En la planificación de las operaciones militares, especialmente las navales o aéreas, es de enorme importancia poder contar con pronósticos meteorológicos fiables con la mayor antelación posible. Pero como podéis imaginar, en los años de la Segunda Guerra Mundial los meteorólogos aún no disponían de imágenes de satélite, estaciones meteorológicas automatizadas, ni la mayoría de los medios tecnológicos con los que cuentan actualmente. Tenían que trabajar con datos recogidos sobre el terreno por el personal de estaciones meteorológicas repartidas por todo el mundo. Para hacer pronósticos del clima en el Atlántico, solicitados por la Kriegsmarine y la Luftwaffe, los meteorólogos alemanes necesitaban conocer los datos recogidos en observatorios situados en las regiones en las que se formaban los frentes, dentro del Círculo Polar Ártico, lo más al norte posible. El problema, cuando comenzó la guerra, era que no tenían forma de establecer esos observatorios ni de acceder a las informaciones que enviaban los de otros países. Eso cambió después de la conquista de Noruega, en abril de 1940. A partir de entonces pudieron situar bases en las regiones árticas del país y el archipiélago de las Svarbald. También les dio una salida al Ártico, por la que podían tratar de establecerlas en otros territorios que no estaban bajo su control. Era el caso de Groenlandia, de soberanía danesa (Dinamarca también había sido ocupada por los alemanes), pero que se había convertido en territorio enemigo, con fuerzas norteamericanas en el suroeste de la isla desde 1941. Los alemanes confiaban en que en la costa oriental de la isla, muy accidentada, con un clima durísimo y totalmente despoblada, podían permanecer pequeños equipos meteorológicos durante meses sin ser descubiertos.
A medida que la guerra avanzaba, los alemanes intentaron situar en Groenlandia estaciones meteorológicas cada vez más al norte. En total, entre 1940 y 1944 enviaron a Groenlandia siete equipos meteorológicos. Solo uno de ellos logró mantenerse durante todo un invierno, en una misión que estuvo a punto de acabar en tragedia, ya que el barco que les llevaba no logró desembarcarles en la costa ni pudo regresar a puerto.
La expedición Bassgeiger se inició a finales del verano de 1943, cuando partió del puerto noruego de Narvik el Coburg, un vapor reforzado para la navegación por el hielo. Sus órdenes eran dirigirse hacia el oeste a lo largo del paralelo 77, desembarcar un destacamento meteorológico de nueve hombres en Germania Land o en Great Koldewey, en la costa este de Groenlandia, y regresar a Noruega. El 30 de agosto el Coburg entró en la banquisa a 77ºN. Después de doce días de maniobras y voladuras para abrirse paso en el hielo, el 10 de septiembre el barco se quedó atrapado en un témpano de aproximadamente 1 kilómetro de ancho, cuando se encontraba todavía a 20 km de la costa de Île de France Island, al norte de Germania Land. El 18 de septiembre un FW-200 Condor con base en Vaernes, Noruega, les lanzó en paracaidas nueve contenedores con suministros y explosivos para tratar de liberar al Coburg. Día y noche, durante tres semanas, la tripulación luchó por librarse de su prisión de hielo, hasta que tuvieron que darse por vencidos y comenzaron a prepararse para pasar el invierno en el Ártico. El jefe de la expedición era el Dr. Heinrich Schatze, un meteorólogo, igual que su segundo, el Dr. Ernst Triloff. El capitán de navío Rodebrugger estaba al mando del buque inmovilizado. El mando militar era del teniente Helmuth Zacher.
Parte de la tripulación del Coburg:
Durante las primeras semanas de octubre la tripulación se esforzó en acercar el Coburg a la costa. Su primera intención fue dirigirse al norte para alcanzar la isla de Great Koldewey, el objetivo original de la misión. Pero todo el terreno ganado durante el día lo perdían por las noches, cuando las corrientes volvían a empujar el barco hacia el sur. Finalmente el 16 de octubre una tormenta empujó al buque contra un bloque de hielo en el que quedó definitivamente inmovilizado a unos 8 Km de la isla Shannon.
Shannon es una isla de aproximadamente 100 Km2 de superficie, situada al sur de Great Koldewey y al nordeste de Isla Sabine. En su costa oriental tiene una gran bahía flanqueada por dos penínsulas montañosas al norte y al sur. A excepción de esas penínsulas y algunas colinas bajas a lo largo de la costa oriental, Shannon es la más llana de las islas que bordean la costa de Groenlandia. La mitad occidental es baja y pantanosa en verano. El Coburg se quedó al nordeste de la península norte, la parte más alta de la isla, con montes de más de 1.000 metros de altura.
Con el Coburg irremediablemente atrapado en el hielo como mínimo hasta la primavera, los dieciocho hombres de la tripulación y el destacamento meteorológico de nueve hombres se dispusieron a pasar el invierno en el Ártico. Con la idea de trasladarse más adelante a la isla Shannon, construyeron una cabaña de madera sobre el hielo a mitad de camino de la costa y comenzaron llevar allí parte de los suministros que transportaba el buque. El 19 de noviembre una fuerte tormenta con vientos de más de 120 Km/h empujó al Coburg contra un iceberg. El barco quedó escorado y parcialmente hundido por la popa, lo que obligó a la tripulación a abandonarlo. Además en la tormenta se perdieron suministros que tenían almacenados sobre el hielo, cerca del buque, sobre todo madera y combustible.
Los hombres retiraron todos los suministros que se almacenaban en la cabaña, improvisaron unas literas en su interior y se acomodaron como pudieron en la pequeña construcción de madera. Casi no había sitio ni para meter las literas, aunque tenían la ventaja de que en un espacio tan pequeño el calor se conservaba mejor. Los trabajos de observación meteorológica y las transmisiones de radio se continuaron haciendo temporalmente en el buque hasta que instalasen un equipo de radio en la costa.
La tripulación estuvo algunas semanas en la cabaña. Pero la continua lucha contra el hielo que se formaba en el suelo al congelarse el agua que se filtraba y contra los ventisqueros que tapaban cada poco la puerta (cada cinco o seis días había temporales de nieve y fuertes vientos) les obligó a abandonarla y construir un campamento en la orilla de la isla. Como no disponían de madera, tuvieron que recurrir a las tiendas. Para protegerlas del viento y la nieve excavaron unos túneles en la nieve endurecida que se había acumulado en el fondo de un barranco. Las únicas herramientas de las que disponían para hacer los túneles eran dos piolets y algunas palas ligeras de aluminio para avalanchas; la nieve excavada la tenían que extraer utilizando trozos de tela. Finalmente después de mucho trabajo lograron completar el sistema de túneles. Dentro de algunos de ellos montaron las tiendas que servían de viviendas, mientras que otros eran utilizados como almacenes. El día de Navidad de 1943 dejaron la cabaña y se trasladaron a tierra firme.
Durante todo el invierno su principal ocupación fue la de transportar equipos y suministros desde el barco al campamento de la orilla. Para las cargas más pesadas, difíciles de llevar por un solo hombre (como los equipos de radio), utilizaban trineos improvisados, pero la mayor parte del equipo tuvo que ser cargada a la espalda de los hombres, que recorrían los ocho kilómetros de distancia a pie o con esquís. Las pocas horas de luz y las frecuentes tormentas les obligaron a marcar el camino con postes cada 100 metros. Como mucho podían hacer un viaje al día.
Nunca nevaba en calma o con vientos suaves. Las tormentas de nieve, por lo general acompañadas de fuertes vientos, se sucedieron cada cuatro o cinco días durante todo el invierno. La temperatura más baja, -38.8º C, se alcanzó en Navidad, en una calma casi total.
Excepto cuando el clima permitía dedicarse al transporte de suministros desde el Coburg o cuando tenían que ocuparse de otras tareas esenciales, los hombres pasaban todo el tiempo acostados en sus tiendas. No podían sentarse o estar de pie, porque, para ahorrar combustible, habían montado las tiendas con un techo muy bajo (en los periodos de más frío apenas a un metro de altura). Era muy incómodo, pero los hombres pronto aprendieron a preferir el hacinamiento al frío. En las tiendas, los sacos de dormir estaban sobre las cajas de suministros, alineadas a los lados, con el hornillo colocado en un estrecho pasillo que se dejaba en el centro. La gasolina estaba racionada, permitiéndose solo 3/4 de litro al día por tienda. Con esa cantidad apenas daba para calentarse y para tener una única comida caliente al día. Sin embargo, la temperatura en las tiendas nunca bajó de -15° C. Todos se acostumbraron al frío en un tiempo sorprendentemente corto. Tardaron poco en habituarse a dormir con toda su ropa de abrigo puesta. La mala ventilación hacía que se despertasen con dolores de cabeza. En una ocasión cuatro hombres estuvieron a punto de morir asfixiados por los gases del hornillo cuando los agujeros de ventilación quedaron tapados por la nieve. Durante las tormentas las fuertes ráfagas de viento que golpeaban contra el hielo hacían un molesto ruido rítmico que les causaba dolor de oídos.
El hielo que se fundía provocaba que el agua corriese por las paredes de las tiendas y se congelase en el suelo. También podía causar el hundimiento de los techos de las cuevas. Eso les obligaba periódicamente a hacer el duro trabajo de desmontar las tiendas, picar el hielo superior, extraerlo de las cuevas y volver a montar las tiendas. Durante las tormentas tenían que ocuparse de sacar fuera la nieve que entraba en las cuevas, porque si esperaban a que el tiempo mejorase podrían encontrarse enterrados por una montaña de nieve imposible de extraer.
A comienzos de febrero una repentina subida de las temperaturas (provocada por un fenómeno meteorológico conocido como föhn, que hizo que por unas horas se llegase a a estar por encima de los 0º) hizo que el bloque de hielo que cubría el mar se resquebrajase. En algunos puntos el agua llegó cerca de la costa. Los que aún permanecían en la cabaña tuvieron que dejarla e ir a tierra. Unos días después regresó el invierno ártico y el campo de hielo volvió a ser firme. Cuando pudieron regresar al Coburg lo encontraron en el mismo lugar y con la misma inclinación, pero hundido algunos metros más.
El Coburg semihundido en el hielo, en una fotografía tomada por un avión FW-200 Condor que el 14 de marzo les llevó correo y suministros:
Hubo algunos intentos de enviarles suministros por vía aérea, lanzados en paracaídas, que solo tuvieron éxito en un par de ocasiones y no aliviaron demasiado la difícil situación del campamento.
Si durante el invierno la nieve normalmente venía acompañada de fuertes tormentas, los hombres descubrieron que en primavera nevaba también con vientos suaves o en calma. El aumento de horas de sol hizo que subiesen las temperaturas. En mayo la temperatura se mantenía por encima de cero durante casi todo el día. Eso les permitió aumentar la altura de las tiendas hasta poder sentarse en las literas. Pronto los techos de las cuevas comenzaron a derretirse. Por suerte la mayoría de los suministros del Coburg habían sido transportados ya a tierra, porque empezaba a ser peligroso hacer el recorrido hasta el barco sobre el hielo blando.
Un día de octubre o noviembre, durante una patrulla rutinaria, un trineo de la Slædepatruljen Sirius (una diminuta milicia creada por el gobernador danés de Groenlandia para patrullar las costas orientales de la isla) encontró alguna señal sospechosa en torno al cabo Sussi, la punta nordeste de la isla Shannon. Pero en esa época del año, tan cerca del invierno, los días eran ya demasiado cortos como para mandar una expedición armada a la zona. Tuvieron que esperar a la llegada de la primavera para hacerlo. Además, estaba previsto el envío de un pelotón del ejército estadounidense para ayudar en el ataque a la base alemana. La primavera llegó por fin, pero los que no aparecían eran los norteamericanos. A mediados de abril los daneses se cansaron de esperar y decidieron actuar por su cuenta. Un pequeño grupo de nueve hombres de la Slædepatruljen, con equipo y armamento estadounidenses, se dirigió en trineos al lugar en el que sospechaban que se encontraban los alemanes. El 22 de abril de 1943 los daneses encontraron el campamento. Dejando atrás a su grupo de ocho hombres, el oficial al mando, el capitán Niels Ove Jensen, se adelantó solo para reconocer el terreno. Mientras observaba un cambio de centinelas fue sorprendido por detrás por “un barbudo oficial nazi”. Hubo un intercambio de disparos que acabó con el alemán muerto. Cuando el oficial danés se reunió con sus hombres, sabiendo que estaban en inferioridad numérica y con los alemanes alertados por el tiroteo, tuvo que dar orden de retirarse para regresar con fuerzas superiores. Al parecer antes de que los daneses abandonasen la zona se produjo un segundo enfrentamiento sin consecuencias.
Después de aquel encuentro, todos los equipos del buque fueron trasladados a la costa. Los alemanes habían sido descubiertos, y sabían que el próximo ataque sería sólo cuestión de tiempo, así que solicitaron ser evacuados. No era una misión fácil. La única posibilidad era la evacuación por vía aérea, pero no había muchos aviones con la autonomía y la capacidad de carga necesarias para la operación. Finalmente recurrieron a uno de los Ju-290 utilizados en vuelos de reconocimiento de largo alcance sobre el Atlántico, que fue trasladado para la misión desde su base en Francia a Vaernes, en Noruega. La operación de rescate fue el 3 de junio. El vuelo a Groenlandia transcurrió sin ningún incidente, hasta que llegó el momento del aterrizaje. El piloto no se fiaba de las grietas que veía en los campos de hielo que cubrían la costa, y mantuvo al avión volando en círculos durante una hora hasta que ncontró una llanura de hielo de longitud suficiente y que parecía firme. Durante el aterrizaje quedaron dañados los flaps. No se sabe por qué motivo el Ju-290 había hecho el viaje con 16 hombres a bordo, a los que se les sumaron los 26 hombres de la tripulación del Coburg y del equipo meteorológico que subieron al avión. A pesar de ir sobrecargado y de los daños que había sufrido en el aterrizaje, el avión despegó sin problemas. En el vuelo de regreso los tripulantes vieron al Coburg, varado todavía en el campo de hielo, que en ese punto no parecía haber cambiado nada desde el föhn de febrero. En solo una hora la expedición Bassgeiger cruzó la ilimitada llanura de hielo en movimiento contra la que habían estado luchando durante cincuenta días el otoño anterior. En Vaernes los hombres del Coburg fueron recibidos como héroes.
Seis semanas después de la evacuación, dos barcos de la Guardia Costera de Estados Unidos, los cutters Northland y Storis, consiguieron después de varios intentos desembarcar un contingente del Ejército en la isla Shannon. Los soldados se dirigieron al lugar en el que los daneses habían localizado la base alemana, y allí encontraron una pequeña construcción cuidadosamente camuflada, de forma que solo podía ser vista desde cierto ángulo, así como gran cantidad de gasolina, alimentos y municiones almacenados en cuevas excavadas en el hielo. También descubrieron los restos de una radio capaz de comunicarse directamente con Alemania, y la tumba del teniente Zacher, el oficial “barbudo” muerto en el enfrentamiento con el capitán Jensen (milagrosamente, fue la única víctima de la expedición Bassgeiger).
Un grupo de guardacostas estadounidenses comen raciones alemanas capturadas en una estación meteorológica abandonada:
Cuando un avión de reconocimiento localizó al norte el Coburg, el cutter Northland se dirigió hacia allí. Una patrulla de dieciséis hombres desembarcó y cruzó el hielo marino para hacer un reconocimiento del buque alemán. Los dos cañones antiaéreos habían sido retirados del barco y situados cerca de él, sobre el hielo. Por los restos que encontraron en los alrededores, era evidente que los alemanes lo habían abandonado y habían transportado todo lo que habían podido hasta la costa.
El Coburg es inspeccionado por el Northland en julio de 1944:
Fuentes:
http://arctic.synergiesprairies.ca/arctic/index.php/arctic/article/view/3979/3953
http://aboutfacts.net/History7.htm
http://www.warcovers.dk/greenland/bassgeiger_member.htm
http://www.warcovers.dk/greenland/wbs2.htm
http://www.warcovers.dk/greenland/flight.htm
http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/artico/est-meteor.html