Los kaiten eran torpedos modificados como armas suicidas. La palabra “kaiten” significa “cambio en el cielo”, queriendo indicar la esperanza de que la nueva arma supusiese un cambio en el curso de la guerra, cuando los japoneses estaban ya en una situación desesperada.
Se diseñaron de cinco tipos distintos (aunque el único que llegó a ser utilizado fue el Tipo 1) a partir de los torpedos tipo 93 "Lanza Larga", al que en su parte central se le añadía el espacio para el piloto. Alcanzaban 30 nudos y llevaban una cabeza de guerra de 1350 Kg de explosivo. Al final de la guerra se habían fabricado unos 400, aunque apenas fueron lanzados la cuarta parte de ellos.
El desarrollo del kaiten fue aprobado en febrero de 1944. Originalmente no estaba pensado como arma suicida, ya que estaba pensado con la posibilidad de que se pudiese salir del torpedo tras dirigirlo hacia su blanco. Para ello el kaiten tenía una escotilla de escape, pero no fue utilizada nunca por ningún piloto. Los tripulantes eran todos voluntarios, escogidos entre los pilotos de la aviación naval japonesa. Los torpedos tipo 93 eran de 610 mm, mientras que los torpedos que habitualmente utilizaban los submarinos japoneses eran los tipo 95, de 533 mm. Por esa razón los submarinos tenían que ser modificados para transportar los kaiten sobre la cubierta. Hubo varias clases de estos submarinos. Los de la clase D1, por ejemplo, eran submarinos de carga (I-361, I-363, I-366, I-370, e I-372). El primero de ellos se construyó con dos tubos lanzatorpedos, pero se eliminaron, y en los submarinos posteriores ya no se montaron. Fueron modificados para servir de nodriza de 5 kaiten cada uno. El I-361 con sus kaiten en la cubierta:
También se modificaron algunos submarinos de la clase B1 (la más numerosa) para transportar de cuatro a seis kaiten, también sobre la cubierta. El I-165:
Después de lanzarlos, el submarino tenía que sumergirse rapidamente para evitar la respuesta norteamericana, por eso no había vuelta atrás para los pilotos de los kaiten. Aunque fallasen el blanco, hacían estallar el torpedo para evitar ser capturados o quedar abandonados en el océano.
También hubo al menos dos destructores modificados para el transporte de kaiten, ambos de la clase Minekaze. Uno fue el Namikaze, modificado aprovechando las reparaciones que le tuvieron que hacer tras ser alcanzado por un torpedo en agosto de 1944. El otro fue el Shiokaze, que fue dañado por un ataque aéreo en enero de 1945, aunque en este caso no se completaron las modificaciones, porque las reparaciones se alargaron hasta el final de la guerra y no volvió a salir del arsenal de Kure. Una imagen del Namikaze, donde se ven los kaiten colocados sobre unos rieles y la cubierta inclinada en la popa:
El primer ataque de kaiten fue realizado el 20 de noviembre de 1944 por el grupo de ataque Kikusui contra las bases navales de la US Navy en las Carolinas Occidentales. El grupo de ataque Kikusui estaba formado por tres submarinos de la clase B1, modificados para transportar cuatro kaiten cada uno, además de ocho torpedos convencionales. La misión Kikisui tenía dos objetivos: El I-47 y el I-36 debían atacar a la flota enemiga en el atolón de Ulithi, mientras que el I-37 lo haría en la isla de Palau.
Al llegar al punto donde debía lanzar los kaiten, el I-37 fue avistado por un barco que estaba tendiendo una red contra torpedos en el paso de Kossol, la entrada norte a la laguna interior de Palau. Al dar la alarma salieron dos destructores (el USS Conklin y el USS McCoy Reynolds) contra el submarino. La caza duró más de ocho horas, hasta que el I-37 acabó hundido por cargas de profundidad.
El ataque contra Ulithi fue más afortunado. El golpe pretendía ser demoledor: tres días antes un avión de reconocimiento con base en Truk había informado de que Ulithi estaba abarrotada de buques, entre ellos cuatro portaaviones y tres acorazados. Los submarinos lanzarían los ocho kaiten y abandonarían el área rápidamente mientras los kaiten escogían los mejores blancos posibles, sin que los americanos pudiesen descubrir el origen del ataque. El I-47 lanzó sus cuatro kaiten sin problemas, pero en el I-36 tres de ellos tuvieron fallos mecánicos, y sólo se pudo lanzar uno.
El control del kaiten era muy difícil, y los pilotos sólo tenían dos meses de entrenamiento. En teoría, se pondría rumbo al blanco en el momento del lanzamiento, y para evitar ser detectados se alzaría el periscopio sólo 15 segundos antes del momento estimado del impacto para corregir el rumbo cuando fuese necesario. Sólo entonces se pondría el torpedo a máxima velocidad. Pero en el ataque a Ulithi no se dieron esas condiciones: los kaiten se lanzaron sin un blanco predeterminado, y tuvieron que arriesgarse a revelar su presencia alzando el periscopio para buscar blancos, y además al amanecer, con poca luz, y a una distancia considerable de los objetivos. Los resultados fueron mucho más pobres de lo esperado por los japoneses: dos kaiten fueron probablemente hundidos por destructores estadounidenses (uno de ellos dos horas después de su lanzamiento, lo que indica la dificultad que tuvieron en encontrar blancos) y otro consiguió impactar y hundir el buque cisterna USS Mississinewa.
Tras el ataque el I-36 y el I-47 tenían orden de dirigirse al golfo de Leyte para atacar con torpedos convencionales a la flota estadounidense que se encontraba allí, pero el I-36 se mantuvo en la zona tratando de reparar sus kaiten averiados con la intención de lanzarlos antes de retirarse. No tuvo oprotunidad, porque la caza que iniciaron los destructores estadounidenses después del ataque le obligaron a permanecer sumergido hasta el día siguiente. El ataque al golfo de Leyte se canceló finalmente, y los dos submarinos recibieron orden de dirigirse a Japón. Allí presentaron sus informes sobre el ataque, y tras estudiarlos, junto con las fotografías de reconocimiento aéreo, el alto mando de la flota llegó a la sorprendente conclusión de que la misión había sido un éxito total: los cinco kaiten habían hundido un total de tres portaaviones y dos acorazados enemigos. Al mismo tiempo se decidió mantener la victoria en secreto, porque si se divulgaba se haría difícil volver a utilizar la misma arma contra otros fondeaderos enemigos.
Las misiones de los kaiten continuaron hasta el final de la guerra, con un balance final de dos buques norteamericanos hundidos, un destructor (el USS Underhill) y el citado petrolero Mississinewa, por el centenar de kaiten que fueron utilizados. No estaría del todo mal si no fuese porque por las condiciones en las que los submarinos que los transportaban tenían que hacer las maniobras de aproximación al blanco (tenían que ser lanzados a poca distancia y poca profundidad) fueron hundidos ocho de esos submarinos.
Fuentes principales:
http://www.secondeguerre.net/articles/navires/jp/na_subspeciauxjapon.html
http://combinedfleet.com/ships/kaiten
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/armamento/kaiten.html
http://www.exordio.com/1939-1945/codex/Documentos/ulithi.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Kaiten
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