irak pasó oficialmente a formar el Mandato Británico de Mesopotamia, y Siria se convirtió en un protectorado francés. En octubre de 1921 el jeque Mahmud Barzanji declaró la independencia del Reino del Kurdistán y se autoproclamó rey del nuevo estado. Los turcos intervinieron y acabaron en poco tiempo con el incipiente estado. En septiembre de 1922, los británicos, que habían logrado el control de Sulimania (la capital de Kurdistán iraquí), recurrieron a Barzanji para frenar un posible expansionismo turco y le nombraron gobernador de la provincia. Nada más llegar al cargo, Barzanji se rebeló de nuevo (esta vez contra los británicos) y volvió a proclamarse rey. Su reinado duró hasta julio de 1924, cuando fue depuesto por las tropas británicas.
República del Turkestán Oriental
La República del Turkestán Oriental fue una república islámica proclamada el 12 de noviembre de 1933 en el oeste de China, en el extremo occidental de la actual región autónoma de Sinkiang. Sus habitantes eran mayoritariamente de la etnia uigur, con minorías kazaja y han (hubo debates sobre si el estado debía llamarse "Turkestán Oriental" o "Uiguristán"). Su capital era la ciudad-oasis de Kashgar, un histórico centro político y comercial de la Ruta de la Seda. En 1934 las tropas del Kuomintang (la 36ª División, formada por chinos musulmanes de la etnia hui) derrotaron al ejército de la República en la batalla de Kashgar y ejecutaron a los dos emires, Abdullah Bughra y Nur Ahmad Jan Bughra, poniendo fin al estado uigur. En 1944 nació en el norte de Sinkiang una segunda República del Turkestán Oriental con la protección de la Unión Soviética (era de hecho un estado títere de Moscú), que mantuvo su independencia nominal hasta su conquista en 1949 por las fuerzas de Mao Zedong. En la actualidad sigue habiendo un fuerte movimiento islamista e independentista en la región.
Mengjiang
Conocido también como Mengkukuo o Mongokuo, Mengjiang fue un estado surgido en lo que hoy es la región autónoma china de Mongolia Interior, siguiendo el ejemplo de Manchukuo, el estado de sus vecinos manchúes. Bajo la protección del ejército Kwantung (el ejército japonés en Manchuria), Mengjiang proclamó su independencia el 12 de mayo de 1936. La élite dirigente la formaban los príncipes de los clanes mongoles más importantes, aunque el 80% de los habitantes del nuevo país eran chinos de la etnia Han. El jefe del estado era un noble mongol llamado Demchugdongrub. Pero en realidad Mengjiang era un estado títere en manos del ejército Kwantung, con su gobierno totalmente controlado por los "asesores" militares japoneses. El objetivo de Japón era debilitar a China utilizando el nacionalismo mongol, aunque el nuevo estado les causó problemas inesperados y nunca permitieron que tuviese demasiada autonomía, ya que los nacionalistas mongoles mostraban peligrosas ansias expansionistas contra la República de Mongolia, con un gobierno pro-soviético (lo que ocasionaba graves tensiones entre Japón y la URSS) e incluso contra la propia Manchukuo. Mengjiang sobrevivió hasta la derrota japonesa en agosto de 1945, cuando fue conquistado por tropas soviéticas y mongolas. Después de la guerra se reintegró en China.
Terranova
Terranova era una colonia británica que en 1907 adquirió el status de Dominio, con un nivel de autogobierno que en la práctica le convertía en un estado independiente, al igual que su vecina Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Era un territorio poco poblado, de clima duro, con una economía basada en la pesca, la minería y la industria maderera. En 1931 el Estatuto de Westminster le concedió la independencia dentro de la Commonwealth Británica, considerada como una asociación libre entre iguales unidos por la lealtad común a la Corona. Pero Terranova nunca llegó a ratificarlo. El 16 de febrero de 1934 su Parlamento aprobó la renuncia del país al autogobierno para volver a convertirse en una colonia británica. Es uno de los pocos casos en la historia en el que una colonia regresó voluntariamente al yugo de la antigua metrópoli. Las razones fueron una desastrosa situación económica, con el país destrozado por las consecuencias de la Gran Depresión, y los graves escándalos de corrupción que afectaron a muchos de sus dirigentes políticos, y que en abril de 1932 habían obligado al primer ministro Richard Squires a huir del país cuando una multitud enfurecida asaltó la sede del gobierno. En 1949 Terranova recuperó su autogobierno, pero en lugar de convertirse en un estado independiente optó por unirse a Canadá.
Las guerras -y las entreguerras- es lo que tienen, que fabrican nuevas fronteras e impiden otras, sepultando en el olvido viejas aspiraciones nacionales, como las del ignorado pueblo kurdo. Echo en falta en la relación los Países Catalanes y la República Independiente de mi Casa. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué afortunado eres, Cayetano. Mi casa es una monarquía absoluta. Y el monarca no soy yo
EliminarUn saludo.
Puedes incluir también al Reino del Hiyaz, independiente desde la WWI hasta que se lo "merendaron" los saudíes.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Reino_del_Hiyaz
Es cierto, es una ausencia destacada. Gracias por la aportación.
EliminarSeguro que alguien puede sugerir algún otro estado más que merezca estar también en la lista.
Tras la caída del régimen zarista surgieron un montón de Repúblicas Soviéticas de efímera duración, que acabarían siendo incorporadas a la URSS. Incluso hubo una República Soviética de Galicia (de la Galitzia polaca, claro). Hubo también proclamaciones de Repúblicas Socialistas en Baviera y Alsacia. Y tras la guerra, el estado alemán del Sarre fue autónomo durante una década, con gobierno, constitución y moneda propios, llegando incluso a participar en la Olimpiadas y en las eliminatorias para el Mundial de fútbol de 1954. Saludos, Nonsei.
EliminarLa mayoría de aquellas repúblicas soviéticas tuvieron una vida muy corta. Se podría incluir la República Popular de Corasmia, que menciona Gluntz, y alguna más.
EliminarEn el periodo de entreguerras el Sarre era un territorio administrado por la Sociedad de Naciones, sin órganos de gobierno propios, así que no creo que en aquellos años se pueda considerar un territorio independiente (a diferencia de la Ciudad Libre de Danzig, que a pesar de estar también bajo la tutela de la Sociedad de Naciones contaba con un senado autónomo).
Un saludo, Iakob.
Excelente entrada, como siempre. Muy completo, incluido el aporte de las banderas. Saludos desde Argenitna
ResponderEliminarGracias, Félix.
EliminarEl autoproclamado consejo soberano de asturias y león en 1937 es otro ejemplo
ResponderEliminarBueno, como expliqué en la introducción, no quise incluir ni estados demasiado efímeros ni aquellos que apenas llegaron a tener control efectivo sobre su territorio teórico.
EliminarDe todas formas, gracias por la sugerencia.
La República Popular de Corasmia, que fue independiente durante tres años antes de que la URSS la fagocitara, también podría incluirse en esta lista, así como la República de Tripolitania, que se declaró independiente de la Libia Italiana en 1919, hasta que en 1922, volvió a ser un dominio italiano y la República de Tripolitania pasó de nuevo a formar parte de la Libia Italiana.
EliminarSaludos, Nonsei
Me gusta la República de Tripolitania para la lista. Corasmia es una de las muchas repúblicas que aparecieron y desaparecieron entre la caída del zar y el nacimiento oficial de la URSS.
EliminarUn saludo, Gluntz.
Interesante, Algunos países de estos ni los conocía, Como Terranova, también Santo Domingo, volvió a ser español a solicitud suya, para recuperar su independencia más tarde, otra vez.
ResponderEliminarUn Saludo.
Cierto, aunque la separación no fue amistosa, como en el caso de Terranova. La República Dominicana tuvo tres guerras de independencia en cuarenta años (contra España, Haiti y otra vez España).
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