El camuflaje dazzle ("deslumbrante") o razzle dazzle fue una clase de camuflaje naval nacido durante la Primera Guerra Mundial, casualmente (o no tanto) en los años en los que la vanguardia artística estaba dominada por el cubismo. Su inventor fue un oficial de la Royal Navy y pintor de marinas llamado Norman Wilkinson. En 1917, durante su servicio a bordo de un dragaminas, al capitán de corbeta Wilkinson se le ocurrió que, ya que era imposible pintar un barco de forma que quedase oculto a la vista del enemigo, se podía intentar exactamente lo contrario: pintarlo de manera llamativa para romper sus formas y confundir al observador. El camuflaje dazzle consistía en una serie de dibujos geométricos de distintos colores que se interrumpían bruscamente y se entrecruzaban, dificultando la percepción de la silueta y el tamaño del buque.
Norman Wilkinson, posando con la maqueta de uno de sus diseños (y tras él uno de sus cuadros):
En aquella época, antes del radar, la artillería naval (y más tarde los periscopios de los submarinos) utilizaba para calcular las distancias a los blancos el telémetro óptico, un dispositivo consistente en dos visores separados que había que hacer coincidir, superponiendo las dos imágenes obtenidas en una sola. Al dificultar la identificación de las formas del buque se esperaba que el observador enemigo fuese incapaz de tomar una lectura correcta del telémetro. Y si no podía precisar la distancia, tampoco conseguiría determinar su tamaño, velocidad ni rumbo.
El Mauretania, un transatlántico británico reconvertido en transporte de tropas, con un bonito diseño a rombos:
Las dramáticas pérdidas que estaba causando la campaña de guerra submarina alemana en el Atlántico llevó al Almirantazgo británico a adoptar el camuflaje dazzle en 1917. En agosto de ese año el mercante auxiliar Alsatian se convirtió en el primer buque de la Royal Navy pintado con los nuevos patrones de camuflaje. Desde entonces hasta el final de la guerra, el razzle dazzle fue aplicado a más de 4.000 buques de guerra y mercantes británicos. El patrón de pinturas era único para cada buque, evitando así que el enemigo pudiese utilizarlo para identificar la clase a la que pertenecía. Eso hizo que hubiese centenares de tipos distintos de camuflajes, con gran variedad de formas y colores. La mayoría de los patrones fueron creados por los alumnos de la Real Academia de las Artes de Londres. En sus diseños los pintores aplicaban las técnicas cubistas, muy de moda en aquellos años.
El Argus, el primer portaaviones propiamente dicho de la historia, en una fotografía de 1918:
Los estudios del Almirantazgo después de la guerra no llegaron a una conclusión clara sobre la eficacia del camuflaje dazzle. Lo cierto es que los nuevos patrones no parecían suponer ninguna ventaja significativa sobre las pinturas convencionales. Sin embargo, y a pesar del desarrollo de la aviación (y más tarde de la tecnología del radar), el razzle dazzle no solo no se abandonó, sino que fue adoptado también por las marinas de guerra de otras potencias. La U.S. Navy comenzó a utilizarlo a partir de 1918, y continuó haciéndolo durante la Segunda Guerra Mundial, aplicándolo a muchas clases de buques, desde patrulleras hasta portaaviones.
Carguero estadounidense West Mahomet en noviembre de 1918:
El portaaviones Essex en 1944:
La Royal Navy recuperó el camuflaje dazzle en 1940, aunque su uso no fue tan masivo como en la guerra anterior. También otras armadas, como la francesa, se sumaron a la moda de forma esporádica. Después de todo, París había sido la capital mundial del movimiento cubista, así que no es de extrañar que los franceses creasen diseños de camuflaje tan vanguardistas como el del crucero Gloire:
En cuanto a Alemania, la Kriegsmarine utilizó por primera vez las pinturas de camuflaje en 1940, durante la campaña de Noruega. Los patrones usados por los alemanes se suelen considerar dazzle, aunque en la mayoría de los casos eran más bien miméticos. En aguas noruegas los buques alemanes iban a permanecer en el interior de los fiordos o a navegar en paralelo a la costa, y rara vez tenían que salir a mar abierto. En aquel ambiente, el uso del color blanco en contraste con tonos oscuros estaba más que justificado. Aun así, adoptaron algunas características del camuflaje dazzle. En esta fotografía del acorazado Tirpitz, tomada en el fiordo de Alta en 1942, se pueden observar las falsas líneas de proa y popa dibujadas en el casco, con las que se pretendía engañar al observador ocultando las dimensiones reales del buque:
El camuflaje dazzle no solo se utilizó en el mar. En algunas ocasiones se aplicó también a vehículos terrestres (blindados, sobre todo) y aviones. Por ejemplo en este caza estadounidense P-51 Mustang:
El razzle dazzle tampoco desapareció completamente al terminar la Segunda Guerra Mundial. El desarrollo de los sistemas de localización electrónicos convirtó el camuflaje dazzle en una técnica de enmascaramiento prácticamente inútil. Sin embargo, en la actualidad todavía se pueden encontrar algunos ejemplos de pinturas dazzle, aplicadas más por razones estéticas que prácticas, como en esta corbeta sueca de la clase Visby:
Me encanta, es como el Circo Volador del Barón Rojo, pero en el mar. Lo cierto es que he probado a pasar rápido las fotos y al principio notas una forma extraña, pero no sabes exactamente lo que es. Podríamos decir que pasa inadvertido a su manera. XD
ResponderEliminarUn saludo