La flota rosa de Lord Mountbatten

Louis Mountbatten, un joven aristócrata emparentado con la familia real británica (era bisnieto de la reina Victoria), fue uno de los principales hombres de confianza de Winston Churchill durante la guerra. En octubre de 1941 el primer ministro le puso al frente del Mando de Operaciones Combinadas, una unidad cuyo cometido era planificar y llevar a cabo incursiones en la Europa continental por medio de tropas altamente especializadas en sabotajes y guerra de guerrillas, los Commandos. En el Mando de Operaciones Combinadas, Lord Mountbatten mostró un llamativo gusto por el pensamiento poco convencional y una especial predilección por los planes más temerarios. Fue en gran parte el responsable de arriesgadas operaciones (algunas con resultados desastrosos) como el ataque al puerto de Saint-Nazaire o el desembarco en Dieppe. Además, en su tarea de iniciar los preparativos para operaciones anfibias a gran escala que culminarían en Overlord, apoyó y promovió toda una serie de ideas excéntricas, como la construcción de un oleoducto submarino desde la costa inglesa hasta Normandía, el diseño de muelles flotantes para la flota de invasión, o el proyecto Habacuc, el portaaviones de hielo. Algunas de aquellas ocurrencias resultaron ser mucho más valiosas de lo que en principio se podía esperar. Otras se olvidaron en poco tiempo.

Al comienzo de la guerra, Mountbatten, por entonces capitán de navío, era el comandante de la 5ª Flotilla de Destructores de la Marina Real británica. A bordo de su destructor Kelly participó en numerosas misiones de escolta a convoyes navales en el Atlántico. En 1940, en una de aquellas travesías, Mountbatten observó cómo a la luz del atardecer uno de los mercantes del convoy se hacía mucho menos visible que el resto de los barcos. El secreto estaba en el color malva suave de su casco, que lo mimetizaba con el océano cuando el sol estaba bajo en el horizonte. Mountbatten quedó convencido de la efectividad de los colores rosados como pintura de camuflaje naval y él mismo diseñó un pigmento similar, mezclando grises y rojos para conseguir una tonalidad malva grisácea. La nueva pintura, conocida como “rosa Mountbatten” o “rosa de Plymouth”, empezó a utilizarse a comienzos de 1941. Mountbatten hizo pintar con ella todos los destructores de su flotilla y trató de imponerla a otros buques de la Royal Navy, con escaso éxito. Es posible que el camuflaje fuese efectivo al amanecer o al atardecer, pero a pleno día los navíos rosas destacaban mucho más que los pintados con el gris convencional. A pesar de eso, Mountbatten siguió defendiendo su diseño y utilizándolo en los buques bajo su mando.

En octubre de 1941 Mountbatten fue ascendido al Mando de Operaciones Combinadas y dejó de tener mando directo sobre buques de la Royal Navy. Pero fue entonces, en una misión que planificó para los Commandos, cuando el rosa Mountbatten demostró su eficacia (o eso se dijo). El 27 de diciembre de 1941, 570 comandos desembarcaron en la isla noruega de Vågsøy con el objetivo de atacar la ciudad de Måløy y destruir sus instalaciones de fabricación de aceite de pescado (un producto que era utilizado como combustible por los alemanes). La incursión contaba con el apoyo de una fuerza naval formada por cuatro destructores y el crucero ligero Kenya. El desembarco al amanecer fue precedido de un bombardeo naval a cargo de los doce cañones de 6 pulgadas del Kenya. El crucero mantuvo un prolongado duelo artillero con tres cañones costeros alemanes de 130 mm. A pesar de los innumerables disparos de la artillería alemana, el Kenya tan solo recibió un impacto cercano sin consecuencias. Su fortuna fue atribuida a su pintura de camuflaje rosa Mountbatten, que supuestamente habría confundido a los artilleros enemigos.

La misión fue un éxito. A pesar de encontrar más resistencia de la esperada, los comandos se retiraron después de destruir las fábricas, las reservas de aceite, una decena de barcos y varios depósitos de combustible e instalaciones militares. Además capturaron un centenar de prisioneros y se hicieron con un libro de códigos de la Kriegsmarine. Y, sobre todo, demostraron que la costa noruega no estaba a salvo de las incursiones británicas y empujaron a Hitler a reforzar su defensa, destinando a ello recursos que habrían sido más útiles en otros frentes.

Así que los buques de guerra de color rosa no solo existieron en la imaginación de algunos guionistas de Hollywood:

4 comentarios:

  1. Al principio pensé que se trataba de un escuadrón alocado al estilo de "Village People", luego ya vi que no. Parece que dio resultado como camuflaje esa tonalidad.
    Un saludo.

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    1. Sin duda el color rosa tiene que luchar contra muchos prejuicios, y más si es para uso militar.
      Un saludo, Cayetano.

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  2. Los muchachos del SAS(Special Air Service) y del LRDG (Long Range Desert Group) también tomaron la costumbre de pintar de color de rosa sus "Land Rovers" y camiones artillados en el Norte de África, ya que resultaba un camuflaje sorprendentemente eficaz en las cambiantes condiciones de la luz crepuscular en que solían desarrollarse las operaciones en el desierto.
    Buen artículo Nonsei.

    Saludos

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    1. Cierto, el SAS usó de forma ocasional el color rosa en sus vehículos.
      Donde más se ha utilizado el camuflaje rosa es en aviación, por motivos obvios.
      Un saludo.

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