Los aviones que se derribaron a sí mismos

En los primeros días de de septiembre de 1939 el submarino alemán U-30 se encontraba en el Atlántico Norte, ya preparado para iniciar la guerra contra el tráfico mercante aliado en cuanto recibiese la notificación de que se habían iniciado las hostilidades. Así, el mismo día que Gran Bretaña declaraba la guerra a Alemania, el 3 de septiembre, el U-30 hundió al noroeste de Irlanda al transatlántico Athenia (el primer buque hundido en la Segunda Guerra Mundial). El gobierno alemán trató de encubrir la acción, negando toda implicación y acusando a los británicos de hundir el barco de pasajeros para arrastrar a Estados Unidos a la guerra (entre los muertos había 28 civiles estadounidenses). Pero si algo quedaba claro con aquel ataque era que los alemanes pretendían repetir la estrategia seguida en la Primera Guerra Mundial, tratando de bloquear al Reino Unido atacando con sumergibles sus rutas de abastecimiento. Para luchar contra aquella amenaza, la Royal Navy envió a varios de sus portaaviones al Atlántico en misión de patrulla antisubmarina.

La mañana del 14 de septiembre, en la segunda semana de la guerra, el U-30 navegaba por el Banco de Rockall, una zona del Atlántico Norte situada aproximadamente a medio camino entre Irlanda e Islandia, cuando divisó al Fanad Head, un carguero británico de 5.200 toneladas. Los alemanes obligaron al mercante a detenerse amenazándole con su cañón de cubierta. La tripulación abandonó el barco, pero antes el radiotelegrafista tuvo tiempo de enviar un mensaje SSS, la señal que indicaba un ataque de submarinos. El comandante del sumergible, el capitán Fritz-Julius Lemp, envió a abordar el barco inglés en un bote de goma al Maschinenobergefreiter (es decir, cabo 1º maquinista, o algo parecido) Adolf Schmidt acompañado de un ayudante. Su misión era colocar una carga de demolición para hundir el mercante sin tener que gastar ninguno de los valiosos torpedos del submarino, y de paso aprovechar para saquear el barco apresado y hacerse con comida fresca.

En esos momentos el portaaviones británico Ark Royal se encontraba a unas 180 millas al nordeste con una escolta de seis destructores. Cuando recibieron la llamada de socorro del Fanad Head, tres de los destructores se dirigieron a toda máquina al lugar del ataque. Poco después, tres aviones Blackburn Skua despegaron del Ark Royal armados con bombas perforantes. Los aviones llegaron a las coordenadas indicadas cuando Schmidt y su ayudante estaban todavía en el Fanad Head ocupados con los preparativos de la voladura. Al ver que se aproximaban los aviones, Lemp tuvo que ordenar la inmersión del submarino dejando al equipo de demolición a bordo del mercante. Con las prisas por sumergirse, los alemanes se olvidaron de cortar el cabo que unía al submarino con el bote, que siguió al U-30 como si de una boya de señalización se tratase.

Los pilotos de los tres Skuas vieron un objeto negro alejándose del mercante (el bote de goma) y decidieron atacarlo. Lo que no se imaginaban era que sus bombas o bien tenían un grave fallo de diseño o bien no eran las más indicadas para aquella misión (porque ¿qué sentido tiene atacar un submarino con bombas que no pueden entrar en el agua?). Algunas de las bombas que lanzaron estallaron en la superficie, provocando alarmantes sacudidas en el U-30, pero otras rebotaron en el mar e hicieron explosión en el aire, debajo de los aviones que las habían lanzado. Dos de los Skuas sufrieron daños graves por los fragmentos de sus propias bombas y cayeron al mar. Schmidt y su compañero, que todavía se encontraban a bordo del Fanad Head y habían visto asombrados todo lo ocurrido, saltaron al agua para ayudar a los pilotos enemigos, uno de los cuales estaba herido de gravedad. Lemp dio orden de emerger para recuperar a sus hombres y cortar el cabo que aún unía el submarino al bote. Suponía que piloto del avión que aún estaba en el aire no les atacaría si veía que iban a rescatar a sus propios compañeros. Se equivocó. El tercer Skua abrió fuego con sus ametralladoras contra el submarino e hirió a Schmidt, que tuvo que ser ayudado por los pilotos británicos a entrar en el sumergible.

Mientras el médico del U-30 atendía a los heridos, Lemp ordenó disparar contra el Fanad Head los cuatro torpedos cargados en los tubos de proa. Todos ellos sufrieron problemas mecánicos o fallaron el blanco (la efectividad de los torpedos alemanes en los primeros meses de la guerra era tan ridícula o más que la de las bombas antibuque británicas). Por fin, un quinto torpedo, lanzado desde el tubo de popa, alcanzó al barco. En ese momento, mientras el Fanad Head se hundía, apareció una segunda oleada de aviones provenientes del Ark Royal, compuesta por seis anticuados biplanos Fairey Swordfish armados con bombas de 100 libras. Los pilotos pudieron ver claramente la sombra sumergida del U-30 y lanzaron sobre ella un total de once bombas. Algunas explotaron muy cerca del submarino. Para huir del ataque, Lemp dio orden de aumentar la profundidad de inmersión.

Los tres destructores británicos llegaron a la zona tras recorrer la distancia de 180 millas en unas siete horas. Mientras uno de ellos se ocupaba de recoger a la tripulación del Fanad Head, los otros dos iniciaban la búsqueda del submarino. La caza duró varias horas, pero Lemp supo eludirlos con habilidad. Más tarde, ya fuera de peligro, decidió romper el silencio de radio y solicitar permiso para dirigirse a Islandia (un país neutral) y desembarcar allí a Schmidt y a los prisioneros. En Berlín supusieron erróneamente que los aviones habían sido derribados por el cañón antiaéreo del U-30, y dieron publicidad a la acción como si se hubiese tratado de una gran victoria de un submarino alemán que había hecho frente al ataque de un portaaviones británico.

Blackburn Skuas del 800 Escuadrón de Aviación Naval de la Royal Navy listos para despegar sobre la cubierta de vuelo del Ark Royal:


Fuente principal:
Clay Blair: The Hunters 1939-1942 (Volume 1): Hitler´s U-Boat War
Foto: http://en.wikipedia.org/wiki/Blackburn_Skua

7 comentarios:

  1. Muy buena entrada Nonsei. Una grandísima pena lo del Athenia, pero en el transcurso de la guerra se vio casos de lo contrario, por ejemplo, en el socorro del U156 al mercante que había torpedeado, el Laconia, repleto de gente. Saludos

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    1. Es cierto, Pedro. El comandante del U-156 dio un ejemplo de comportamiento humanitario, todo lo contrario que los estadounidenses, que atacaron al submarino e interrumpieron las labores de rescate.

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  2. Las guerras traen estas sorpresas, inesperadas muchas veces.
    Un saludo.

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    1. Por suerte. Así los veteranos siempre tienen anécdotas que contar.
      Un saludo, Cayetano.

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  3. Las bajas por fuego amigo son algo habitual en las guerras y en la SGM, no fue una excepción, como bien se muestra aquí. Los "Swordfish" pese a ser biplanos y considerados como aviones obsoletos en la SGM, dieron sus buenos disgustos al enemigo: en Tarento,hundiendo el Bismarck y echando a pique más tonelaje enemigo que cualquier otro torpedero aliado.

    Saludos, Nonsei.

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    1. Es verdad, Gluntz. Los Swordfish dieron un rendimiento inmejorable. No está mal para unos biplanos de cabina abierta.
      Más que fuego amigo, este sería un episodio de "fuego propio". También se dan casos en todas las guerras, pero en aviones no creo que sean fáciles de encontrar.
      Un saludo.

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    2. Los swordfish no hundieron al Bismark ..le dieron al timón que se daño y así pudo ser alcanzado por una flota de 60 barcos de la Royal Navy

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