Una pregunta de las que ponen a prueba al típico amigo enciclopedia-deportiva-andante que todos tenemos, aprovechando que hoy empieza el Mundial de Baloncesto. Lo cierto es que la respuesta no es nada obvia, y seguro que sorprenderá a más de uno. Estamos acostumbrados a ver cómo el baloncesto norteamericano está dominado por enormes e hipermusculados jugadores de raza negra. Pero el primero que logró romper las barreras raciales en el baloncesto profesional estadounidense pertenecía a un grupo étnico que no destaca precisamente por su altura ni por sus condiciones atléticas... ni por su afición al basket. Además, hizo su carrera deportiva en unos años en los que tuvo que enfrentarse a los prejuicios y la hostilidad de buena parte de sus conciudadanos.
Wataru "Wat" Misaka era un nisei (hijo de emigrantes japoneses) nacido en 1923 en Ogden, en el estado de Utah. Era un jugador más bien bajo (1'70 metros) que se había destacado en sus años de instituto liderando a su colegio en la consecución del campeonato estatal de Utah dos años seguidos. En 1943 se matriculó en ingeniería en la Universidad de Utah y se unió al equipo de baloncesto (en gran parte del oeste del país el gobierno había decretado el internamiento forzoso de los ciudadanos de origen japonés, pero Utah había quedado fuera de la zona de exclusión). En 1944 ganaron el torneo universitario de la NCAA. Poco después Misaka hizo un paréntesis en sus estudios para alistarse en el Ejército. Se licenció en 1946 con el rango de sargento, después de un año sirviendo como intérprete para las fuerzas de ocupación en Japón. A su regreso volvió a jugar con el equipo de su universidad. En 1947 recibieron una invitación para jugar un torneo de exhibición en Nueva York. Se hicieron con el título venciendo en la final a la Universidad de Kentucky, una de las más poderosas, en un partido disputado en el mítico Madison Square Garden. Allí Misaka llamó la atención de los técnicos del equipo local, los New York Knicks.
Los Knicks seleccionaron a Misaka en el Draft de 1947 y le ofrecieron un contrato profesional. Debutó en la BAA (Basketball Association of America, hoy conocida como NBA) en la temporada 1947/48, jugando tan solo tres partidos en los que anotó un total de 7 puntos. A mitad de la temporada fue cortado. Según Misaka, la única razón por la que prescindieron de sus servicios era que el equipo tenía demasiados jugadores en su posición. Siempre negó que sufriese algún tipo de discriminación por parte de sus técnicos, sus compañeros o el público neoyorquino. Rechazó una oferta de los Harlem Globetrotters, un famoso equipo de exhibición compuesto en su totalidad por jugadores de raza negra, y regresó a Utah para terminar sus estudios universitarios. Poco después encontró trabajo de ingeniero en una empresa de Salt Lake City y dejó definitivamente el baloncesto.
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