El SMERSh (del ruso Smert Shpionam, que significa “Muerte a los espías”), era la organización de contraespionaje militar soviética. Se creó a partir de la Sección Especial del NKVD, dedicada en un principio a vigilar la lealtad política de la tropa y los oficiales del Ejército Rojo. La amenaza del SMERSh servía para impedir cualquier muestra de derrotismo dentro del ejército, pero al mismo tiempo tenía una influencia negativa en la moral de las tropas al provocar una desconfianza generalizada entre los camaradas de armas: los soldados (incluídos los oficiales) no podían comportarse ni hablar libremente delante de sus compañeros porque no sabían si alguno de los que escuchaban era un informador.
En abril de 1943 el SMERSh se escindió del NKVD por decisión de Stalin, que puso al mando a Víktor Abakumov, un antiguo recadero del NKVD que había ascendido rápidamente bajo la protección de Beria. La guerra había cambiado de signo, el ejército soviético había pasado a la ofensiva y estaba reconquistando territorios que habían estado ocupados por los alemanes desde 1941. Tras la retirada alemana quedaban en esos territorios muchos grupos armados de distinto signo. Una buena parte de los grupos partisanos eran políticamente fiables, incluso podían estar directamente controlados por el NKVD (los destacamentos OMSBON). Pero otros eran combatientes antisoviéticos, proalemanes o simplemente bandas armadas formadas por desertores o delincuentes. La misión del SMERSh era buscar colaboradores de los alemanes, desertores del Ejército Rojo, alemanes rezagados o unidades de saboteadores, grupos armados antisoviéticos (nacionalistas ucranianos o bálticos, por ejemplo), y más tarde, cuando cruzaron las antiguas fronteras soviéticas, grupos armados del Volkssturm o del Armia Krajowa polaco. En resumen, acabar con cualquier amenaza al poder soviético que quedase en la retaguardia. Para ello solían tener a su cargo tropas especiales, normalmente regimientos de guardias de fronteras del NKVD.
Cuando un territorio era reconquistado por el Ejército Rojo se filtraba a toda la población, especialmente a los hombres adultos, que tenían que demostrar que no eran desertores ni colabocionistas. Muchos eran tan sólo antiguos soldados que habían permanecido ocultos en la retaguardia enemiga después de los desastres de 1941. No se les consideraba desertores, pero si eran aptos para combatir normalmente se les enviaba a unidades de primera línea.
Cuando el Ejército Rojo se convirtió en fuerza de ocupación en Alemania la principal función del SMERSh pasó a ser el filtrado de los prisioneros de guerra soviéticos liberados, y también de los trabajadores forzosos que se encontraron en Alemania. Se les internaba en campos provisionales y se les investigaba uno a uno para averiguar si eran políticamente de fiar o si eran sospechosos de traición. También se investigaba a la población civil alemana, buscando nazis ocultos. El filtrado de los prisioneros liberados fue un trabajo gigantesco que ocupó al SMERSh y otras organizaciones posteriores hasta bien entrada la década de los 50.
Una unidad SMERSh fue la encargada de registrar el Wolfschanze (el cuartel general del Führer en Prusia Oriental) tras su ocupación por tropas soviéticas. Otra al mando del teniente coronel Klimenko fue la encargada de investigar el búnker de la cancillería de Berlín, certificar la muerte de Hitler y localizar su cadáver.
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