En una fecha no determinada de agosto o septiembre de 1941, cuando Estados Unidos era todavía un país neutral, el SIM (Servizio Informazioni Militare, el servicio secreto italiano) vio la oportunidad de hacerse con las claves de comunicaciones utilizadas por los agregados militares estadounidenses entre sus embajadas y Washington, conocidas como Black Code (“Código Negro”). Con la colaboración de dos empleados italianos de la embajada estadounidense en Roma, el SIM consiguió una copia de la llave de la caja fuerte del agregado militar, Norman Fiske. Con la llave en su poder, una noche dos carabineros de la “Sección P” del SIM entraron en la embajada, de nuevo con la ayuda de los dos empleados italianos que les facilitaron el acceso, y se llevaron el libro de códigos de la caja fuerte de Fiske. Después de fotografiarlo lo devolvieron a la caja esa misma noche, antes de que alguien pudiese echarlo en falta.
Cuando Estados Unidos entró en la guerra el robo del libro de códigos se convirtió en un inesperado regalo que daba acceso a los servicios de inteligencia italianos a las comunicaciones más secretas del enemigo. Los italianos se encontraron con un instrumento que podría ser decisivo para el desarrollo de las operaciones militares si encontraban alguna fuente que utilizase las comunicaciones diplomáticas para transmitir informaciones de gran valor estratégico. Y eso fue lo que ocurrió. Poco tiempo después de la entrada de los estadounidenses en la guerra el coronel Frank Bonner Fellers, un graduado en West Point íntimo amigo del general MacArthur, fue destinado a El Cairo como agregado militar, con la función de servir de oficial de enlace con el ejército británico. Los estadounidenses no cambiaron sus códigos diplomáticos después de su entrada en el conflicto, por lo que Fellers enviaba sus informes a Washington codificados con las claves capturadas meses antes por los servicios secretos italianos.
Fellers comenzó a enviar regularmente al Departamento de Guerra en Washington informes detallados sobre la situación de las fuerzas británicas en Egipto. El agregado militar informaba de todo: composición y movimientos de unidades, armamento, moral de los combatientes... Los mensajes de Fellers eran fácilmente reconocibles por el encabezamiento y la firma, ya que el oficial los mandaba siempre a MILID WASH (Military Intelligence Division, Washington) o AGWAR WASH (Adjutant General, War Department, Washington) y estaban siempre firmados con FELLERS. El SIM interceptaba esos informes y los descodificaba, convirtiendo a Fellers en una valiosísima (e involuntaria) fuente de información para las fuerzas del Eje en el norte de África. El SIM, aunque no compartía con los alemanes el origen de la información, les pasaba regularmente las transcripciones de los informes descodificados. Los informes eran enviados finalmente a Rommel, que se refería a ellos como "die gute Quelle" ("la buena fuente"), como muestra del valor que les daba.
El envío de los informes comenzó en enero de 1942, coincidiendo con el inicio de la ofensiva de Rommel que expulsó a los británicos de Cirenaica. Rommel pudo disponer de información de primera mano sobre la situación y la fuerza real de las unidades blindadas británicas o de su fuerza aérea. En los meses siguientes recibió muchas otras informaciones que resultaron de gran utilidad para el Eje en África.
Posiblemente el mensaje interceptado más importante fue el que puso sobre aviso a las fuerzas del Eje sobre las operaciones Vigorous y Harpoon, dos convoyes con destino a Malta enviados desde Gibraltar y Alejandría, respectivamente, entre el 14 y el 16 de junio de 1942. En apoyo al envío de los convoyes, previamente se ejecutarían operaciones de comandos contra aeródromos del Eje en el norte de África y un ataque aeronaval contra la flota italiana en Tarento. El ataque a Tarento fue un éxito relativo. Siete de los doce Beaufort armados con torpedos que participaban en él fueron derribados por los cazas italianos antes de que pudiesen establecer contacto con los buques enemigos, pero los torpederos supervivientes lograron hundir al crucero Trento y dañar gravemente al acorazado Littorio. Las incursiones contra los aeródromos fracasaron totalmente, después de que Fellers revelase involuntariamente al enemigo los planes británicos, lo que permitió que los días posteriores los aviones del Eje pudiesen lanzar continuos ataques contra los convoyes aliados. El convoy de Gibraltar se vio obligado a retirarse, del de Alejandría tan sólo llegaron a Malta dos mercantes de un grupo de seis. El coste total de ambas operaciones para la Royal Navy y la RAF fue de un acorazado, cinco destructores, dos dragaminas, seis buques mercantes y más de veinte aviones. La desesperada situación de Malta se agravó, la isla se quedó sin ninguna capacidad ofensiva y parecía condenada a la inanición.
Poco tiempo después Fellers pudo “ayudar” involuntariamente a Malta cuando en uno de sus informes describía la gravísima situación de las tropas británicas en Egipto. Comunicaba a Washington que los británicos habían sido totalmente derrotados y que Rommel tenía en sus manos la conquista de El Cairo y el delta del Nilo. El informe pudo influir en la decisión de Hitler de apoyar la ofensiva de Rommel y suspender la Operación Hércules, el asalto aerotransportado a Malta, que ya no consideraba necesario.
Pero al mismo tiempo que los italianos descifraban los códigos diplomáticos estadounidenses, los británicos hacían lo propio con las comunicaciones militares alemanas. Los italianos enviaban las transcripciones de los informes de Fellers a los alemanes, que cuando los retransmitían nuevamente a Rommel utilizaban como es lógico sus propios códigos. Cuando los criptoanalistas británicos comenzaron a descifrar los informes de Fellers transmitidos por los alemanes pronto llegaron a la conclusión de que había un fallo de seguridad en las comunicaciones estadounidenses. Ya antes de eso, en febrero de 1942, los británicos habían avisado a los estadounidenses de que sus comunicaciones diplomáticas no eran seguras y que ellos mismos las estaban descodificando. Unos meses más tarde, alguna indiscreción en alguno de los mensajes interceptados les hizo sospechar que el enemigo tenía acceso a las comunicaciones entre Washington y un oficial aliado destinado en El Cairo. Los británicos informaron a los estadounidenses, que cambiaron inmediatamente los códigos. Desde ese momento, el 26 de junio de 1942, el Eje se quedó sin las informaciones de Fellers. El 10 de julio, los aliados consiguieron confirmar sus sospechas cuando el batallón de transmisiones 621º del Afrika Korps fue capturado por los ingleses sin haber tenido tiempo de destruir sus documentos, entre los que se encontraron las transcripciones de varios mensajes de Fellers. La captura del batallón de transmisiones 621º fue otro revés para Rommel. Su eficaz sistema de escuchas de las radiocomunicaciones británicas era la otra gran fuente de inteligencia de la que disponía, y había perdido ambas en un plazo de dos semanas y en el peor momento posible, en el punto decisivo de su ofensiva. Entre sus fuerzas y El Cairo o Alejandría tan sólo se interponía una última línea defensiva, en torno a El Alamein. Pero desde ese momento iba a tener que tomar sus decisiones sin ningún conocimiento sobre las fuerzas y las intenciones del enemigo.
Poco tiempo después Fellers fue trasladado a Estados Unidos y dejó El Cairo. Alguien podría pensar que se trataba de un castigo, pero lo cierto es que él no hizo nada reprobable (no era culpa suya que las claves que le ordenaban utilizar no fuesen seguras). Así, unos meses después el coronel Fellers fue condecorado con la Medalla de Servicios Distinguidos por su buen trabajo como agregado militar en El Cairo, citando que “sus informes al Departamento de Guerra han sido modelos de claridad y precisión”. Posiblemente Rommel le hubiese condecorado por el mismo motivo si hubiese tenido ocasión.
Fuentes:
Jon Latimer: El Alamein
http://www.historynet.com/intercepted-communications-for-field-marshal-erwin-rommel.htm
http://it.wikipedia.org/wiki/Furto_del_Black_Code
http://www.cripto.es/enigma/boletin_enigma_55.txt
No hay comentarios:
Publicar un comentario