Downfall
A comienzos de agosto de 1945 Japón estaba derrotado. Desde noviembre de 1944 los B-29 con base en las Marianas habían estado machacando sin descanso las ciudades y las instalaciones industriales japonesas. Los submarinos estadounidenses, aniquilando la flota mercante japonesa, estaban dejando al país sin suministro de petróleo y las materias primas esenciales. El 8 de mayo la rendición de Alemania dejó a Japón solo conta todo el poderío militar norteamericano y británico, y todo hacía prever que la URSS pronto se uniría a su lista de enemigos. La conquista de Okinawa dio a los estadounidenses una base desde la que los B-17 y B-24 podían sumarse a los B-29 de las Marianas en su campaña de bombardeos masivos del territorio japonés. Los territorios que aún conservaban en el sudeste asiático habían quedado incomunicados con la metrópoli. Más tarde, a partir del mes de julio, comenzó el minado masivo de las aguas del Mar del Japón, con el que se quería conseguir que también China, Manchuria y Corea quedasen aislados del archipiélago japonés. Incluso comenzó a minarse del Mar Interior, lo que también amenazaba las comunicaciones internas entere las distintas islas. A pesar de todo, no se preveía una rendición. Los japoneses habían rechazado el ultimátum que los aliados les habían dado en Postdam, y se estaban preparando para librar la batalla definitiva en su propio territorio. Los norteamericanos, por tanto, comenzaron a preparar la conquista del Japón (iba a ser una campaña fundamentalmente estadounidense, con la participación casi testimonial de la flota del Pacífico británica).
El plan estadounidense constaba de dos fases:
- Operación Olympic, que comenzaría el 1 de noviembre de 1945, y tendría como objetivo la invasión del sur de Kyushu, la más meridional de las islas mayores del archipiélago japonés.
- Operación Coronet, prevista para el 1 de marzo de 1946, constaría de una serie de desembarcos en Honshu, la isla principal, y la conquista de Tokio.
El conjunto de ambas operaciones recibió el nombre de operación Downfall (Caída). El objetivo era completarla en el plazo de un año, contando a partir del final de la guerra en Europa.
El plan de Olympic consistía en el desembarco de tres cuerpos de ejército en la costa sur de Kyushu, con la cobertura aérea de 34 portaaviones y la aviación con base en tierra que operaba desde Okinawa. Una vez ocupada la mitad sur de Kyushu (la región central de la isla es muy montañosa, y sería fácilmente defendible de contraataques desde el norte, por lo que no se consideraba necesaria la ocupación de toda la isla), la marina norteamericana tendría una base para penetrar en el Mar Interior, y acabar con todas sus comunicaciones marítimas entre los puertos japoneses. Al mismo tiempo, la aviación ligera podría alcanzar Tokio, y los bombarderos B-17 y B-24 tendrían a su alcance todo el territorio japonés.
Coronet consistía en una serie de desembarcos en la costa oriental de Honshu, y el avance a través de la llanura de Kanto hasta Tokio. Para Coronet etstaba prevista la utilización del doble de divisiones que en Olympic, pero se esperaba mucha menos resistencia, ya que lo mejor del ejército japonés habría sido aniquilado en la defensa de Kyushu, y los bombardeos aéreos impedirían a los japoneses reponer el armamento destruído. Además, se podría contar con tropas de los países aliados, ya disponibles. Se contaba con la posibilidad de que los japoneses se rindieran antes, y la Operación Coronet no fuese necesaria.
Había una alternativa a Olympic, que sería conseguir una victoria sobre Japón por estrangulamiento: continuar con la campaña de bombardeo estratégico y el bloqueo naval, reforzar China, y esperar la entrada de la URSS en la guerra y su ataque a Manchuria y Corea. Sin embargo, a nadie le hacía gracia la idea de continuar la guerra de forma indefinida esperando a la rendición japonesa. La mayoría de los mandos militares coincidían en que la invasión era inevitable. Otra alternativa que se barajó después, cuando se tuvo constancia de que la defensa en Kyushu iba a ser más fuerte de lo previsto inicialmente, fue la ocupación de Hokkaido, la más septentrional de las grandes islas japonesas. Estaba mucho menos defendida, y podía servir igualmente como base para las fuerzas terrestres, navales y aéreas, como paso previo para la posterior invasión de Honshu, pero suponía un problema para los ya sobrecargados medios de transporte norteamericanos, al aumentar en más de 1.000 millas la distancia a recorrer desde los Estados Unidos y Europa. Además, no se contaría con el apoyo desde Okinawa.
Operación Downfall:
Olympic
Las fuerzas navales estadounidenses se dividirían en dos grandes grupos:
- La 3a Flota, mandada por el almirante William "Bull" Halsey, se extendería a lo largo de las costas orientales de Honshu y Hokkaido, con 21 portaaviones y 10 acorazados rápidos, para impedir los movimientos de las fuerzas japonesas. Formando parte de la 3a Flota estaría la Task Force 37 británica.
- La 5a Flota, al mando del almirante Raymond Spruance, sería la fuerza de asalto. Contaría con 26 portaaviones, reforzados con 8 más de la 3a Flota en el momento de la invasión, 13 acorazados, 20 cruceros, 139 destructores, 167 destructores de escolta, y barcos auxiliares para un total de 800 buques de guerra. Las tropas y el equipo se transportarían dsesde las Filipinas y las Marianas en 1.500 transportes.
La 20a Fuerza Aérea seguiría con la campaña de bombardeo estratégico contra el archipiélago japonés. El apoyo táctico a la invasión estaría a cargo de la 5a, 13a y 7a Fuerzas Aéreas.
El día D estaba fijado para el 1 de noviembre. El 24 de octubre comenzaría el bombardeo naval, con acorazados, cruceros y destructores disparando miles de toneladas de explosivos en las zonas de desembarco. También unos días antes del día D, el 27 de octubre, tendría lugar un desembarco preliminar, a cargo de la 40a División de Infantería, en una serie de pequeñas islas al oeste y suroeste de Kyushu. El día 28, el 158o RCT (Equipo Regimental de Combate) ocuparía la isla de Tanega Shima. Esas islas servirían como bases de hidroaviones, y se instalarían radares que sirvieran como centros de control aéreo para los aviones que diesen cobertura a los desembarcos principales. Además servirían como fondeaderos de emergencia para los buques de la flota de asalto. La experiencia de Okinawa había demostrado la utilidad de contar con esos fondeaderos seguros para los buques dañados o que no se necesitasen en el área de desembarco.
El 1 de noviembre, día D, tendría lugar el desembarco principal, simultáneamente en tres sectores. En el este, las divisiones de infantería 25a, 33a y 41a desembarcarían cerca de Misayaki y avanzarían para capturar la ciudad y su campo de aviación. En el sur, la 1a División de Caballería y la División Americal desembarcarían en el interior de la bahía de Ariake y tratarían de capturar Shibushi, y la ciudad de Kanoya con su campo de aviación. En el oeste desembarcaría el V Cuerpo Anfibio, formado por las divisiones 2a, 3a y 5a de Infantería de Marina, enviando a continuación la mitad de sus fuerzas a Sendai y la otra mitad a la ciudad portuaria de Kagoshima.
El 4 de noviembre la fuerza de reserva, formada por las divisiones de infantería 81a y 98a y la 11a División Aerotransportada, después de simular un ataque a la isla de Shikoku, desembarcarían (si no se precisaban para reforzar otro sector) en el extremo sur de la bahía de Kagoshima. Se esperaba que la conquista y ocupación total de la mitad sur de la isla llevaría un máximo de 4 meses. Si era necesario, desembarcarían tres divisiones de refresco al mes.
Operación Olympic:
Ketsu-Go
Ketsu-Go era el nombre del plan japonés para la defensa del archipiélago. Toda la población japonesa estaba siendo preparada para la lucha a muerte que se iba a desarrollar. Bajo el lema "La Gloriosa Muerte de los Cien Millones" el gobierno japonés estaba movilizando en masa a los civiles: obreros industriales, agricultores y estudiantes, acogiéndose a la Ley del Servicio Militar Voluntario de enero de 1945, formaron una fuerza combatiente de 28 millones de hombres, armados con viejos fusiles, cócteles Molotov, arcos, espadas, o simplemente lanzas de bambú.
En el verano de 1945 los estadounidenses suponían que la fuerza aérea japonesa había sido prácticamente aniquilada. Los bombarderos arrasaban las ciudades y las instalaciones militares e industriales japonesas sin oposición. Los ataques
kamikaze a la flota estadounidense, que en Okinawa habían hundido 32 buques y dañado otros 400, habían cesado por completo. La estimación de la inteligencia aliada era que al Japón le quedaban unos 2.500 aviones de todo tipo, de los que unos 300 serían utilizados en ataques suicidas. Pero la realidad era muy distinta. Los japoneses habían estado reservando sus aviones, pilotos y combustible para enfrentarse a la invasión. Se habían preparado campos de aviación camuflados por todo Japón y Corea, y especialmente en el sur de Kyushu. En pequeños talleres repartidos por todo el país, ocultos en minas, túneles o sótanos, se habían seguido fabricando aviones. Cuando Japón se rindió, el Ejército japonés tenía 5.651 aviones, y la Marina otros 7.074, para sumar un total de 12.725 aviones de todo tipo. Aproximadamente la mitad de ellos iban a ser utilizados en ataques suicidas (los aparatos más antiguos, los aviones de entrenamiento, o los nuevos modelos diseñados expresamente para misiones kamikaze, que se estaban fabricando masivamente).
La mayor parte de esta fuerza iba a ser enviada al sur de Kyushu, mientras se esperaba que la nueva producción sustituyese a los aviones retirados en Honshu. Sólo el primer día de la invasión los japoneses esperaban utilizar 2.000 aviones de combate para enfrentarse a la aviación norteamericana, mientras otros 2.000 kamikazes se lanzarían contra los transportes de tropas en sucesivas oleadas de entre 200 y 300 cada una. Los planificadores japoneses esperaban poder mantener los ataques suicidas durante diez días. Al final, todo avión superviviente sería utilizado en ataques kamikaze.
Los ataques aéreos comenzarían cuando la flota de invasión llegase a una distancia de 180 millas de Kyushu, coordinados con el ataque de los 40 submarinos que le quedaban a la Marina Imperial. Además la Marina aún contaba con 2 cruceros y 23 destructores operativos, que serían enviados contra la flota estadounidense. Algunos de los destructores serían varados en el último momento en las playas de invasión, para ser utilizados como plataformas defensivas. Más cerca de la costa, los norteamericanos serían atacados con las "armas especiales":
submarinos enanos,
torpedos tripulados, y
lanchas cargadas de explosivos. El objetivo era que las pérdidas provocadas al enemigo fuesen tan elevadas antes del desembarco, que los norteamericanos renunciasen a él y se retirasen.
Distribución de las fuerzas japonesas en abril de 1945:
Defensa de Kyushu
Si finalmente los estadounidenses lograban desembarcar, les estarían esperando las defensas en tierra. A diferencia de lo que ocurrió en Okinawa, donde los japoneses permitieron los desembarcos enemigos y presentaron batalla en el interior de la isla, y a pesar de que Kyushu también era una isla muy montañosa, ideal para su defensa en el interior, el plan japonés era aniquilar a los norteamericanos en las playas.
Los japoneses contarían en el sur de Kyushu con un total de 14 divisiones, 7 brigadas mixtas independientes, 3 brigadas acorazadas, y millares de tropas navales y voluntarios mal armados, haciendo un total de 790.000 hombres. En gran parte serían tropas de calidad, de lo mejor del ejército japonés, bien alimentadas y equipadas. Tendrían preparadas redes de comunicaciones camufladas, en muchos casos subterráneas, para que los movimientos de tropas y suministros no pudiesen ser detectados desde el aire. Las fuerzas japonesas se dividirían en dos grandes grupos, uno a cada lado de la bahía central de la isla. En cada una de las probables zonas de invasión se situaría una defensa estática en las mismas playas, con la misión de mantener una defensa suicida, y una reserva móvil en el interior, que sería la encargada de contraatacar y enviar a los norteamericanos de vuelta al mar.
A las tres divisiones que desembarcarían en Mizayaki se les opondrían tres divisiones japonesas, y dos más en segunda línea preparadas para el contraataque. En la bahía de Ariake, dos divisiones estadounidenses se enfrentarían a una división y una brigada independiente. En el oeste, donde desembarcarían las tres divisiones de la Infantería de Marina, estarían esperándoles tres divisiones de infantería, una brigada mixta, una brigada acorazada y un mando de artillería. Otras dos divisiones más estarían esperando para lanzar el contraataque. En la bahía de Kagoshima, donde tenía previsto desembarcar la fuerza de reserva el día D+4, se encontrarían dos divisiones, dos brigadas independientes y millares de tropas navales.
A lo largo de la costa se construirían obstáculos, fortines, bunkers, se emplazarían baterías costeras y se colocarían millares de minas. Centenares de
buzos suicidas esperarían a las lanchas de desembarco bajo el agua, armados con pértigas explosivas. Otros hombres, enterrados en la arena con cargas de demolición atadas al cuerpo, esperarían el paso de los vehículos norteamericanos para abalanzarse sobre ellos. En las playas, los atacantes estarían sometidos al fuego de
ametralladoras, francotiradores, morteros y artillería, a las minas, las trampas explosivas, y a las unidades suicidas ocultas bajo tierra esperando para contraatacar. La artillería pesada estaría en las montañas del interior, en gran parte en emplazamientos subterráneos, preparada para crear una cortina de fuego en las playas.
Si lograban salir de las playas, los norteamericanos se enfrentarían a las defensas ocultas en las montañas, con fortines y blocaos interconectados entre sí por kilómetros de túneles.
Defensas japonesas en Kyushu en julio de 1945:
Coronet
La fecha prevista para el comienzo de Coronet, la invasión de la región central de Honshu y la conquista de Tokio, era el 1 de marzo de 1946. El bombardeo naval y aéreo comenzaría el día D-15. El día D habría dos asaltos anfibios simultáneos. El 1er Ejército desembarcaría al este de Tokio, al sur de Kujukuri, con cuatro divisiones, para asegurar una cabeza de playa. El día D+5, con el añadido de dos divisiones más, se desplazaría a través de la península para despejar el lado este de la bahía de Tokio y para avanzar hacia el norte y tomar la ciudad portuaria de Choshi. Simultáneamente, el 8o Ejército desembarcaría con cuatro divisiones en la bahía de Sagami, al sur de Tokio, para establecer otra cabeza de puente y ocupar la base naval de Yokosuka y la península de Miura. El D+10 dos nuevas divisiones desembarcarían y se dirigirían al norte para aislar Tokio desde el norte. Otras unidades ocuparían las ciudades portuarias de Yokohama y Kawasaki. Hacia el D+30 el 1er Ejército avanzaría sobre Tokio a través de la llanura de Kanto. En total intervendrían 28 divisiones, repartidas en los ejércitos 1o, 8o y 11o, con la posibilidad de enviar más divisiones desde Estados Unidos o Europa si fuesen necesarias. Tendrían el apoyo de 30 grupos aéreos, toda la Flota del Pacífico y la Flota del Pacífico británica.
Operación Coronet:
Bajas
Si en el momento de aprobarse la operación Olympic el cálculo de bajas era bastante modesto, aumentó mucho cuando se fue descubriendo en parte la magnitud de los preparativos defensivos japoneses. Las estimaciones iniciales se hicieron teniendo como modelos los desembarcos en el golfo de Lingayen, Okinawa y Normandía. Sin embargo, es dudoso que un desembarco anfibio en Kyushu pudiese compararse con los tres anteriores. En
Tarawa, un desembarco de los Marines contra una playa bien defendida causó un número de bajas mucho más alto de lo esperado. A partir de entonces los estadounidenses cambiaron de táctica, y en vez del desembarco por sorpresa, realizaban siempre un bombardeo masivo previo en las zonas de invasión. Eso llevó a los japoneses a variar a su vez sus tácticas, y en Okinawa y en el golfo de Lingayen no opusieron ninguna resistencia a los desembarcos, y renunciaron a la defensa de las playas y la trasladaron a las montañas del interior. Pero en Kyushu estaban preparando ambas formas de defensa, en las playas y en las montañas.
Los planificadores estadounidenses contaban con que los ataques kamikaze serían detectados por los radares a tiempo de enviar a interceptarlos a los aviones que daban cobertura a la operación desde los portaaviones. Los que lograsen pasar serían derribados por el fuego antiaéreo de los buques. Sin embargo, en Okinawa los kamikazes lograron alcanzar a 400 buques de guerra. En Kyushu contarían con la ventaja de la proximidad a tierra y la cobertura de las montañas, en lugar de los ataques en mar abierto de Okinawa. Otra diferencia era que en Kyushu el objetivo prioritario serían los transportes de tropas, en lugar de los portaaviones y los buques de guerra. Cada transporte alcanzado por los kamikazes podía aumentar el número de bajas en varios centenares.
La estimación de bajas del almirante William Leahy para Olympic era de más de 250.000 soldados norteamericanos muertos o heridos. Para el general Charles Williughby, jefe de Inteligencia de Mac Arthur, el número total de bajas estadounidenses para la operación Downfall sería de 1,000.000 de hombres, una cifra redonda que se ha citado en muchas ocasiones. El número de bajas japonesas no se tuvo en cuenta por los planificadores. Si los defensores presentaban una defensa suicida, como en Iwo Jima y Okinawa, la gran mayoría de ellos resultarían muertos en la lucha. Las bajas civiles japonesas son imposibles de calcular. Puede que se contasen en millones.
Pero la guerra terminó más de dos meses antes del comienzo de la invasión. Aunque no se hubiesen producido los bombardos atómicos, muchas otras cosas pudieron haber ocurrido de forma distinta a la esperada. El efecto de los bombardeos aliados sobre las defensas japonesas y sobre sus movimientos de tropas y suministros, el endurecimiento del bloqueo naval, la entrada de la URSS en la guerra, que posiblemente obligase a los japoneses a reforzar sus defensas en el norte, la división en el gabinete japonés, la moral de la población civil, entre otros muchos factores, pudieron haber debilitado la resistencia japonesa. En el momento de la
rendición se entregaron en Kyushu 216.627 soldados japoneses, una cifra superior a la que habían calculado los estadounidenses, pero todavía muy inferior a la que estaba previsto que haría frente a la invasión.
Fuentes:
http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/8141/downfall.html
http://home.att.net/~sallyann4/invasion2.html
http://www.ww2pacific.com/downfall.html
http://www.fas.org/irp/eprint/arens/chap4.htm
http://en.wikipedia.org/wiki/Operation_Downfall