Después de la conquista de las Marianas los estadounidenses pudieron disponer de bases para atacar el territorio metropolitano japonés con sus bombarderos de gran autonomía. El 24 de noviembre de 1944 los B-29 con base en Saipan realizaron su primera incursión sobre Tokio. Como respuesta, el Cuartel General Imperial ordenó a la 1ª Brigada de Asalto Paracaidista formar una unidad especial para un ataque de comandos contra las bases aéreas estadounidenses en las Marianas. Sería una misión sin retorno. El seleccionado para dirigir la nueva unidad fue el capitán Michiro Okuyama, comandante de la 1ª Compañía del Regimiento de Ingenieros de la brigada, una unidad especializada en técnicas de sabotaje y demolición. El capitán Okuyama era un oficial muy respetado, que había servido en la primera unidad de formación y entrenamiento de paracaidistas del Ejército Imperial. El cuartel general de la brigada le encargó la elección de los 126 hombres que participarían en la misión. A la mayoría de ellos los escogió entre los hombres de su propia compañía. La fuerza especial recibió el nombre de Giretsu Kuteitai (Unidad Aerotransportada Giretsu).
El 5 de diciembre la unidad se trasladó a la Academia del Aire del Ejército Imperial en Saitama, Kanto. Allí se les unieron diez oficiales expertos en sabotaje de la escuela de inteligencia de Nakano, con lo que la Giretsu Kuteitai quedó definitivamente formada con un total de 136 hombres, divididos en cinco pelotones. En Saitama los comandos Giretsu comenzaron un entrenamiento intensivo. Para ayudarles en su adiestramiento construyeron para ellos una maqueta de un B-29. Las minas magnéticas utilizadas habitualmente por el Ejército japonés no se sujetaban en el fuselaje de aluminio del avión, así que se tuvieron que desarrollar dos armas específicas para la misión. Una consistía en una carga explosiva de 2 Kg en el extremo de una pértiga, con una ventosa en su parte superior. El atacante tenía que utilizar la pértiga para colocar la carga en el ala del avión y tirar de un cordón para activar un detonador de acción retardada. La otra arma era una carga en cadena, que consistía en una cuerda de cinco metros con trece cargas explosivas colocadas a lo largo de ella y un pequeño saco de arena en un extremo, para hacer peso y facilitar su lanzamiento sobre el fuselaje del avión o de las alas. El capitán Okuyama insistía a sus hombres en que cada uno de ellos tenía que destruir al menos dos o tres aviones, aun cuando en el intento fuese herido mortalmente. La noche del 22 de diciembre la Giretsu Kuteitai hizo una demostración para el alto mando. Los observadores se quedaron impresionados cuando vieron a los comandos moviéndose rápidamente a través de la oscuridad como si fuera de día y colocando con habilidad sus explosivos en los aviones.
La preparación de los hombres de la Unidad Giretsu terminó antes que la de la fuerza de transporte aéreo que se había asignado a su misión. Los pilotos de la 3ª Dokuritsu Hikotai (Unidad Independiente de Vuelo), al mando del capitán Suwabe, que tenían que llevar a los comandos hasta las bases enemigas de las Marianas, no tenían práctica con sus nuevos aviones (bombarderos Mitsubishi Ki-21, o Tipo 97 según la nomenclatura del Ejército, modificados para el transporte de personal) ni experiencia en vuelos de largo alcance sobre el océano. A pesar de ello se fijó el ataque para el 17 de enero de 1945. Los comandos se ya se habían trasladado a la base aérea de Hamamatsu, en Honshu, cuando la operación tuvo que ser cancelada después de que los aeródromos de Iwo Jima en los que tenían previsto repostar fuesen dañados por ataques aéreos estadounidenses (los Tipo 97 no tenían suficiente autonomía para volar directamente desde Japón a las Islas Marianas). Los decepcionados comandos Giretsu volvieron a Nyutabaru, la base de la 1ª Brigada de Asalto. En el mes de marzo, durante la batalla de Iwo Jima, se hicieron planes para atacar los aeródromos capturados por los marines, pero la operación también se canceló cuando los japoneses dieron por perdida la isla. Sin embargo, la Unidad Aerotransportada Giretsu no se disolvió. Los comandos se mantuvieron dispuestos para entrar en acción en cuanto se fijase un nuevo objetivo. Este periodo fue difícil para ellos: como integrantes de una unidad suicida gozaban de privilegios que los soldados normales no tenían, pero ese trato especial era una carga para los hombres que se mantenían inactivos esperando una misión.
El 1 de abril comenzó la batalla de Okinawa con el desembarco de las fuerzas estadounidenses. En las siguientes semanas gran cantidad de aviones kamikaze trataron de atacar a la flota norteamericana anclada frente a la isla, pero muchos de ellos eran interceptados y derribados por los cazas estadounidenses desplegados en los aeródromos capturados de Yontan y Kadena, en la costa oeste de Okinawa. El 15 de mayo, el 6º Ejército del Aire solicitó al Cuartel General Imperial permitir la utilización de la Unidad Giretsu para neutralizar esos dos aeródromos. Los hombres de Okuyama y la 3 ª Unidad Independiente de Vuelo se trasladaron al aeródromo de Kengun, en la isla meridional de Kyushu, para preparar la misión, denominada en clave Operación GI. Un total de dieciséis aviones Tipo 97, a los que se les habían retirado todo su armamento para ahorrar peso, fueron asignados a la misión. Ocho aviones transportarían al capitán Okuyama con los pelotones 1º, 2º y 5º para atacar Yontan. Otros cuatro tendrían como objetivo Kadena, con el capitán Watabe (el segundo de Okuyama) al mando de los pelotones 3º y 4º. Los cuatro restantes quedarían en reserva. El plan era que la fuerza despegase de Kengun al anochecer y aterrizase en los aeródromos ocupados por los estadounidenses antes de la medianoche. Los atacantes tenían que destruir los aviones y las instalaciones, y luego tomar posiciones cercanas para impedir el uso enemigo de los aeródromos con fuego de armas automáticas. Casi cincuenta bombarderos y cazas del Ejército y la Marina atacarían los aeródromos de destino antes de los comandos aterrizasen, con la esperanza de distraer a los estadounidenses de la aproximación de los aviones de los atacantes. Al día siguiente, con los campos de aviación estadounidenses neutralizados, unos 180 aparatos kamikaze del Ejército y la Marina y más de 30 aviones de ataque convencional, además de algunas bombas tripuladas Ohka, serían enviados a atacar a la flota estadounidense en un ataque Kikusui (un ataque kamikaze masivo).
El ataque estaba previsto para el 23 de mayo, pero el mal tiempo obligó a aplazarlo un día. Cuando los comandos se reunieron en el aeródromo antes de partir su moral era alta, aunque sabían que ninguno de ellos iba a regresar. Después de una breve ceremonia embarcaron en los aviones, y a las 18:50 del 24 de mayo los doce bombarderos despegaron y pusieron rumbo sudoeste para volar las 480 millas que les separaban de Okinawa. Cuatro de los aviones tuvieron que regresar a la base por problemas mecánicos. En Kengun los hombres se quedaron esperando noticias en torno a un altavoz conectado a la sala de radio. Por fin a las 22:10 gritaron de júbilo cuando escucharon un mensaje de la Unidad Giretsu: "iAhora, vamos a tomar tierra!". Cerca de una media hora más tarde el tráfico de radio norteamericano indicaba una situación de emergencia en el aeródromo de Yontan, y aviones japoneses informaron de que se veía un gran incendio en la base estadounidense. El día siguiente, 25 de mayo, se lanzó el ataque Kikusui previsto, al que siguió otro dos días después. Los japoneses no podían saber si el ataque a Yontan había tenido éxito, pero pudieron constatar que en cualquier caso no había tenido un efecto significativo en la cantidad de cazas que defendían la flota estadounidense, ya que tuvieron que enfrentarse a un gran número de ellos.
Los hombres de la Giretsu Kuteitai se disponen a partir hacia su misión suicida:
El capitán Okuyama saluda a los hombres antes de subir a su avión:
El aeródromo de Yontan era la base del Grupo Aéreo 31º de la Marina. Hacia las ocho de la noche del 24 de mayo comenzó un ataque aéreo japonés, que parecía tener como objetivos el aeródromo y los buques estadounidenses anclados frente a la costa. Se trataba del ataque de distracción preparado para cubrir la aproximación de los aviones que transportaban a la Giretsu Kuteitai. Los antiaéreos del Ejército y la Marina derribaron varios de los aviones enemigos. Hacia las nueve y media un bimotor, aparentemente un “Sally” (nombre que daban los aliados al Ki-21) fue derribado por la artillería antiaérea cuando se aproximaba al aeródromo a mucha menor altura que los que habían intervenido en los ataques anteriores. Una hora después otros tres se aproximaron también aparentemente con intención de tomar tierra, y fueron igualmente derribados. El ala de uno de ellos cayó en la posición de un cañón antiaéreo, matando a dos de los servidores. Un quinto "Sally" aterrizó de panza (con el tren de aterrizaje plegado) en una de las pistas, deslizándose hasta una distancia de 80 metros de la torre de control. Una docena de hombres salieron del avión y se precipitaron entre los aviones estadounidenses estacionados en la base, lanzando granadas de fósforo y cargas de demolición y disparando sus armas. Dos depósitos que contenían 70.000 galones de combustible (265.000 litros) estallaron en llamas, provocando un gigantesco incendio. Los estadounidenses fueron temporalmente presa del pánico. Los pilotos, el personal de tierra, los artilleros de los antiaéreos y las fuerzas de seguridad de la base comenzaron a disparar sus armas en todas direcciones. Ese fuego indiscriminado fue lo que causó la mayor parte de las bajas estadounidenses (tres muertos y dieciocho heridos) y algunos de los daños que sufrieron los aviones norteamericanos. Todos los comandos japoneses murieron, el último de ellos al mediodía del día siguiente cuando fue descubierto oculto entre la maleza. Tres de los aviones japoneses fueron derribados antes de alcanzar Okinawa. De los cinco que llegaron a Yontan, cuatro se estrellaron derribados por la artillería antiaérea. En total, los estadounidenses enterraron 69 cuerpos de comandos y aviadores enemigos. La mayoría de ellos murieron en sus aviones. Entre los que lograron tomar tierra, varios de ellos acabaron suicidándose cuando agotaron los explosivos que llevaban. Los atacantes lograron destruir en total nueve aviones estadounidenses: tres cazas F4U Corsair, dos cuatrimotores bombarderos-patrulleros PB4Y Privateer, y cuatro transportes R4D (la denominación que daba la Marina al Douglas C-47). Otros veintidós F4U, tres cazas F6F Hellcat, dos PB4Y Privateer y dos R4D resultaron dañados. La tarde del día siguiente el aeródromo de Yontan estaba de nuevo en funcionamiento, y la mayoría de aviones dañados fueron reparados en pocos días.
El único avión que logró aterrizar en Yontan, del que salieron los atacantes japoneses:
Fuente principal:
Gordon L Rottman / Akira Takizawa: Japanese Paratroop Forces in Worl War II
Más: http://www.pacificwrecks.com/airfields/japan/yontan/index.html
Fotos: http://forum.axishistory.com/viewtopic.php?t=20476
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