El peor tanque de la historia

En la segunda mitad de 1940, tras caída de Francia, Gran Bretaña se vio inesperadamente al borde de la derrota y luchando por su supervivencia. La crítica situación militar hizo que el nerviosismo y el pesimismo se extendiesen no solo por el país sino por todo el Imperio, incluido el Dominio de Nueva Zelanda. A pesar de estar a miles de kilómetros de cualquier territorio enemigo, también allí llegó la histeria bélica. Japón había firmado al Pacto Tripartito y había iniciado su expansión hacia el sur con la ocupación de Indochina, y, aunque al final Hitler no invadiese las Islas Británicas, los neozelandeses no podían confiar en que la metrópoli acudiese en su ayuda en caso de invasión enemiga.

En aquella situación un miembro del gobierno neozelandés, el ministro de Obras Públicas Bob Semple, decidió hacer algo para contribuir a la defensa de la nación. Nueva Zelanda no tenía vehículos blindados ni industrias que pudiesen desarrollarlos, y Semple se propuso solucionar aquella carencia diseñando un tanque que fuese fácil de construir con los escasos medios de los que disponía el país.

Los diseñadores fueron el propio Bob Semple y un ingeniero de obras públicas del distrito de Christchurch llamado T.G. Beck. Su inspiración fue el Disston "Six Ton Tractor Tank", un vehículo blindado desarrollado en 1937 por una empresa estadounidense a partir de un chasis de un tractor Caterpillar y que los norteamericanos habían logrado vender a China y Afganistán. El problema era que Semple y Beck no disponían de planos ni ningún tipo de información técnica del modelo original. Literalmente, tuvieron que diseñar su tanque mirando una postal del Disston y utilizando los materiales que se podían encontrar en una granja. A pesar de los modestos medios con los que contaban, el ministro estuvo tan orgulloso del resultado final que bautizó su creación con su propio nombre. Había nacido el tanque Bob Semple.

Las primeras unidades (no está claro si fueron tres o cuatro) se completaron en poco tiempo en los talleres que el Ministerio de Obras Públicas tenía en la ciudad de Christchurch. Los tanques no eran otra cosa que tractores sobre orugas Caterpillar DH-8 (según otras fuentes eran International Harvester, aunque es posible que se usasen ambos modelos) sobre los que se había atornillado una caja blindada. Puede que "blindada" sea mucho decir: a falta de mejores materiales, el blindaje consistía en chapas onduladas para tejados. Supuestamente, la superficie ondulada serviría para desviar las balas. El tanque estaba coronado por una torreta giratoria, que elevaba la altura total a tres metros y medio. Ante las complicaciones que suponía montar armamento pesado sobre aquel engendro, los diseñadores optaron por armarlo con tantas ametralladoras como pudiesen meter en él. En total contaba con dos ametralladoras Bren en los laterales, otras dos en el frontal, una en la parte trasera y otra en la torreta. La tripulación teórica era de ocho personas. Las comodidades para los ocupantes dejaban mucho que desear: el artillero encargado de una de las ametralladoras delanteras tenía que ir tumbado en un colchón sobre la tapa del motor.

Vista lateral de esta maravilla de la técnica:


El Departamento de Obras Públicas ofreció al Ejército de Nueva Zelanda una flota de 81 Semples, pero cuando los militares probaron las primeras unidades se dieron cuenta de que no tenían ninguna utilidad práctica y rechazaron la oferta. Su blindaje era ridículo, y eran muy pesados, inestables y lentos. Para cambiar de marcha el conductor estaba obligado a frenar o incluso detener por completo el vehículo. Por si fuera poco, las vibraciones del motor hacían que las ametralladoras se encasquillasen con mucha frecuencia, y cuando había suerte y alguna disparaba era muy difícil hacerlo con un mínimo de precisión.

Ninguno de los tres o cuatro Semples que se completaron llegó a entrar nunca en combate. Su única contribución al esfuerzo de guerra nacional fue su participación en desfiles por las calles de Christchurch, Auckland y otras ciudades neozelandesas para ayudar a levantar la moral de la población (aunque es probable que consiguiesen el efecto contrario al que se buscaba). Después de aquello se les retiró el armamento y el blindaje y volvieron a sus antiguas funciones como tractores agrícolas.

Un Bob Semple desfilando por las calles de Christchurch en marzo de 1941:

Fuentes:
http://mailer.fsu.edu/~akirk/tanks/newzealand/newzealand.html
http://www.cracked.com/article_19233_the-6-most-ill-conceived-weapons-ever-built.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Bob_Semple_tank

Segundo intento en Facebook

Bueno, ya estoy de vuelta.

Puede que algún lector observador se haya fijado en el "Me gusta" que desde hace unas semanas aparece en la barra lateral del blog. Hace ya casi tres años creé un grupo de Facebook, y tengo que confesar que fue un completo fracaso. Sorprendentemente, para estos tiempos en los que las modas e incluso las necesidades tienen vidas cada vez más cortas, desde la época de aquel primer intento el feisbuc no solo no ha pasado de moda sino que parece consolidarse como la red social dominante. Así que vuelvo a probar, en esta ocasión en formato de página. Para los usuarios habituales de Facebook (que son muchos) es una forma cómoda de seguir el blog, y además permite interactuar a los lectores, añadiendo comentarios de cualquier tipo o haciendo aportaciones propias.

Por si a alguien le interesa: Nonsei SGM en Facebook

No sé por qué aparecen más "Me gusta" en el botón del blog que en la propia página de Facebook.

Otro tema: Una de las entradas que había dejado programadas para este mes se ha convertido de golpe en una de las más visitadas de la historia del blog (gracias a careca, que imagino que es el usuario de Menéame anteriormente conocido como enxebere). Era una continuación de Los 10 aviones más raros de la Segunda Guerra Mundial, que publiqué con el originalísimo título de Otros 10 aviones raros de la Segunda Guerra Mundial. Viendo el éxito que han tenido tanto una como la otra, decidí unir las dos entradas en una única página, haciendo solo algún pequeño cambio (básicamente, sustituir en la lista el F-85 Goblin, que es algo posterior a la guerra, por el bombardero soviético de la década de los 30 Kalinin K-12). El nombre que le he puesto también derrocha originalidad:

Los 20 aviones más raros de la Segunda Guerra Mundial

Las páginas las podéis encontrar en las pestañas que aparecen bajo la cabecera del blog.

La batalla de May Island

En la tarde del 31 de enero de 1918 casi cuarenta buques de guerra de la Royal Navy dejaron la base naval de Rosyth, en el Firth of Forth, Escocia, con destino a Scapa Flow, en el archipiélago de las Orcadas, para participar el día siguiente en el ejercicio EC1, unas maniobras navales en las que iba a intervenir buena parte de la Great Fleet. Los buques levaron anclas hacia las seis de la tarde y abandonaron el puerto en una formación de una sola línea que se extendía por casi cincuenta kilómetros. Encabezaba la formación el crucero Corageous, y tras él la 13ª Flotilla de submarinos, con el crucero Ithuriel y los sumergibles K11, K12, K14, K17 y K22. A continuación la 2ª Escuadra de Cruceros de Batalla, formada por los cruceros Australia, New Zealand, Indomitable e Inflexible y sus destructores de escolta. Les seguía la 12ª Flotilla de Submarinos, encabezada por el crucero Fearless y formada por los sumergibles K3, K4, K6 y K7. Y cerraban la marcha los tres acorazados de la 5ª Escuadra de Batalla, con sus destructores de escoltas. Los submarinos de las 13ª y 12ª flotillas eran sumergibles de la clase K, diseñados para operar junto a buques de superficie, de dimensiones grandes para la época (más de 100 metros de eslora) y propulsados por dos potentes turbinas de vapor que les permitían alcanzar los 24 nudos en superficie y mantener la velocidad junto al resto de buques de la flota. Cada flotilla estaba comandada por un crucero ligero (la 13ª el Ithuriel y la 12ª el Fearless).

Al anochecer, como medida de precaución, ya que se sospechaba que podía haber submarinos alemanes en aquellas aguas, se ordenó a los buques guardar silencio de radio y navegar sin luces. Tan solo mantuvieron una tenue luz de popa para que cada uno de ellos pudiese ser visto por la embarcación que le seguía en la formación. Al llegar a la altura de la isla de May, en la desembocadura del estuario, los buques debían alterar su rumbo y aumentar la velocidad a 20 nudos para salir a mar abierto.

Cuando los submarinos de la 13ª Flotilla alcanzaron la isla vieron un par de luces que se aproximaban. Probablemente se trataba de dos arrastreros en funciones de dragaminas patrullando en la boca del estuario, pero por seguridad la flotilla viró bruscamente a babor para alejarse de ellas. Entonces al K14 se le atascó el timón y el sumergible se salió de la línea, llevándose tras él al que le seguía, el K12. Cuando se solucionó el problema con el timón, el K14 trató de volver a ocupar su posición en la línea. El K22 había perdido de vista a su predecesor, el K12, y se había salido también de la formación. El K14 y el K22 navegaban siguiendo rumbos opuestos, fuera del itinerario prefijado, sin luces, ya en noche cerrada y entre la niebla que empezaba a formarse. El resultado era previsible: los dos submarinos chocaron en medio del mar. Mientras, el resto de la flotilla continuó su marcha sin percatarse de lo que había pasado. El K22 rompió el silencio de radio y envió un mensaje codificado al crucero Ithuriel para informar de que se había producido una colisión y el K14 se estaba hundiendo (aunque al final lograrían salvarlo milagrosamente).

Unos quince minutos más tarde la 2ª Escuadra de Batalla alcanzó el punto donde continuaban los submarinos accidentados, frente a la isla de May, con tan mala suerte que el crucero de batalla Inflexible golpeó al K22. El impacto dejó la proa del submarino mirando al cielo en un ángulo de 90º, destruyendo sus depósitos de combustible y los tanques de lastre. El Inflexible, haciendo honor a su nombre, no sufrió daños.

Mientras tanto, el capitán Ernest Leir del Ithuriel había recibido y descodificado el mensaje que informaba del primer choque y decidió dar media vuelta para socorrer a los accidentados, llevándose consigo a los submarinos supervivientes de la 13ª Flotilla, que tenían orden de seguir al crucero. En una confusa maniobra la flotilla de submarinos tuvo que atravesar la línea formada por los cruceros y destructores de la 2ª Escuadra de Batalla. Solo una serie de bruscas maniobras por parte de ambos grupos de buques logró evitar que se produjesen más colisiones.

El momento en que la 13ª Flotilla llegaba al lugar de los accidentes, a la altura de la isla de May, coincidió con la salida a mar abierto de la 12ª Flotilla. El Fearless, el crucero líder de la 12ª Flotilla, apareció de repente entre la niebla y chocó con el K17, que se hundió en pocos minutos. La mayor parte de la tripulación tuvo tiempo de abandonar el sumergible.

Cuando los submarinos que seguían al Fearless maniobraron para evitar al crucero, que se había detenido tras el choque, el K6 se encontró en rumbo de colisión con el K12. El K6 maniobró bruscamente para evitar al otro submarino y al hacerlo golpeó al K4, abriéndole una gran brecha en medio del casco. A continuación el K7 colisionó también con el K4, que se hundió rápidamente sin que ninguno de sus tripulantes lograse abandonar el buque.

Más tarde la 5ª Escuadra de Batalla, formada por tres acorazados y sus destructores, atravesó el área sin tener conocimiento de lo que había pasado. Algunos de los destructores pasaron por encima de los supervivientes del K17 que continuaban en el agua. La mayor parte de los 56 hombres de su tripulación habían conseguido abandonar el submarino antes de que se hundiese, pero solo nueve serían rescatados con vida, y uno de ellos, gravemente herido, moriría poco tiempo después.

En apenas 75 minutos se habían producido cinco colisiones en las que se habían visto implicados ocho buques. Dos de ellos, los submarinos K17 y K4, se habían hundido, y otros cinco, el crucero ligero Fearless y los submarinos K14, K22, K6 y K7 habían resultado dañados. Murieron ciento cinco hombres: los cincuenta y seis tripulantes del K4, cuarenta y ocho del K17 y uno del K14. El accidente se mantuvo en secreto durante la guerra. Por el número de buques implicados fue uno de los mayores desastres de la Royal Navy en toda la Primera Guerra Mundial. Con su típico humor negro, los británicos bautizaron este episodio como “la batalla de la isla May”.

Estado en el que quedó la proa del Fearless tras embestir al K17:

Otros 10 aviones raros de la Segunda Guerra Mundial

Algunos entraron en servicio, otros no pasaron de prototipos, pero todos ellos llegaron a volar (más de uno con trágicas consecuencias).

Continuación de Los 10 aviones más raros de la Segunda Guerra Mundial.

SAI-Ambrosini SS.4


Un caza diseñado por la Società Aeronautica Italiana - Ambrosini, con configuración canard y con la hélice situada en la cola del avión. Voló por primera vez el 7 de marzo de 1939. Al día siguiente, en un vuelo no programado, se estrelló, muriendo el piloto de pruebas. Después de eso la Regia Aeronautica decidió no seguir adelante con el proyecto, a pesar de que un segundo prototipo estaba ya en construcción.

Arsenal-Delanne 10


Caza francés experimental con configuración en tándem (un par de alas delantero y otro trasero), diseñado por Maurice Delanne para Arsenal de l'Aéronautique. La cabina biplaza (para piloto y artillero) estaba situada en la cola del avión. El primer prototipo fue capturado por los alemanes cuando ocuparon la fábrica en junio de 1940. A partir de entonces los trabajos continuaron de forma intermitente. El primer vuelo de prueba se realizó en octubre de 1941.

Miles M.35 Libellula


Diseño en tándem de la británica Miles Aircraft para un modelo de caza embarcado en portaaviones. Entre sus ventajas estaban unas dimensiones pequeñas y una excelente visibilidad del piloto, dos aspectos de gran importancia en los cazas navales. Sin embargo, los pilotos de pruebas se negaron a subirse a él, y fue el propio George Miles, el dueño de la empresa, quien tuvo que hacer los primeros vuelos en mayo de 1942. Los resultados fueron esperanzadores, aunque el prototipo había sido construido sin autorización del gobierno y fue rechazado por el Almirantazgo.

Vought XF5U


Caza bimotor con forma de disco diseñado por Charles H. Zimmerman para la US Navy. Estaba pensado para poder despegar a bajas velocidades, lo que lo haría ideal como caza embarcado en portaaviones. Una versión de pruebas, el V-173, hizo unos 190 vuelos entre 1942 y 1943. El desarrollo se retrasó más de lo previsto y el presupuesto inicial se sobrepasó ampliamente, lo que llevó a la Marina a cancelar el proyecto de forma definitiva en 1946.

Dornier Do 335


El Dornier Do 335 Pfeil ("flecha"), era un caza pesado con una original configuración tractora-impulsora (un motor en el morro y otro en la cola, con sus respectivas hélices). Sus prestaciones eran muy superiores a las de la mayoría de los cazas a pistón de la época, lo que hizo que Hitler diese la máxima prioridad al proyecto. Pero los bombardeos aliados a las fábricas de aviación retrasaron su entrada en servicio, y tan solo algunas unidades llegaron a volar en misiones de combate antes del fin de la guerra.

Northrop XP-56


Prototipo de caza interceptor estadounidense con motor en la cola y dos hélices contrarrotatorias. A causa de la escasez de aluminio durante la guerra, estaba fabricado íntegramente en magnesio. El primer prototipo se estrelló en octubre de 1943. Una segunda unidad hizo varios vuelos de prueba antes de que se abandonasen definitivamente los ensayos a causa de la poca maniobrabilidad que demostraba.

Kalinin K-7


Este bombardero superpesado, obra del diseñador Konstantin Kalinin, estaba llamado a ser la principal arma estratégica soviética en la década de los 40. Fue diseñado con seis motores situados a lo largo de su gran ala elíptica, aunque debido a su enorme peso posteriormente tuvieron que añadirle un séptimo motor trasero. Hizo su primer vuelo en agosto de 1933. El 21 de noviembre de ese año se estrelló a causa de un fallo estructural, muriendo sus 14 tripulantes y otra persona en tierra. Después de eso el proyecto fue cancelado y se paralizó la construcción de otras dos unidades que estaban casi terminadas.

Heinkel He 111Z


El He 111Z (de Zwilling, "gemelo"), no era otra cosa que la combinación de dos bombarderos bimotores Heinkel He 111 con el añadido de un quinto motor en la unión de las alas centrales. Fue creado originalmente para remolcar el enorme planeador Messerschmitt Me 321 Gigant. Varias unidades se utilizaron en labores de abastecimiento en el frente del Este. Había también una versión de bombardero pesado, el He 111Z2, que no llegó a entrar en servicio.

Northrop XP-79


Caza estadounidense con diseño de ala volante. En su concepción original iba a estar propulsado por un motor-cohete, aunque posteriormente éste sería sustituido por dos turborreactores. El piloto iba tumbado boca abajo en la cabina. Tras muchos retrasos, hizo su primer vuelo de prueba el 12 de septiembre de 1945. Poco después de despegar se estrelló por causas desconocidas, muriendo el piloto. El proyecto se canceló poco más tarde.

Junkers Ju 287


Prototipo de bombardero a reacción con alas en flecha negativa (barridas hacia delante) construido con piezas de otros aviones (fuselaje de un He 177, cola de un Ju 388, tren de aterrizaje de un Ju 352...). Voló por primera vez el 16 de agosto de 1944. En 1945 la fábrica Junkers fue capturada por los soviéticos, que continuaron con el proyecto, En 1947 completaron un segundo prototipo.

La pala MacAdam

La pala-escudo MacAdam nació de una idea de Ena MacAdam, secretaria personal de Sam Hughes, ministro de Defensa de Canadá. En 1913 Ena sugirió a su jefe estudiar cómo las palas portátiles de los soldados de infantería podrían utilizarse como protecciones antibalas individuales. Hughes trabajó personalmente en el diseño de la pala-escudo en los meses posteriores, de forma que cuando estalló la Primera Guerra Mundial tenía un modelo listo para entrar en producción. La pala fue patentada el 25 de agosto de 1914 a nombre de Ena MacAdam, “de profesión taquígrafa”.

Por forma y dimensiones la pala MacAdam era como cualquier otra pala portátil de infantería de la época. Estaba hecha con un acero más fuerte que el habitual (también en el mago plegable) y tenía un espesor mayor. Aparte de eso, su única diferencia con las palas convencionales era un agujero en la hoja de 3,5 por 2 pulgadas para permitir la visión del tirador.

La pala MacAdam, en teoría un escudo que permitiría al soldado disparar con seguridad, deteniendo o desviando las balas enemigas:


El gobierno canadiense aprobó la fabricación de 25.000 palas-escudos para dar como dotación a los infantes de la 1ª División Canadiense que iban a partir para Europa. Pero las pruebas de campo que se hicieron pusieron de manifiesto que la hoja de la pala era incapaz de detener un disparo, incluso de las armas de menor calibre. Además por su excesivo peso era incómoda de transportar y de utilizar, y el agujero de la hoja la hacía inútil para usarla como pala, al menos cuando había que cavar en tierra suelta. En resumen, la pala-escudo no servía ni como pala ni como escudo. Con semejantes características, muchos mandos militares canadienses se negaron a distribuirlas entre sus tropas. Finalmente el gobierno ordenó retirarlas. Después de reducirlas a chatarra se lograron recuperar 1.400 dólares canadienses, una cifra mucho menor que los 33.750 que costaron según el contrato original.

La Guerra de las Locomotoras

En noviembre de 1918 Kurt Eisner, dirigente del USPD (Partido Socialdemócrata Independiente de Alemania), lideró un movimiento revolucionario incruento (parte de la revolución de Noviembre alemana) que tomó el poder en Baviera y logró la abdicación del rey Luis III. El 8 de noviembre Eisner proclamó el Estado Libre de Baviera y se convirtió en su ministro-presidente. El asesinato de Eisner por un ultraderechista en febrero de 1919 inició un periodo de caos y luchas civiles que terminaría tres meses después, cuando el gobierno alemán intervino para acabar por la fuerza con la república bávara.

En marzo tomó el poder un gobierno de coalición liderado por el socialdemócrata Johannes Hoffmann, pero tuvo que dimitir al ser incapaz de lograr unos mínimos apoyos. El 6 de abril un nuevo gobierno proclamó oficialmente la República Soviética de Baviera. Estaba dirigido por un dirigente del USPD llamado Ernst Toller y formado por anarquistas y socialistas. El gobierno fracasó en su intento de restaurar el orden y cayó seis días después. En ese tiempo tuvo tiempo de destacar uno de sus miembros, el ministro de Asuntos Exteriores, Dr. Franz Lipp. Su elección parece que no fue la más acertada, ya que Lipp había estado ingresado un par de veces en sanatorios mentales (con resultados más bien escasos, como parecen demostrar las extrañas decisiones que tomó). Se dice que lo primero que hizo al tomar posesión fue enviar un cable a Lenin quejándose de que el depuesto presidente Hoffman había huido a Bamberg llevándose consigo la llave a los baños del ministerio.

Su decisión más polémica fue la de declarar unilateralmente la guerra a Suiza y al vecino estado de Württemberg por su negativa a colaborar en la reconstrucción de la red ferroviaria bávara. Así se lo explicó a un colega de gabinete: "Mi querido amigo, he declarado la guerra a Württemberg y Suiza porque esos perros no nos han entregado de inmediato las sesenta locomotoras en calidad de préstamo. No tengo ninguna duda de que saldremos victoriosos. Además, voy a buscar la bendición del Papa, que es un buen amigo mío, para que nos ayude en la victoria".

Probablemente nadie se tomó en serio las palabras de Lipp. En cualquier caso el gobierno de Toller fue derrocado pocos días después, y el excéntrico ministro y su declaración de guerra cayeron en el olvido.

La Guerra del Perro Extraviado

El incidente de Petrich, también conocido como la Guerra del Perro Extraviado, fue un enfrentamiento fronterizo entre Bulgaria y Grecia ocurrido en octubre de 1925. Se suele considerar como uno de los conflictos bélicos más absurdos de la historia, aunque puede que la causa que lo provocó no sea exactamente la que se dice.

El episodio que supuestamente desencadenó el enfrentamiento ocurrió en el paso de Demikarpia el 19 de octubre de 1925. Ese día un soldado griego entró en territorio búlgaro corriendo tras su perro, que se había perdido en la frontera. El paso estaba custodiado por guardias fronterizos búlgaros, y uno de ellos disparó y mató al griego. En un tiroteo posterior un capitán griego también resultó herido mortalmente.

Bulgaria expresó su pesar por lo ocurrido, afirmando que se había tratado de un malentendido y proponiendo la constitución de una comisión mixta greco-búlgara para investigar el incidente. El gobierno griego rechazó las explicaciones y dio un ultimátum a Bulgaria en el que exigía, en un plazo máximo de 48 horas, el castigo de los responsables, una disculpa oficial y dos millones de francos franceses en concepto de indemnización a los familiares de las víctimas.

Al cumplirse el plazo, el 22 de octubre de 1925 las tropas griegas cruzaron la frontera en un frente de 40 kilómetros y capturaron diez pequeños pueblos búlgaros. Su intención era ocupar la ciudad de Petrich, pero su avance fue frenado por la resistencia de guardias de fronteras y voluntarios de la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia, una poderosa milicia que operaba en la región. Bulgaria apeló a la Sociedad de Naciones para que interviniese en el conflicto, y el 29 de octubre las presiones diplomáticas consiguieron que los griegos se retirasen. Se calcula que el incidente causó más de cincuenta muertos, en su mayor parte civiles búlgaros.

La Sociedad de Naciones designó una comisión de investigación para estudiar el caso. Su conclusión fue que la invasión griega estaba injustificada, culpando a su gobierno de las pérdidas humanas y materiales y del sufrimiento de la población búlgara. Grecia fue condenada como la agresora y castigada por la Sociedad de Naciones a pagar a Bulgaria 45.000 libras esterlinas en un plazo de dos meses en concepto de indemnización por daño material y moral. El gobierno griego aceptó el veredicto.

En realidad, como podéis imaginar, todo aquello no lo generó un incidente aislado causado por un perro. Las relaciones entre Grecia y Bulgaria eran muy tensas desde hacía años. Había problemas con las minorías nacionales respectivas en ambos países, tenían disputas territoriales en Tracia, y además estaba la cuestión macedonia, con los búlgaros apoyando abiertamente a los nacionalistas macedonios. El Tratado de Neuilly (consecuencia de su derrota en la Primera Guerra Mundial) había obligado a Bulgaria a desmilitarizarse y a destruir gran parte de su armamento. En Atenas el gobierno dictatorial del general Theodoros Pangalos vio en ese momento la oportunidad de resolver sus problemas por la fuerza y buscaba una excusa que le permitiese entrar en territorio búlgaro.

Pero ni siquiera está claro que el episodio del perro ocurriese realmente. En un artículo búlgaro he encontrado una explicación distinta del incidente, basada según se dice en el informe de la comisión de investigación designada por la Sociedad de Naciones. Todo comenzó cuando unos guardias de fronteras búlgaros comenzaron a cavar un pozo de agua. Un soldado griego que estaba de guardia al otro lado de la frontera entró en territorio búlgaro y les recriminó duramente por estar cavando una trinchera, algo que el Tratado de Neuilly prohibía hacer a las autoridades fronterizas de Bulgaria. La disputa terminó con un tiroteo, y el guardia griego acabó muerto en territorio búlgaro. El capitán al mando del puesto griego resultó herido de gravedad en un nuevo enfrentamiento y murió al día siguiente. El perro no aparece por ningún lado.

O eso creo, porque para leer el artículo he tenido que usar el traductor de Google. El búlgaro no es lo mío.

La Gran Guerra Emú

En 1932 la situación de los agricultores de Australia Occidental era casi catastrófica. La sequía estaba asolando sus campos, la Gran Depresión había hundido los precios del trigo, y los subsidios prometidos por el gobierno no llegaban. Por si todo eso fuera poco, aquella primavera tuveron que enfrentarse a la invasión emú. Los emúes son aves no voladoras de gran tamaño (las mayores que existen después de las avestruces) autóctonas de Australia. Aquellas aves habían migrado desde las regiones del interior y habían descubierto en los campos de trigo un hábitat ideal para ellas, echando a perder las cosechas y arrasando con todo a su paso. El problema era especialmente grave en torno a las poblaciones agrícolas de Campion y Walgoolan, donde se calculaba una población de 20.000 emúes.

Los agricultores de las zonas afectadas, muchos de ellos ex-combatientes veteranos de la Primera Guerra Mundial, creían saber cuál era el arma más eficaz para luchar contra la plaga que estaba asolando sus cultivos: las ametralladoras. Así que se dirigieron al gobierno australiano para solicitar su ayuda.

Los granjeros enviaron una delegación a entrevistarse con el ministro de Defensa, Sir George Pearce. El ministro apoyó el uso de ametralladoras para combatir la invasión de los emúes, aunque puso condiciones: las armas serían operadas por personal militar, el transporte de las tropas correría a cargo del gobierno de Australia Occidental, y los granjeros se encargarían del alojamiento, la manutención y el coste de las municiones.

Estaba previsto que la intervención militar comenzase en octubre de 1932, pero el mal tiempo retrasó el despliegue de las tropas hasta el mes de noviembre. El mando de la operación recayó en el mayor G.P.W. Meredith, de la Séptima Batería Pesada de la Real Artillería Australiana, que contaría con una fuerza de dos soldados armados con una ametralladora Lewis cada uno.

La primera batalla de la campaña tuvo lugar el 2 de noviembre de 1932 en las cercanías de la pequeña localidad de Campion. Al llegar al lugar los soldados vieron a unos cincuenta emúes a gran distancia, fuera del alcance de sus armas. Los granjeros locales trataron de ahuyentarlos en dirección a las ametralladoras, pero los emúes se dividieron en pequeños grupos y se dispersaron, utilizando por primera vez una táctica que sería habitual en los combates posteriores. Una ráfaga de ametralladora logró alcanzar a algunas aves. Ese mismo día los soldados encontraron otro rebaño y mataron "tal vez" a una docena de emúes.

El siguiente enfrentamiento destacado fue dos días después, el 4 de noviembre. Meredith había recibido informes de que más de mil emúes habían sido vistos dirigiéndose a una presa y decidió adelantarse para prepararles una emboscada. En esta ocasión los soldados esperaron a que las aves se acercasen para abrir fuego casi a quemarropa, pero cuando apenas habían causado una docena de bajas en las filas emúes la ametralladora se encasquilló y el resto se dispersó rápidamente.

En los días posteriores Meredith decidió trasladarse más al sur, donde se decía que las aves se mostraban muy mansas, pero los resultados siguieron siendo decepcionantes. En lugar de presentar batalla en grandes manadas, los emúes optaron por adoptar tácticas de guerrilla, dividiéndose en pequeños grupos y dispersándose por todo el territorio, lo que hacía ineficaz y antieconómico el uso de las ametralladoras.

El 8 de noviembre, ante la negativa cobertura que los medios de comunicación estaban dando al caso y tras un debate en la Cámara de Representantes de Australia, Pearce ordenó al mayor Meredith el fin de las operaciones y la retirada del personal militar. Hasta entonces, en seis días de combates, se habían disparado 2.500 cartuchos de municiones y el número de aves muertas estaba en torno al medio centenar. Eso sí, en su informe oficial Meredith destacaba que sus tropas no habían sufrido ninguna baja.

Tras la retirada de los militares, continuaron los ataques de los emúes a las granjas. Los agricultores, que seguían pidiendo ayuda contra la invasión, encontraron el apoyo del primer ministro de Australia Occidental, James Mitchell. El estado presentó un informe (probablemente un poco inflado) en el que se aseguraba que el número de emúes muertos en la operación ascendía a trescientos. El 12 de noviembre Pearce aceptó las peticiones del primer ministro y aprobó la reanudación de la ayuda militar. En un principio el Ejército iba a poner solo las armas, pero el gobierno de Australia Occidental no contaba con operadores de ametralladoras experimentados, así que el mayor Meredith se vio obligado a regresar con sus hombres.

En la segunda campaña de la Guerra Emú los resultados del Ejército mejoraron significativamente. El 10 de diciembre, cuando los militares se retiraron tras casi un mes de operaciones, el mayor Meredith presentó un informe en el que reclamaba 986 muertes confirmadas, con un consumo de 9.860 cargadores de munición (la efectividad por tanto era de exactamente diez cargadores por emú muerto). Además, Meredith calculaba que otras 2.500 aves habían muerto a consecuencia de las heridas.

Los agricultores volvieron a pedir ayuda militar para luchar contra los emúes en los años 1934, 1943 y 1948. En todos los casos sus demandas fueron rechazadas por el gobierno australiano.

El Informe Matamoscas

Durante la Segunda Guerra Mundial el pintor e ilustrador estadounidense Hugh Troy estuvo destinado en un aburrido puesto burocrático de la Fuerza Aérea. Un día, para matar el tiempo y como forma de reírse de la absurda burocracia militar, comenzó a redactar informes diarios sobre la efectividad de los papeles matamoscas del comedor de su compañía. Mecanografiado en papel oficial y con el estilo típico de los informes del Ejército, hacía un recuento de todas las moscas atrapadas en los papeles cada veinticuatro horas, analizando los resultados de acuerdo a factores como la dirección del viento, la proximidad a las ventanas, la cercanía a la cocina, la longitud del papel matamoscas... Después mezclaba el informe con el resto de formularios oficiales que se enviaban cada día al Cuartel General.

Después de un mes dedicado a semejante pasatiempo, un día Troy recibió una llamada de un oficial de otra compañía: "Teniente, ¿puede explicarme el procedimiento adecuado para la presentación de los "informes mosca"? El Pentágono nos está echando la bronca todos los días porque no se los enviamos".

Fuente:
http://www.museumofhoaxes.com/hoax/archive/permalink/the_flypaper_report
Más: http://en.wikipedia.org/wiki/Hugh_Troy

Una serpiente de verano (y marina)

El U-28 era un submarino alemán de la clase U-27, botado antes de la Primera Guerra Mundial. Entró en servicio en la Kaiserliche Marine el 26 de junio de 1914, con el Kapitänleutnant Georg Freiherr-Günther von Forstner al mando. El 30 de julio de 1915 el U-28 torpedeó en el Atlántico Norte al vapor británico Iberian. Mientras el barco se hundía ocurrió algo muy extraño. Este es el relato de los hechos que hizo el capitán del submarino en el cuaderno de bitácora:

"El 30 de julio de 1915 el U-28 torpedeó al vapor británico Iberian, que transportaba un rico cargamento a través del Atlántico Norte. El vapor se hundió tan rápidamente que su proa se clavó casi verticalmente en el aire. Momentos después, el casco del Iberian desapareció. Los restos se mantuvieron bajo el agua durante unos veinticinco segundos, a una profundidad que era claramente imposible de evaluar, cuando de repente se produjo una violenta explosión que lanzó trozos de escombros -entre ellos un animal acuático gigantesco- del agua hasta una altura de aproximadamente 80 pies.
En ese momento yo tenía conmigo en la torreta a seis de mis oficiales, entre ellos el jefe de máquinas, el navegador y el timonel. Simultáneamente a todos nos llamó la atención aquella maravilla de los mares, que se retorcía y luchaba entre los escombros. No pudimos identificar a la criatura, pero todos estuvimos de acuerdo en que parecía un cocodrilo acuático, que tenía unos 60 pies de largo, con cuatro extremidades semejantes a grandes pies palmeados, una cola larga y puntiaguda, y una cabeza que también terminaba en punta. Lamentablemente, no pudimos tomar una fotografía, ya que el animal desapareció de nuestra vista después de diez o quince segundos."


Si esto os parece poco, en la historia del U-28 hay otro hecho llamativo, aparte de su encuentro con un monstruo marino, ya que es el único submarino de la historia que ha sido hundido por un camión. Para ser sinceros, en ambos casos habría que añadir un "supuestamente".

El 19 de agosto de 1917 el U-28 zarpó de Emden en la que sería su última patrulla en aguas del Ártico. El comandante era el Kapitänleutnant Georg Schmidt (Von Fostner había dejado el mando del submarino, no se sabe si por algún problema con sustancias psicotrópicas). Al mediodía del 2 de septiembre, al norte de Noruega, los alemanes avistaron el vapor armado británico Olive Branch, con una carga de material bélico con destino al puerto ruso de Arcángel. El U-28 lanzó un torpedo que alcanzó al buque enemigo, y el capitán Schmidt ordenó emerger y aproximarse al Olive Branch para rematarlo con el cañón. En aquel momento detonaron las municiones que transportaba el buque, y una gigantesca explosión dejó tan dañado al U-28 que este se hundió junto al vapor británico. Ninguno de sus 39 tripulantes sobrevivió.

Una versión muy extendida de esta historia afirma que un camión que el mercante transportaba como carga en su cubierta salió volando por la explosión y cayó desde gran altura sobre el U-28, hundiéndolo. Es posible que sea cierto que el camión se estrellase contra el submarino, aunque si comparamos el tamaño de uno y otro no parece que aquello bastase para hundirlo por sí solo. Pero quién sabe... puede que estuviese por debajo el cocodrilo gigante vengándose por el susto que le habían dado dos años antes.