El extraño caso del político mentiroso

Douglas Stringfellow era un héroe de guerra. Como agente de la OSS (la organización predecesora de la CIA, encargada de operaciones encubiertas en territorio enemigo) participó en numerosas misiones en la Europa ocupada por los nazis. En una de ellas logró secuestrar y trasladar a Inglaterra al físico Otto Hahn, Premio Nobel de Química y máxima figura de la investigación atómica alemana. Durante otra peligrosa misión en Alemania fue capturado y enviado al campo de concentración de Bergen-Belsen. Allí la Gestapo le sometió a continuas torturas físicas y psicológicas, que resistió gracias a su fortaleza moral y su fe en Dios. Logró escapar con la ayuda de la resistencia alemana antinazi y, pese a las terribles experiencias que había sufrido, no tardó en volver a la lucha. Poco después, durante una misión de reconocimiento en busca de unos lanzadores de cohetes alemanes, resultó herido de gravedad al pisar una mina. Aquel fue el final de su carrera militar: Stringfellow había perdido la movilidad de sus dos piernas.

Después de la guerra Stringfellow regresó a casa con sus creencias religiosas fortalecidas. Hasta 1948 estuvo sirviendo como misionero de la iglesia mormona en el norte del estado de California. En 1949 comenzó a trabajar como locutor de radio en una emisora de Utah, su estado natal. Unos años después decidió dar el salto a la política. Era un joven desconocido y sin experiencia, pero con una gran facilidad para hablar en público, fuertes convicciones morales, un pasado como héroe de guerra y una historia de superación que conmovía a todo el que la escuchaba. En 1952, con 32 años, Douglas Stringfellow se presentó por el Partido Republicano a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Ganó las elecciones en su distrito con más del 60% de los votos. En aquellos tiempos iniciales de la guerra fría, él representaba al tipo de líder que la sociedad estadounidense reclamaba: un hombre fuerte pero dispuesto al sacrificio, seguro de sí mismo, de sus creencias y de su país.

No parece que en los dos años que Stringfellow ocupó su escaño en el Congreso destacase demasiado por su labor en Washington. En cambio, en Utah su popularidad no dejó de aumentar gracias a las giras que hizo a lo largo y ancho del estado, dando charlas dedicadas más a cuestiones religiosas que políticas. En sus conferencias utilizaba a menudo episodios autobiográficos. El interés del público por su historia llevó al congresista a firmar un contrato con una productora cinematográfica que planeaba hacer una película sobre su vida. En 1954, cuando se aproximaba la fecha de presentarse a la reelección, Stringfellow se había convertido en una de las grandes promesas del Partido Republicano. Fue entonces cuando acudió como invitado al programa de televisión líder de audiencia en todo el país, This is your Life ("Esta es su vida", que ya salió en este blog, en su versión griega, cuando conté la historia del secuestro del general Kreipe). A través de unas emotivas recreaciones y los testimonios de algunos de sus compañeros de armas, el show dio a conocer a toda la nación el pasado heroico del político de Utah. Su aparición en el programa estrella de la televisión norteamericana podía suponer el empujón que necesitaba para hacerse un nombre a nivel nacional y aspirar a cargos más altos. Sin embargo, su gran momento de gloria acabaría siendo la causa de su caída en desgracia.

Muchas personas que conocían a Stringfellow (y otras que no le conocían, como los auténticos soldados que capturaron a Otto Hahn) vieron incrédulos cómo el programa consistía en una sucesión de relatos de falsos testigos y recreaciones de episodios totalmente inventados. Las primeras protestas no tardaron en llegar a la prensa, y los periódicos comenzaron a acusar a Stringfellow de fraude. El congresista trató de defenderse del escándalo solicitando al presidente Eisenhower que desclasificase los documentos secretos referidos a sus misiones para la OSS. Probablemente suponía que el presidente se limitaría a explicar que aquello no se podía hacer. En cambio, recibió una inesperada respuesta de la CIA, que aseguró que aquellos documentos no habían existido nunca. Poco después se hizo público su auténtico historial militar. Era cierto que había sido herido por una mina, pero en su hoja de servicios no figuraba ninguna acción heroica. Había sido un simple soldado raso de la USAAF, sin ninguna relación con la OSS ni con operaciones encubiertas de ningún tipo.

Cuando se descubrió el fraude, la prensa y la opinión pública se ensañaron con el congresista. Posteriores investigaciones periodísticas descubrieron que también había mentido en relación a sus estudios y que los dos títulos universitarios de los que presumía en su curriculum eran completamente inventados (las universidades afectadas afirmaron no tener constancia de que Stringfellow hubiese sido nunca alumno suyo). Sus rivales políticos comenzaron a decir incluso que exageraba su minusvalía y que en realidad podía andar con la ayuda de un simple bastón. Aquella era una acusación injusta (era cierto que podía caminar, aunque para hacerlo necesitaba unos incómodos aparatos ortopédicos), pero ya nadie estaba dispuesto a defenderle. El 16 de octubre de 1954, dos semanas antes de las elecciones, el congresista Stringfellow hizo una confesión pública obligado por su iglesia. Inmediatamente después fue expulsado del Partido Republicano. A pesar del desprecio que casi todo el mundo le mostraba, aún intentó sacar algún provecho de su popularidad organizando una gira de conferencias, que como era de esperar fue un rotundo fracaso. Finalmente volvió a trabajar como locutor de radio, utilizando un pseudónimo. Murió de un ataque al corazón en 1966, con solo 44 años.

El congresista Stringfellow confesando su engaño ante las cámaras:


En los últimos tiempos se ha tratado de limpiar el nombre de Douglas Stringfellow desde círculos próximos a su familia, asegurando que él en realidad no mentía, ya que estaba convencido de que las vivencias que contaba eran completamente reales. Según dicen, durante su larga y dolorosa convalecencia en el hospital su mente comenzó a fabricar recuerdos falsos a partir de retazos de historias que escuchaba o leía, convirtiéndose a sí mismo en un héroe de guerra como protección psicológica contra las graves secuelas físicas que le habían dejado sus heridas y la dureza de su regreso a casa en aquellas condiciones. Según su familia, cuando saltó el escándalo Stringfellow comenzó a dudar y al final se dio cuenta de que sus recuerdos no eran reales, pero antes de que le considerasen un enfermo mental prefirió decir que se había inventado todo y quedar como un farsante ante el mundo entero. No me parece una explicación muy creíble, aunque imagino que cuando una persona se crea una vida falsa y mantiene la mentira incluso cuando sabe que inevitablemente acabará siendo descubierto, tiene que haber algo en su mente que no funcione del todo bien.

Fuentes:
http://www.museumofhoaxes.com/hoax/archive/permalink/douglas_r._stringfellow
http://www.sltrib.com/sltrib/politics/57246509-90/stringfellow-war-utah-says.html.csp
http://en.wikipedia.org/wiki/Douglas_R._Stringfellow

2 comentarios:

  1. Ayer en una conferencia en Madrid comentaron que Del Barrio, el político de la II República, en el exilio, hubo un momento de su vida que trató de organizar un secuestro en la España de Franco de uno de lo gandes dirigentes NAZIS refugiados en el país, pero que fue descubierto el asunto y hubieron de abortar. No me acuerdo ahora de qué dirigente era, pero quizá te interese rastrearlo.

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    1. He encontrado algo sobre el tema. La víctima iba a ser Leon Degrelle, el dirigente nazi belga. Y parece que detrás del intento de secuestro estaba el servicio secreto israelí.
      La historia promete. Gracias por ponerme sobre la pista.

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