En la primavera de 1942, el JG 2 Richthofen (JG son las siglas de "Jagdgeschwader", o “ala de caza”), la unidad de la Luftwaffe que llevaba el peso de la defensa aérea del norte de Francia, comenzó a sustituir sus veteranos cazas Messerschmitt Bf 109 por los nuevos Focke-Wulf Fw 190. Desde el primer momento los Fw 190 se mostraron muy superiores en todos los aspectos a los que en aquella época eran sus grandes rivales, los Supermarine Spitfire de la RAF. Era tal la preocupación que los nuevos cazas alemanes causaron a los británicos que se llegó a proponer un ataque de comandos contra un aeródromo francés con el único objetivo de capturar uno para poder estudiarlo.
La tarde del 23 de junio de 1942 una fuerza de doce bombarderos británicos Douglas DB-7 Boston, escoltados por tres escuadrillas de Spitfires (310ª, 312ª y 313ª, pertenecientes a la RAF, pero todas ellas formadas íntegramente por personal checoslovaco) regresaban de una misión de bombardeo en el norte de Francia cuando fueron interceptados por los Fw 190 de la 7ª escuadrilla (o Staffel 7) del JG 2, con base en el aeródromo de Morlaix, en Bretaña. Los Boston continuaron volando en dirección a Inglaterra mientras los cazas británicos daban media vuelta para enfrentarse a los alemanes sobre el Canal de la Mancha. En la lucha que se desarrolló a continuación los Fw 190 mostraron una vez más su superioridad frente a los Spitfires. Siete cazas británicos fueron derribados, entre ellos el de Alois Vašátkos, el comandante de las escuadrillas checas de la RAF, que desapareció en el mar. Por su parte, los alemanes perdieron dos Fw 190.
Durante el combate, el sargento checo František Trejtnar, del No. 310 Squadron, vio un Fw 190 aislado, logró colocarse tras él y abrió fuego con sus ametralladoras. El piloto alemán, el teniente Armin Faber, inició una serie de maniobras a alta velocidad tratando de zafarse de su perseguidor mientras inadvertidamente ponía rumbo al norte, alejándose cada vez más de sus compañeros. La persecución se alargaba y Trejtnar no desistía. Al fin, después de muchos giros evasivos sin éxito, Faber efectuó una maniobra conocida como “giro Immelmann”, consistente en un brusco ascenso seguido de una media vuelta, que le dejó en una situación de ataque frontal contra su perseguidor y con el sol a su espalda. Ambos aviones se dirigieron uno contra otro a toda velocidad y abriendo fuego con sus ametralladoras. El Spitfire fue alcanzado por una ráfaga que destrozó parte de su ala derecha y comenzó a caer. Trejtnar, herido en un brazo por la metralla, saltó en paracaídas. Al llegar al suelo se rompió una pierna.
Mientras tanto, Faber, completamente desorientado, al ver el mar bajo él creyó estar todavía sobrevolando el Canal de la Mancha y las costas francesas (posiblemente el golfo de Saint-Malo). Se dirigió a tierra y buscó con la mirada algún campo de aviación. Cuando por fin divisó uno, se aproximó a la pista agitando las alas de su caza en señal de victoria, bajó el tren de aterrizaje y tomó tierra. Antes de que su avión se hubiese detenido por completo, tenía a un hombre subido a una de sus alas apuntándole con una pistola de bengalas.
Lo cierto es que durante la persecución Faber había cruzado el Canal de la Mancha y Devon y había llegado a la costa del Canal de Brístol, el brazo de mar que separa Gales del suroeste de Inglaterra. Inexplicablemente, buscando una pista de aterrizaje se dirigió aún más al norte. El campo de aviación que había divisado era la base de la RAF de Pembrey, en el sur de Gales. En el aeródromo vieron incrédulos cómo un caza alemán se aproximaba a la pista saludando con las alas y aterrizaba tranquilamente. Cuando el avión desaceleró, el jefe del personal de pista, el sargento Jeffreys, saltó sobre su ala y encañonó al piloto con la única arma que tenía a mano, una pistola de bengalas. El sorprendido Faber aún tardó unos segundos en darse cuenta de su error. Tratando de mantener la compostura, se dirigió en francés al suboficial británico y le pidió amablemente que le reabasteciesen de combustible y le dejasen volver a despegar. Como era de esperar, a nadie más le pareció buena idea.
Estando prisionero, Faber tuvo el detalle de ponerse en contacto con el sargento Trejtnar, que se recuperaba de sus heridas en un hospital, para desearle una pronta recuperación. Poco después Faber fue enviado a un campo de prisioneros de guerra en Canadá.
El avión del teniente Faber, capturado intacto, fue enviado al Royal Aircraft Establishment, en Farnborough, el principal centro de investigación aeronáutica británico. Para evitar un posible accidente en su traslado, se descartó llevarlo volando y se decidió desmontarlo y transportarlo en camiones. Las pruebas que le hicieron allí y en otros centros de evaluación aportaron a los británicos una información valiosísima sobre las características técnicas y el comportamiento táctico del Focke-Wulf Fw 190, y ayudaron a que los nuevos modelos de Spitfire pudiesen enfrentarse a ellos al menos en igualdad de condiciones.
El Fw 190 del teniente Faber en el aeródromo de Pembrey:
Esta historia me recuerda bastante a The German, un magnífico cortometraje del irlandés Nick Ryan. Ya lo había compartido en el blog hace más de cuatro años, pero esta es una buena excusa para volver a hacerlo:
The German de Nick Ryan en Vimeo.
¿Llegaron en Alemania a conocer y creer la versión de la confusión, o lo consideraron desertor y traidor?
ResponderEliminarTuvieron que saber que había sido hecho prisionero. La Convención de Ginebra obligaba a los británicos a notificar la identidad, el estado de salud y el paradero de los prisioneros de guerra, que además podían enviar y recibir correspondencia desde su país.
EliminarLo que probablemente no pudieron saber fue cómo y en qué condiciones habían capturado su avión. Imagino que pensarían que Faber había sido derribado.
EliminarA eso me refería, si llegarían a conocer que el avión llegó intacto a tierra (Y saludando!!)
EliminarVeo difícil de explicarlo...
Pues no tengo ni idea, pero no creo que los británicos diesen publicidad al asunto. A ellos tampoco les convenía que se supiese que habían capturado un Fw 190.
EliminarLo que quise decir yo es que como sabían que había sido hecho prisionero no sospecharían de él.
Muchas veces se ganaron las batallas en los talleres, en la retaguardia o a través de la propaganda. Descubrir los puntos flacos -o fuertes en este caso- del enemigo era vital.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya lo dijo Sun Tzu: Conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo y en cien batallas nunca serás derrotado.
EliminarUn saludo, Cayetano.
Hola Nonsei,
ResponderEliminarante todo decir que me gustó mucho tu artículo y disfruté leyéndolo, sobre todo viendo el esfuerzo que has dedicado en poner correctamente la diacrítica checa (asunto que no es nada fácil y los checos agradecemos mucho).
Para añadir, simplemente querría comentar que hay un pequeño error en los datos de las escuadrillas. Las de caza checoslovacas ("Fighter Squadron") fueron las 310, 312 y 313. La 311 checoslovaca fue la de bombardeo ("Bombing Squadron") y volaba con los Vickers Wellington y luego con los Consolidated Liberator. Por lo tanto creo - sin ser experto en ello - que el error está en el número de la escuadrilla de los cazas acompañantes, confundiendo la 312 por la 311.
Saludos cordiales
El_Txeko
Hola, gracias por el aviso. Tienes razón, la 311ª escuadrilla era de bombardeo, las de caza eran las 310ª, 312ª y 313ª. Ya está corregido.
EliminarMuchas gracias de nuevo.
Un saludo.
Lo dicho:Increíble, nada creíble.
ResponderEliminarEn los años 40 los instrumentos de navegación aérea eran mucho más rudimentarios que en la actualidad. Pero todos los aviones tenían como mínimo una brújula. Y aunque no la tuviese, cualquier piloto con experiencia (Faber era teniente de la Luftwaffe, así que hay que suponerle muchas horas de vuelo) sabría distinguir el sur del norte. Sí, es increíble. Pero ocurrió. La mente humana es maravillosa.
EliminarUn saludo.
Mejor dicho, cualquier piloto, con experiencia o sin ella, sabría distinguir el sur del norte.
EliminarHola:
ResponderEliminarMe ha gustado la redacción de esta historia. Sólo una puntualización: La redacción da a entender que los Fw-190 vinieron a sustituir a los obsoletos Bf-190 cuando en realidad esto no fue así. Los 109 evolucionaron a lo largo de la guerra y en realidad continuaron siendo el principal avión de caza de la Luftwaffe.
Y un par de curiosidades:
-El caso de Faber fue el primero de los Fw-190 capturado, pero no el único: "On the night of 16/17 April, (...), four Fw 190s which were attempting to attack London, got lost over Kent. Three of them tried to land at RAF West Malling: Yellow H of 7./SKG 10, flown by Feldwebel Otto Bechtold landed and was captured, his Fw 190 later being evaluated by the RAE at Farnborough"
Tengo entendido que los soviéticos también capturaron alguno.
-Una historia similar ocurrió con la captura de un A6M Zero japonés en la isla de Akutan por los estadounidenses en julio de 1942 (Ver Akutan Zero)
-Por último, un Bf-109 de la Legión Cóndor fue capturado por los republicanos durante la Guerra Civil. Fue desmontado y enviado por piezas a la URSS. Del mismo modo fue enviado un I-16 (Mosca) a Alemania.
Hola, Alberto, gracias por la puntualización. Efectivamente el Bf 109 siguió siendo caza más utilizado de la Luftwaffe. Nunca llegó a ser sustituido por el Fw 190. Si en el texto se entiende lo contrario, error mío.
EliminarEntre otras muchas, tengo una entrada en proyecto sobre el zero de Akutan. Espero publicarla algún día.
Gracias por tu aportación.
Un saludo.
Para los que no se lo creen, les recomiendo leer sobre el efecto tunel en situaciones de estress, tras un combate a vida o muerte puede ser factible que aún con experiencia (los oficales son por estudios o linaje) e instrumentos pudiese desorientarse y llegar donde no era...a parte de aviones no es la primera vez que aun teniendo todo estudiado uno acaba donde no era....excelente post como siempre.
ResponderEliminarMuy buena la aportación, gracias.
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