Es una historia absurda. No tiene ningún sentido ni ninguna base científica. La popularizó Charles Berlitz, el mismo escritor que hizo famoso mundialmente el Triángulo de las Bermudas, lo que ya tendría que hacer sospechar a cualquiera. No hay ninguna prueba de que sea cierta, y en cambio hay muchas de que no pudo ocurrir. El protagonista de la historia, que se hacía llamar Carlos Allende, llegó a reconocer que se la había inventado. Y a pesar de todo eso, todavía hay gente que se la cree.
En fin, la mente humana es extraordinaria.
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