En julio de 1937, cuando el conflicto chino japonés se convirtió en una guerra abierta, la Fuerza Aérea China estaba en una situación crítica. Contaba con menos de cien aviones de combate operativos, y tenía una escasez todavía mayor de pilotos entrenados. En agosto, tras la firma del pacto de no agresión entre China y la URSS, los chinos pudieron contar con la ayuda soviética. Por una cláusula secreta de dicho pacto la URSS se comprometía a suministrar a los chinos asistencia militar, aviones, pilotos y técnicos. A partir de entonces los pilotos voluntarios y los aviones soviéticos sirvieron para evitar un dominio absoluto del aire por parte de la aviación japonesa. Pero cuando tres años después expiraron los acuerdos con la URSS, la situación política había cambiado radicalmente. La Unión Soviética había firmado el pacto Molotov-Ribentropp con Alemania y había iniciado un acercamiento con el Eje que incluía la firma de otro acuerdo con Japón, que se estaba negociando en esos momentos. El gobierno chino se vio obligado a buscar la ayuda de otra potencia. La alternativa estaba clara: Estados Unidos.
Polikarpov I-15 con la divisa nacional china, una prueba de la ayuda militar soviética recibida por la Fuerza Aérea China en los primeros tres años de la guerra con Japón:
En 1941 los chinos decidieron enviar una misión a Estados Unidos para conseguir su ayuda, reclutar pilotos y comprar aviones. El presidente Roosevelt estaba decidido a ayudar a los nacionalistas chinos, y ya estaba considerando ampliar la Ley de Préstamo y Arriendo, originalmente aprobada para apoyar a Gran Bretaña en su guerra contra Alemania, para dar ayuda militar directa a Chiang Kai-Chek. Formando parte de la delegación china viajaba el estadounidense Claire L. Chennault, consejero de la Fuerza Aérea China. La intención del gobierno chino era que Chennault crease una fuerza de combate con aviones y pilotos estadounidenses integrada en la Fuerza Aérea China. Chennault tenía entonces 50 años. Se había formado como piloto en la Primera Guerra Mundial, había servido más tarde como instructor de vuelo en el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos y se había convertido en un experto en tácticas de caza. En 1937, siendo capitán, se retiró del Ejército, a causa de sus discrepancias con los mandos del Cuerpo Aéreo (aunque alegó motivos de salud). Casi inmediatamente después fue contratado por el gobierno chino como consejero militar.
Claire L. Chennault, creador y comandante de los Tigres Voladores:
Chennault compró cien cazas utilizando como tapadera la Central Aircraft Manufacturing Co. (CAMCO). Los cazas adquiridos eran Curtiss P-40B, conocidos como Tomahawk II. Los aviones eran una partida que se había fabricado inicialmente por encargo del gobierno británico, pero que no llegaron a enviarse a la RAF porque al terminar la batalla de Inglaterra los británicos no tenían tantas urgencias como en el momento en el que hicieron el pedido, y decidieron esperar al desarrollo del P-40E, un modelo mejorado.
Para conseguir los pilotos, Chennault tuvo que obtener un permiso especial del presidente Roosevelt para reclutarlos entre el personal de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. El apoyo poco disimulado del presidente a su proyecto compensaba las reticencias de los mandos del Ejército y la Marina en dejar marchar a pilotos experimentados cuando el país se estaba preparando para una guerra que parecía cada vez más cercana. Se contrataron un total de 109 pilotos, de los cuales aproximadamente la mitad provenían de la Armada y los Marines y un tercio del Cuerpo Aéreo del Ejército; los restantes eran pilotos civiles. Además también fueron contratados unos 150 hombres como personal de tierra. Se les hizo a todos ellos un contrato por un año. Los pilotos cobrarían 600 dólares al mes, y los jefes de vuelo 675. Además el gobierno chino ofreció una prima de 500 dólares por cada avión enemigo destruido. El personal de tierra cobraría entre 150 y 400 dólares.
Entrenamiento y despliegue
Pilotos y aviones embarcaron con destino a Rangún, Birmania, donde empezaron a llegar en julio de 1941. Los meses siguientes permanecieron en Birmania, en aeródromos cedidos por la RAF, familiarizándose con los aparatos y perfeccionando las nuevas técnicas de combate desarrolladas por Chennault. Estas tácticas fueron la clave de su éxito posterior. Chennault sabía que en un combate aéreo tradicional entre cazas la ventaja sería siempre para los japoneses, cuyos aparatos eran mucho más maniobrables que los P-40. Se trataba de aprovechar los puntos fuertes de los aparatos estadounidenses: su alta velocidad y su potencia de fuego. Antes de comenzar el combate los pilotos estadounidenses aprovecharían su mayor velocidad para ascender y colocarse encima del enemigo, para después lanzarse contra él aprovechando su gran velocidad de picado, de ser posible con el sol a su espalda, dar una pasada y volver a subir. Los aviones japoneses, con los que no podían competir en maniobrabilidad, eran sin embargo ligeros y frágiles, y tendían a arder y partirse fácilmente. Por el contrario, los voluntarios estadounidenses pudieron comprobar que los P-40 eran extraordinariamente robustos y podían permanecer en vuelo después de haber sufrido muchos daños. La unidad recibió el nombre oficial de American Volunteer Group, o AVG, aunque enseguida se les conoció más por su apodo: Flying Tigers. Al mando, por supuesto, estaba Claire Chennault, como coronel de la Fuerza Aérea China. Al formar parte de la Fuerza Aérea China, sus aviones tenían pintada la divisa nacional china, pero los estadounidenses añadieron una identificación que los hizo inmediatamente reconocibles: en los morros de los aviones pintaron una boca de tiburón, una decoración que copiaron de los P-40 del famoso Escuadrón 112º de la RAF, desplegado en el norte de Africa. Como estratagema para hacer creer a los japoneses que el número de escuadrones era mucho mayor del que era en realidad, pintaban regularmente los cubos de las hélices y las salidas de aire del motor con colores diferentes. También utilizaban distintos nombres para sus escuadrones en sus comunicaciones por radio.
Un grupo de pilotos del AVG:
El AVG se dividió en tres escuadrones, cada uno formado por tres escuadrillas de seis cazas. El 1º Escuadrón de Caza fue bautizado Adam and Eve (Adán y Eva), el 2º Panda Bears (Osos Panda) y el 3º Hell’s Angels (Angeles del Infierno). Cuando los Tigres Voladores se desplegaron para el combate, la segunda semana de diciembre, los Estados Unidos estaban ya en guerra con Japón. Los escuadrones 1ºy 2º se trasladaron a Kunmig, en el sur de China, que sería la base principal del AVG. El 3º Escuadrón permaneció en Birmania, en el aeródromo de Mingaladon, encargados de la defensa aérea de Birmania junto a los Brewster Buffalos del 67º Escuadrón de la RAF. Había un claro motivo estratégico para que una parte importante del AVG (que, recordemos, era una unidad de la Fuerza Aérea China) permaneciese en Birmania. Desde la ocupación japonesa de la Indochina Francesa la única ruta por la que los nacionalistas chinos podían recibir suministros era la llamada “Carretera de Birmania”, que iba desde el terminal de ferrocarril de Lashio, en el interior de Birmania, hasta Kunming, precisamente la ciudad donde los Tigres Voladores establecieron su cuartel general. La principal misión del AVG era la defensa aérea de esa vital ruta. Una muestra de la importancia que la ruta tenía para las fuerzas nacionalistas chinas es que cuando los japoneses atacaron Birmania, Chiang Kai-Chek envió una fuerza de nueve divisiones chinas para defenderla (con poco éxito, por cierto).
Insignia de los Tigres Voladores, creada para ellos por dibujantes de los estudios Disney:
Insignias de los tres escuadrones de caza de los Tigres Voladores (Hell´s Angels, Adam and Eve y Panda Bears):
Combates en Birmania
El bautismo de fuego de los Tigres Voladores tuvo lugar el 20 de diciembre. Chennault había impulsado la creación de una red de observadores en tierra que permitiese dar la alerta temprana en el caso de una incursión aérea enemiga. Ese día avistaron una formación de 10 bombarderos Mitshubishi Ki-21 sin escolta en ruta desde Hanoi a Kunming. Los escuadrones 1º y 2º se enfrentaron a ellos, con el resultado confirmado de 6 bombarderos derribados por la pérdida de un caza del AVG. Sin embargo, en esos primeros meses de combates, no fue China, sino Birmania, el centro de las acciones de los Tigres Voladores.
El 23 de diciembre entró en acción el 3º Escuadrón, cuando se enfrentaron, junto a los Buffalos de la RAF, a una fuerza de 70 Ki-21 escoltados por cazas que regresaban de bombardear Rangún. El AVG derribó 6 bombarderos y 4 cazas, a cambio de perder 3 P-40.
El 25 de diciembre tuvo lugar la primera gran victoria de los Tigres Voladores, cuando de nuevo los cazas del 3º escuadrón se enfrentaron a una gran fuerza japonesa enviada contra Rangún. Fue la demostración de la valía de las tácticas de ataque en picado desarrolladas por Chennault. Por 2 P-40 perdidos, los estadounidenses habían logrado derribar 28 aviones enemigos.
Formación de P-40 del 3º Escuadrón del AVG:
El 28 de diciembre los japoneses atacaron con éxito Mingaladon, la base del AVG en Birmania. Antes habían logrado alejar a los Hell’s Angels con una incursión de señuelo que dejó el aeródromo sin protección. Dos días después los exhaustos Hell’s Angels fueron relevados por los Panda Bears. La llegada a Birmania del escuadrón de refresco supuso la oportunidad para pasar a la ofensiva. El 3 de enero de 1942 tres P-40 lanzaron un ataque contra el aeródromo japonés de Meshod, en Tailandia, logrando destruir 5 aviones en tierra y otros 3 en combate aéreo. El día siguiente una escuadrilla de seis P-40 de patrulla entablaron combate con una formación de una treintena de cazas Nakajima Ki-27 “Nate” del Ejército japonés. Hubo tres derribos por cada bando.
Pilotos neozelandeses del 67º Escuadrón de la RAF, compañeros de lucha de los Tigres Voladores en Birmania, posando junto a uno de sus Brewster Buffalo en Mingaladon; Los Buffalos fueron totalmente superados por los cazas japoneses:
Cazas Nakajima Ki-27 del Ejército Imperial, los principales rivales del AVG en los cielos de Birmania y China; eran muy ligeros y maniobrables, pero también muy frágiles y con poca potencia de fuego:
En febrero le tocó el turno al 1º Escuadrón, que se trasladó desde Kunming a Birmania para relevar a los Panda Bears. A finales de mes el avance japonés obligó al AVG a evacuar Mingaladon y trasladarse a Magwa, 320 Km al norte. El 19 de marzo dos P-40 repitieron la acción del 3 de enero, esta vez contra el aeródromo japonés de Moulmein, logrando destruir en tierra 15 Ki-27. Días después de nuevo los Tigres Voladores tuvieron que retirarse hacia el norte, ante el imparable avance japonés. Su nueva base se estableció en Loiwing, ya en territorio chino. Para entonces el AVG contaba con apenas 20 cazas operativos, pero fue entonces cuando recibieron una treintena de los nuevos P-40E, llegados desde Accra por vía aérea. El 24 de marzo seis P-40 volvieron a realizar una incursión contra un aeródromo japonés, en esta ocasión Chien-Mai, en Tailandia, destruyendo en tierra varios cazas enemigos. El avance japonés continuaba, y el 1 de mayo nuevamente se vieron obligados a abandonar Loiwing, teniendo que destruir antes 22 P-40 que no estaban en condiciones de volar. En esta fase de la guerra los Tigres Voladores realizaban principalmente misiones de apoyo aéreo a las fuerzas chinas y británicas en retirada.
El fin del AVG
Con Birmania ya totalmente ocupada por los japoneses, y aprovechando el cese obligado de las operaciones por el comienzo de la temporada del monzón, Chennault reorganizó la unidad. Su nueva misión pasaba a ser la defensa aérea de las ciudades del sur de China. Para ello mantuvo el 3º Escuadrón en Kunming, que continuaba siendo la base principal de AVG, y trasladó el 2º Escuadrón a Chunking y Hengyang y el 1º a Kweilin. El 13 de junio los P-40 de Adam and Eve interceptaron una formación de 20 aviones del Ejército japonés sobre Kweilin, derribando 11 de ellos y perdiendo 2 aparatos. Fue la última victoria del AVG. Poco tiempo después la unidad de voluntarios de la Fuerza Aérea China fue absorbida por la 14ª Fuerza Aérea y se convirtió en el 23º Grupo de Caza de la USAAF. Con los Estados Unidos en guerra con el Japón, el apoyo militar a China se podía realizar abiertamente y no había necesidad de mantener una unidad autónoma fuera de la estructura militar en la región. Pero la transición se hizo de forma desastrosa. La falta de tacto del Ejército al tratar las condiciones en las que se integrarían (en muchos casos reintegrarían) en él, provocó que únicamente cinco pilotos de los Tigres Voladores aceptasen pasar a la nueva unidad. Tan sólo las súplicas de Chennault (que por su parte había sido ascendido a general de brigada y había recibido el mando de la nueva China Air Task Force) lograron que otros diecinueve pilotos aceptasen permanecer en el 23º Grupo de Caza un pequeño periodo de dos semanas después de su nacimiento oficial, el 4 de julio de 1942.
El 23º Grupo de Caza permaneció en China hasta el final de la guerra. Sus Curtiss P-40 con el tiempo fueron sustituidos por P-51 Mustang, y sus misiones principales pasaron a ser las de escolta de los bombarderos de la USAAF. Tres de los Tigres Voladores originales volvieron más tarde al 23º Grupo de Caza, dos de ellos como comandantes en jefe, los coroneles David “Tex” Hill y Edward F. Rector; el tercero, el teniente coronel Charles Order, como jefe de escuadrón.
Soldado chino haciendo guardia frente a los P-40 del AVG:
Otra imagen de los Tigres Voladores en China:
En poco más de seis meses de historia el AVG había acreditado la destrucción de 297 aviones japoneses, contra la pérdida de 80 aviones propios (incluyendo los accidentes y averías y los destruidos por los propios norteamericanos durante su retirada a través de Birmania). Se perdieron 25 pilotos, entre muertos, desaparecidos y prisioneros. Teniendo en cuenta que casi siempre combatían en inferioridad numérica contra un enemigo que se podía considerar técnicamente superior, y a pesar de las dificultades logísticas que sufrieron en todo momento (se veían obligados incluso a filtrar y reutilizar el aceite de motor) la relación victorias/pérdidas es realmente espectacular. Aunque como suele ocurrir hay quien pone en duda estas cifras. El historiador Dan Ford, cotejando las cifras dadas por el AVG con los registros japoneses, estimó que los Tigres Voladores habían derribado aproximadamente 115 aviones japoneses, con unas tripulaciones que sumaban unos 400 hombres. Aun aceptando estas cifras hay que reconocer que los Tigres Voladores se impusieron claramente a sus contrincantes japoneses. A menos que se acepten también las desorbitadas cifras japonesas, que llegaron a reivindicar la destrucción de 544 aviones del AVG.
El mayor as del AVG fue Robert H. Neale, que acreditó la destrucción de 16 aviones enemigos. Otros ocho pilotos suman diez o más victorias.
Fuentes:
Cuerpos de Elite Nº 38
http://www.elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos/segunda-guerra-mundial/346-los-tigres-voladores
http://www.exordio.com/1939-1945/codex/vsoldado/avg.html
http://die-cast-army.over-blog.com/article-11235836.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Flying_Tigers
http://www.warbirdforum.com/avg.htm
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