Proyecto X-Ray

El Proyecto X-Ray (o "Rayos X") fue el plan estadounidense para bombardear Japón utilizando murciélagos. La idea era bastante sencilla aunque difícil de poner en práctica: se trataba de colocar bombas de napalm a millones de murciélagos y después soltarlos sobre las ciudades japonesas.

Había cuatro factores que hacían parecer viable el plan:

- El gran número de murciélagos que había en los Estados Unidos.
- Los murciélagos son unos animales que pueden transportar cargas relativamente grandes, superiores a su propio peso.
- Hibernan, y por lo tanto no dan muchos problemas “logísticos” y de transporte.
- Son animales nocturnos, que se ocultan durante el día.

El plan consistía en lanzar durante la noche grandes cantidades de murciélagos sobre las ciudades japonesas con pequeñas bombas incendiarias adosadas a su cuerpo. Al llegar el día los animales se refugiarían en los tejados de las casas, entre las vigas y en muchos otros lugares ocultos que encontrasen. Entonces las cargas incendiarias detonarían, activadas mediante un temporizador, y provocarían por todas partes millares de pequeños incendios imposibles de controlar.

La idea fue de un odontólogo llamado Lytle S. Adam, que en enero de 1942 escribió una carta a la Casa Blanca proponiendo que se estudiase su viabilidad. La carta llamó la atención de William Donovan, uno de los más cercanos consejeros del presidente Roosevelt, que pasó la propuesta al NDRC (National Defense Research Committee, o Comité de investigación de Defensa Nacional). El señor Adam fue contratado para ayudar en la elección de la especie idónea y en el suministro de murciélagos. Las bombas fueron diseñadas por el inventor del napalm en persona, Louis Fieser. Creó dos tipos de pequeñas bombas incendiarias, de 17 y 28 gramos, activadas por temporizador.


Se diseñó un contenedor de murciélagos similar a una cubierta de bomba, con capacidad para 26 bandejas apiladas, cada una de ellas equipada con un pequeño paracaídas y con capacidad para 40 murciélagos. Los contenedores se lanzarían desde una altura de 5.000 pies, las bandejas se separarían en el aire y a 1.000 pies de altura se abrirían los paracaídas. El cálculo era que un bombardero B-24 podría transportar y lanzar cien de estos contenedores, por lo que en una sola incursión de diez bombarderos se podría liberar a más de un millón de murciélagos-bomba sobre el objetivo (las ciudades industriales de la Bahía de Osaka).


La Fuerza Aérea, que era la que en esa fase estaba desarrollando el proyecto, hizo varias pruebas, en las que quedó demostrado que el gran problema era que el comportamiento de los animales era impredecible y los objetivos alcanzados por un ataque con murciélagos habrían sido totalmente aleatorios. Una de las pruebas estuvo a punto de terminar con la destrucción de la base aérea de Carlsbad, en Nuevo México, cuando los murciélagos se escaparon de la zona de ensayos y fueron a refugiarse a un depósito de combustible.

En agosto de 1943 la Fuerza Aérea traspasó el proyecto a la Marina, que fue la que lo bautizó con el nombre en clave de "X-Ray". El plan sufrió algunas modificaciones: los murciélagos no serían lanzados en paracaídas desde bombarderos, sino transportados por un submarino y liberados durante la noche frente a las costas japonesas. Para hacer la prueba definitiva el Servicio de Guerra Química construyó en un polígono de pruebas de Utah una réplica de una ciudad japonesa. Los resultados de la prueba fueron alentadores, y los observadores del CEDR concluyeron que el X-Ray era un arma mucho más eficaz que las bombas incendiarias convencionales. Se programaron más pruebas, pero en el verano de 1944 el programa fue cancelado por orden del almirante Ernest J. King, cuando fue informado de que no se completaría como mínimo hasta mediados de 1945. Se calcula que hasta entonces se habían invertido dos millones de dólares en el proyecto.

Y eso que para conseguir la financiación tenían que competir con otros proyectos absurdos en los que se derrochaba el dinero. Jack Couffer era un naturalista que formaba parte del equipo de investigadores de X-Ray, y que muchos años después publicó un libro en el que contaba la historia del proyecto. En el libro Couffer reproduce esta simpática conversación, que tuvo lugar cuando uno de sus compañeros regresó de un viaje que había hecho a Washington tratando de conseguir fondos para el proyecto:


- En Washington me he enterado de la cosa más endemoniada que os podéis imaginar - dijo Doc cuando regresó de Washington DC - Un general con el que me reuní para tratar de los créditos confundió nuestro proyecto secreto con otro proyecto secreto que al parecer existe en alguna parte. Es la tontería más tonta de la que habéis oído hablar. Y, evidentemente, ese proyecto tiene el respaldo del presidente y se están tirando millones de dólares en él.


Von Blocker miró a través del humo y frunció el ceño.

- Aquel general prácticamente me echó de su oficina, de lo furioso que estaba por la pérdida de tiempo y dinero. "¿No me diga que usted es el que que promueve esa idea loca de hacer bombas de átomos?". Me pasé un tiempo infernal convenciéndole que no tenía nada que ver con ese fraude - continuó Doc.

- ¿Qué son los átomos? - preguntó Frank Benish.

- Las partículas más pequeñas de la materia. Ya sabes, todo está hecho de células. Se rompen las células y tienes algo aún más pequeño: los átomos. Algo por el estilo.

- ¿Y piensan que pueden hacer bombas con ellos? - Benish sacudió la cabeza. (...).

- ¿Te lo puedes imaginar? - dijo Doc - ¡Ellos están tirando millones, y yo no puedo conseguir un coche personal y un conductor!

- ¿Dónde está pasando eso? - preguntó Von Blocker.

Doc se encogió de hombros. 

- Tan pronto como se enteró de que yo no tenía nada que ver con eso se calló. Pero al principio pensó que yo estaba involucrado cuando dije que estábamos trabajando en Nuevo México.

- ¡Increíble! - dijo Von Blocker.

- ¡Sí! Conseguimos que funcione una cosa segura, como los murciélagos bomba, algo que realmente podría ganar la guerra, y ellos jugando con sus diminutos átomos. Me dan ganas de llorar.


Fuentes: 
http://en.wikipedia.org/wiki/Bat_bomb 
http://www.historynet.com/top-secret-wwii-bat-and-bird-bomber-program.htm
http://www.murdoconline.net/archives/2367.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Jack_Couffer


4 comentarios:

  1. Cuando estaba leyendo lo de murciélagos creí que era el nombre común de alguna máquina pero veo que eran murciélagos de verdad! Si llegan a hacerlo hubiera sido catástrofico supongo pero claro, si su comportamiento no es totalmente predecible podía salirles muy caro, un saludo :)

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  2. Je, pues sí, eran murciélagos de verdad.
    Podía haber sido un arma terrible. No sé si has visto murciélagos alguna vez en las vigas de una casa vieja. Les gusta meterse en sitios así, entre las vigas y las tablas de los tejados, por ejemplo. En las ciudades japonesas, en las que la inmensa mayoría de los edificios eran de madera, muy juntos, con calles estrechas... Un porcentaje bastante alto de los miles de pequeños fuegos que provocarían los murciélagos podían convertirse en grandes incendios simultáneos. Los bomberos se verían desbordados. Podían haber arrasado una ciudad entera. Por suerte nunca sabremos si habría funcionado.
    Un saludo.

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