El barco que se disfrazó de isla

En febrero de 1942, en un intento de impedir la invasión japonesa de la isla de Java, los aliados reunieron precipitadamente una poderosa (aunque mal coordinada) fuerza naval formada por unidades estadounidenses, británicas, australianas y holandesas y salieron al encuentro de la flota enemiga. El enfrentamiento, que se produjo la noche del 27 de febrero, pasó a la historia con el nombre de batalla del Mar de Java, y fue un auténtico desastre para los aliados. Enfrentados a una fuerza similar de la Marina Imperial, sus buques fueron destrozados por los torpedos de los cruceros y destructores japoneses. Se perdieron dos cruceros ligeros, tres destructores y 2.300 hombres, a cambio de un único destructor dañado en el otro bando. Al día siguiente los aliados perdieron otro crucero ligero y uno pesado, con 1.680 hombres, en la batalla del Estrecho de la Sonda. Los japoneses no sufrieron pérdidas. Y un día más tarde un crucero pesado y dos destructores fueron hundidos en la Segunda Batalla del Mar de Java. Tras aquellos tres golpes consecutivos, las aguas de las Indias Orientales Holandesas quedaron totalmente bajo el dominio de la Marina Imperial. Los buques aliados que sobrevivieron (ninguno con categoría superior a destructor) recibieron orden de dirigirse a Australia para ponerse a salvo. El 2 de marzo, cuando ya habían comenzado los desembarcos japoneses en Java, el destructor Witte de With fue hundido por un ataque aéreo en el puerto de Surabaya, acabando así con la presencia de la Marina Real neerlandesa en las Indias Orientales.

En Surabaya tenían también su base cuatro dragaminas holandeses de la clase Jan van Amstel. Eran pequeños navíos de 525 toneladas de desplazamiento y 56 metros de eslora, con una tripulación de 45 hombres cada uno. Uno de ellos, el Pieter de Bitter, fue hundido por su propia tripulación al no poder abandonar el puerto por problemas mecánicos. Los otros tres zarparon cuando recibieron la orden de huir a Australia. Los holandeses no se hacían muchas ilusiones. Sabían que para alcanzar un puerto seguro iban a tener que navegar a través del archipiélago indonesio, que ya estaba en su totalidad bajo el control de la flota y la aviación japonesas. En caso de ser descubiertos, lo que parecía más que probable, difícilmente iban a poder defenderse de un ataque aéreo o de un buque de mayor tamaño (aparte de algunas cargas de profundidad, su único armamento consistía en un cañón de 76'2 mm y dos antiaéreos de 20 mm).

Dragaminas de la clase Jan van Amstel:


Dos de aquellos dragaminas, el Jan van Amstel y el Eland Dubois, emprendieron juntos la travesía. El 8 de marzo, cuando navegaban por el estrecho de Madura, el Eland Dubois quedó inmovilizado por una avería en las calderas. Sus tripulantes lo hundieron para evitar su captura y embarcaron en el Jan van Amstel. Ese mismo día el Jan van Amstel fue descubierto y hundido por el destructor japonés Arashio cuando trataba de llegar al Índico a través del estrecho de Lombok.

El último de los dragaminas holandeses de Surabaya era el Abraham Crijnssen. Su huida a Australia tenía la dificultad añadida de que iba a tener que hacerla en solitario. Sabiendo que sus pocas posibilidades de supervivencia pasaban por volverse invisibles a los ojos de las patrullas navales y aéreas enemigas, los tripulantes del Abraham Crijnssen decidieron aplicar a su buque una original técnica de camuflaje naval. Desembarcaron en la jungla y cortaron una gran cantidad de follaje, ramas y árboles con los que cubrieron el barco casi por completo. Consiguieron así que tuviese el aspecto de un islote cubierto por una tupida vegetación. Para no correr riesgos, solo navegaban de noche. A la luz del día el buque permanecía anclado e inmóvil frente a la costa, representando a la perfección su papel de isla tropical.



Así logró el Abraham Crijnssen dejar atrás las Indias Orientales Holandesas. El 20 de marzo de 1942, ya sin su camuflaje, el dragaminas arribó a Fremantle, en Australia Occidental. Fue el último buque aliado y el único de su clase que logró escapar de Java. Poco después fue integrado en la Marina Real australiana, con una tripulación conjunta holandesa, australiana y británica. Un año más tarde volvió al control de la Marina neerlandesa, aunque durante el resto de la guerra nunca llegaría a abandonar las aguas australianas, sirviendo como escolta antisubmarina de convoyes.

2 comentarios:

  1. No solo serviría de camuflaje, si no para dar sombra que tiene pinta de ser un sitio caluroso :P

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    1. Pues sí, casi sería más temible el sol del mediodía que el Sol Naciente.

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