El caso Kent-Wolkoff

Anna Wolkoff era una diseñadora de moda y artista londinense de origen ruso, hija del almirante Nikolai Wolkoff, el último agregado naval de la Rusia zarista en Londres. Después del triunfo de la revolución soviética, el almirante y su familia se quedaron a vivir en Inglaterra, y con el tiempo todos ellos acabaron obteniendo la nacionalidad británica. Tanto Anna como su padre eran de ideología ultraderechista y simpatizantes del nazismo alemán. En la década de los treinta Anna visitó Alemania en varias ocasiones, donde, según afirmaría más tarde, conoció a varias personalidades del régimen como Hans Frank y Rudolf Hess. Sus viajes a Alemania y sus actividades políticas despertaron el interés del MI5 (el servicio de contrainteligencia británico), que a partir de 1935 comenzó a vigilarla, por considerarla una posible espía alemana.

Los Wolkoff pertenecían al Right Club, una organización pronazi y antisemita fundada por un miembro del Parlamento por el Partido Conservador llamado Archibald Ramsay, y que incluía entre sus miembros a personajes como William Joyce, A.K. Chesterton y el duque de Wellington. Los miembros del club a menudo celebraban sus reuniones en el Russian Tea Room, en South Kensington, un tradicional punto de encuentro de la comunidad de rusos blancos en Inglaterra. En su autobiografía, The Nameless War, Ramsay explicaba que "el objetivo principal del Right Club era denunciar las actividades de las organizaciones judías, a la luz de las pruebas que llegaron a mi poder en 1938. Nuestro primer objetivo fue la eliminación de la influencia judía en el Partido Conservador, y el carácter de nuestros miembros y las reuniones estaban estrictamente de acuerdo con este objetivo". Cuando Gran Bretaña entró en guerra contra Alemania en septiembre de 1939, el Right Club se disolvió de forma oficial, aunque muchos de sus miembros continuaron clandestinamente con sus actividades, sin importarles que con ellas estuviesen ayudando directamente al enemigo de su país.

Tyler Gatewood Kent nació en Nowchwang, Manchuria, donde su padre estaba destinado como cónsul de los Estados Unidos. Después de estudiar en prestigiosas universidades como Princeton y La Sorbona, y gracias a los contactos de su padre, Kent consiguió un puesto en el Departamento de Estado. Su primer destino fue el de secretario de cifrado en la nueva embajada en Moscú (Estados Unidos y la Unión Soviética acababan de establecer relaciones diplomáticas). En la capital rusa los servicios de contraespionaje estadounidenses comenzaron a sospechar que Kent era un espía a sueldo de los soviéticos, pero no consiguieron ninguna evidencia sólida contra él. En octubre de 1939 decidieron deshacerse del problema trasladándole a la embajada en Londres, de nuevo como secretario de cifrado (un puesto sorprendente para un sospechoso de espionaje).

Al poco tiempo de llegar a su nuevo destino, Kent comenzó a relacionarse con la comunidad de rusos exiliados en Londres y a frecuentar el Russian Tea Room. Allí conoció a Nikolai Wolkoff y su familia. Políticamente Tyler Kent se presentaba como un aislacionista contrario a la política probritánica del gobierno de Roosevelt y simpatizante de los británicos partidarios de un acuerdo de paz con Alemania. A través de Anna Wolkoff, Kent conoció a Archibald Ramsay. En febrero de 1940 se unió al Right Club.

Como encargado de cifrado de las comunicaciones diplomáticas en Londres, Kent tenía acceso a gran cantidad de documentos secretos. Entre ellos había unos que podían haber tenido una gran repercusión en el caso de haber sido hechos públicos: las comunicaciones entre Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt. Churchill acababa de ser nombrado Primer Lord del Almirantazgo y se encontraba en comunicación regular con el Presidente de los Estados Unidos. Los funcionarios británicos que conocían esas comunicaciones declararon tiempo después que si hubiesen salido a la luz en aquel momento habrían dañado gravemente las relaciones anglo-estadounidenses, ya que ponían de manifiesto que Roosevelt estaba buscando maneras de evadir la neutralidad para ayudar a Gran Bretaña a resistir la embestida alemana. También habrían perjudicado las opciones de Roosevelt de salir reelegido (era año electoral en Estados Unidos). Kent comenzó a guardar en su casa muchos de los telegramas confidenciales más interesantes, porque, según diría más tarde, esperaba tener la oportunidad de utilizarlos para ayudar a los aislacionistas estadounidenses.

Un día Kent reveló a Anna Wolkoff y Archibald Ramsay que había estado recopilando información confidencial que probaba las maquinaciones del gobierno estadounidense para entrar en la guerra. Poco después les invitó a su casa y allí les mostró los documentos robados en la embajada. El 13 de abril Wolkoff pidió a a Kent que le prestase algunos de los documentos para fotografiarlos. Cuando tuvo las copias las envió a Berlín a través de un intermediario de la embajada italiana (Italia todavía no había entrado en la guerra y mantenía relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, aunque sus simpatías pro-alemanas eran evidentes para todo el mundo). Días más tarde los servicios secretos británicos interceptaron comunicaciones por radio que probaban que la información sobre los contactos entre Churchill y Roosevelt había sido transmitida a Berlín y había llegado al Abwehr.

Lo que no sabía Anna Wolkoff era que el MI5 llevaba ya tiempo detrás de ella. La contrainteligencia británica tenía numerosos agentes infiltrados en el Right Club, hasta el punto de poder incluso influir en las actividades del grupo. En una ocasión Anna pidió a una compañera del club, una secretaria llamada Joan Miller, que hiciese llegar a su contacto de la embajada italiana una carta codificada para William Joyce (conocido burlonamente como “Lord Haw-Haw”, un propagandista pro-nazi que dirigía un programa radiofónico en inglés desde Alemania). La joven que accedió a llevar el documento era en realidad una agente del MI5, con lo que la carta acabó en manos de Maxwell Knight, el jefe de la sección B5, el departamento del MI5 encargado de la lucha contra la subversión. Mientras recopilaban pruebas contra Anna Wolkoff, los investigadores del MI5 se dieron cuenta de que su relación con Tyler Kent era más que sospechosa. Al principio pensaron que podrían dejar al empleado de la embajada estadounidense al margen de las investigaciones y evitar un conflicto diplomático, pero las evidencias contra él eran tan fuertes que tuvieron que incluir su nombre en los informes.

El 18 de mayo el embajador de Estados Unidos, Joseph P. Kennedy Sr. (padre del futuro presidente) fue informado del desarrollo de las investigaciones y aceptó retirar a Kent la inmunidad diplomática. En la madrugada del 20 de mayo Tyler Kent fue arrestado en su domicilio. En el registro de la vivienda los oficiales del MI5 encontraron 1.929 documentos oficiales. Además de los cables entre Churchill y Roosevelt, había un cuaderno que contenía nombres de personas sometidas a vigilancia por la Sección Especial y el MI5. Anna Wolkoff fue detenida el mismo día, acusada de violar la Ley de Secretos Oficiales. El 31 de mayo, tras once días de detención secreta, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció que Tyler Kent había sido despedido y "detenido por orden del Ministro del Interior”.

El 23 de octubre comenzó el juicio a Wolkoff y Kent, celebrado a puerta cerrada en el tribunal de Old Bailey. Los únicos espectadores permitidos fueron algunos observadores oficiales, representantes de los servicios secretos y de ambos gobiernos. Como era ciudadano estadounidense, y la información que había robado era también estadounidense, Tyler Kent no podía ser acusado de violar la Ley de Secretos Oficiales. En lugar de ello fue acusado de robo, por haberse hecho con documentos propiedad del embajador Kennedy, y de haber permitido que Wolkoff tuviese acceso a ellos, cuando esos documentos "podrían ser directa o indirectamente útiles al enemigo".

El 7 de noviembre de 1940 se dictaron las sentencias. Ambos fueron declarados culpables. Wolkoff fue condenada a 10 años de prisión por "intento de ayudar al enemigo", mientras que Kent tuvo una condena algo menor, 7 años. En Estados Unidos los grupos aislacionistas presentaron el juicio como una farsa con la que el gobierno estadounidense pretendía encubrir sus maniobras para entrar en la guerra. En realidad, como se demostró cuando los documentos robados por Kent se desclasificaron en 1972, en ellos se detallaba toda la ayuda que Roosevelt estaba dispuesto a prestar a los británicos, pero también quedaba claro que el presidente norteamericano no pensaba ir más allá (y arriesgarse a entrar en guerra) sin el apoyo del Congreso y de la opinión pública.

En 1943 el gobierno británico retiró la nacionalidad a Anna Wolkoff. Salió de la cárcel en 1947. Murió poco después en un accidente de tráfico en España, en un coche conducido por Enid Riddell, otro ex-miembro del Right Club.

Al final de la guerra, Tyler Kent fue puesto en libertad y deportado a los Estados Unidos. Nunca renegó públicamente de su ideología. Después de casarse con una rica heredera, se convirtió en editor de un periódico con vínculos con el Ku Klux Klan. A pesar de su anticomunismo enfermizo (para él hasta el presidente Kennedy, el hijo del que fue su jefe en Londres, era un peligroso comunista) nunca se disiparon las sospechas de que en realidad era un agente soviético. En su juicio, Kent había admitido que ya cuando estuvo destinado en Moscú había robado documentos de la embajada, con idea de mostrárselos algún día a los políticos norteamericanos aislacionistas para que pudiesen utilizarlos en contra del gobierno. Afirmó que había quemado los documentos de Moscú cuando iba a ser trasladado a Londres. Más tarde se supo que había tenido una relación amorosa con una intérprete que trabajaba para el NKVD, lo que alimentó las especulaciones sobre sus conexiones con el espionaje soviético. También en Londres Kent tuvo una relación sospechosa. Allí fue amante de Irene Danishewsky, esposa de un comerciante británico que visitaba con frecuencia la URSS. Tanto la mujer como el marido eran vigilados por el MI5 por su posible vinculación con los servicios secretos soviéticos. Al parecer en los años 50 y 60 Kent fue objeto de varias investigaciones del FBI, que terminaron sin resultados. Murió en la indigencia, en un parque de caravanas de Texas, en 1988.

Las sospechas de que Tyler Kent trabajaba en realidad para los soviéticos seguramente no tienen mucha base, pero no son tan absurdas como en principio podría parecer. Cuando estuvo destinado en Londres (entre octubre de 1939 y mayo de 1940) estaba vigente el pacto germano-soviético, por lo que al NKVD puede que no le importase demasiado que un agente suyo estuviese espiando en favor de Alemania. Además, unos objetivos típicos de la inteligencia soviética eran los círculos de exiliados rusos en occidente, así que no es descabellado pensar que la auténtica misión de Kent fuese infiltrarse en ellos, usando como cebo su acceso a información secreta de las relaciones angloestadounidenses. Aunque hay otra opción, mucho más probable, y es que fuese Anna Wolkoff la que utilizase a Tyler Kent, y no al contrario. Después de todo, lo que sí se sabe con seguridad es que la hija del almirante ruso era una espía de los alemanes, y el secretario de cifrado de la embajada estadounidense en Londres era una pieza apetecible para cualquier servicio de inteligencia.

Fuentes:
http://en.wikipedia.org/wiki/Tyler_Kent
http://en.wikipedia.org/wiki/Anna_Wolkoff
http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/SSwolkoff.htm
y otras entradas de Wikipedia


2 comentarios:

  1. Interesante, como siempre. No conocía la historia (tan solo había leído algo del citado club y sobre todo de Lord Haw-Haw).

    Saludos!!

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  2. Sí, Lord Haw-Haw fue un personaje muy popular. Por desgracia para él, fue tan popular en Gran Bretaña que acabó ejecutado por traición, pese a que no tenía la nacionalidad británica.
    Gracias por pasarte y comentar, furillo.

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