Otra entrada en la que, aprovechando que se está disputando el Mundial, voy contar una curiosidad relacionada con el baloncesto (será la última, lo prometo).
Entre los partidos que se juegan hoy hay uno que enfrenta a dos campeones de Europa: España... y Egipto.
Lo de España tiene menos misterio. Ha sido la gran dominadora del baloncesto europeo en la última década. Ganó dos Eurobasket consecutivos, en 2009 y 2011, y pudieron ser más (una lástima la inexplicable derrota frente a Rusia en la final de 2007).
En proporción, el palmarés de Egipto es envidiable. En sus tres participaciones en los campeonatos europeos de selecciones ha conseguido un título y una medalla de bronce. En la postguerra era la única selección de baloncesto que existía en África (lo cierto es que era uno de los pocos estados independientes del continente, junto a Liberia, Etiopía y la Unión Sudafricana, esta última dentro de la Commonwealth británica), así que su federación nacional jugaba los torneos internacionales organizados por la rama europea de la FIBA. El Campeonato Europeo de Baloncesto de 1947 se disputó en Checoslovaquia, y fue dominado por los países de lo que ya empezaba a conocerse como bloque comunista. En la final, la Unión Soviética, que había reunido una gran selección aprovechando la tradición baloncestística de los estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia, convertidos en repúblicas soviéticas), ganó sin muchos problemas a los anfitriones y comenzó un reinado que prometía ser duradero.
Pero en 1948 un hecho que no tenía ninguna relación con el baloncesto interrumpiría aquel reinado. A inicios de ese año las potencias ocupantes y las autoridades civiles de lo que más tarde sería la República Federal de Alemania decidieron introducir en el territorio bajo su jurisdicción una nueva moneda, el Deutsche Mark. La reforma monetaria, que no había sido consensuada con los soviéticos, suponía una independencia económica de facto de Alemania Occidental y perjudicaba gravemente la economía de la parte oriental, muy dependiente del comercio con el oeste. La respuesta de Stalin, en junio de 1948, fue ordenar un bloqueo en todos los accesos terrestres a Berlín Occidental. A su vez los estadounidenses respondieron con un gigantesco puente aéreo, con el que pretendían (y consiguieron) abastecer a la población de Berlín Occidental de todos los alimentos, combustibles y suministros que necesitaban para resistir el bloqueo soviético. En aquel clima de tensión, que parecía el preludio de una nueva guerra mundial, la URSS decidió retirarse como protesta de todos las competiciones deportivas internacionales. El resto de países comunistas hicieron lo mismo.
La organización de la edición de 1949 del Campeonato Europeo de Baloncesto correspondía a la Unión Soviética, como país defensor del título. Al retirarse los soviéticos, la anfitriona tendría que haber sido Checoslovaquia, medalla de plata. Pero los checos secundaron el boicot, así que el torneo se iba a celebrar en el país de los terceros clasificados: Egipto. En 1947 los egipcios habían dado la gran sorpresa, con un torneo casi perfecto, en el que solo habían perdido un partido (en la segunda fase, contra la URSS) y habían derrotado a Bélgica, Italia, Albania, Polonia, Bulgaria, y nuevamente Bélgica en el partido por el tercer y cuarto puesto.
Así que el Campeonato Europeo de Baloncesto de 1949 se celebró en El Cairo, en una pista de cemento al aire libre. La retirada a última hora de todos los países del bloque comunista dejó un torneo muy descafeinado. Tan solo participaron siete selecciones, entre las que había dos asiáticas que nunca hasta entonces se habían clasificado para un torneo de ese nivel, Siria y Líbano. Se disputó con el formato de liga, con todas las selecciones encuadradas en un único grupo. Egipto ganó sus seis partidos y se proclamó campeón directamente. El medallero lo completaron Francia (plata) y Grecia (bronce).
Egipto aún tendría una tercera participación en un campeonato europeo. Fue en Moscú, cuatro años más tarde, en 1953, en un torneo que dominó la URSS de principio a fin. Los egipcios tuvieron una participación honrosa, quedando en octava posición con 4 partidos ganados y 6 perdidos.
Durante el partido, Antoni Daimiel comentó que Egipto había ganado el Eurobasket de 1949. No mencionó el boicot del bloque soviético. Según él, la poca participación se debió a que poco antes hubo un accidente aéreo de un equipo de fútbol (el Benfica) y las selecciones tenían miedo a los desplazamientos. Seguramente la poca participación, también de selecciones del oeste, se debió a una combinación de ambos factores, el miedo a viajar en avión a Egipto y la bajada de calidad que suponía el boicot.
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