A primera hora de la mañana del 18 de abril de 1943 el almirante Isoroku Yamamoto, comandante supremo de la Flota Combinada, salió de Rabaul para hacer una visita de inspección a las bases japonesas de las islas Salomon. Yamamoto viajaba con su jefe de Estado Mayor, Matome Ugaki, y otros ayudantes, repartidos en dos bombarderos bimotores Mitsubishi G4M y acompañados por una escolta de seis cazas Zero del 204º Grupo Aéreo con base en Rabaul. Cuando volaban sobre la isla de Bougainville la formación fue interceptada por una escuadrilla de cazas estadounidenses. La escolta no pudo hacer nada contra el ataque de los dieciséis P-38 Lightning que salieron a su encuentro. Los dos bombarderos fueron derribados, y Yamamoto murió al estrellarse su avión en la selva.
En La muerte de Yamamoto conté cómo prepararon los estadounidenses la emboscada, y cómo la ejecutaron. Claro que aquella era la historia contada desde el punto de vista estadounidense, por eso decía que tres de los seis Zeros de la escolta de Yamamoto fueron derribados. Eso según los pilotos norteamericanos. El propio Thomas Lanphier relató cómo derribaba uno de los Zeros cercenándole una de sus alas. Parece que es la típica fantasmada de piloto de caza (algo en lo que todos parecían coincidir, independientemente de su nacionalidad, porque los pilotos japoneses tampoco se quedaban atrás exagerando sus hazañas). Y es que en realidad tan solo un caza japonés se vio obligado a retirarse del combate, el pilotado por el suboficial Okazaki, que fue alcanzado en el motor y tuvo que aterrizar en el campo de Ballale. Así que los seis integrantes de la escolta regresaron con vida de la misión. Eran el teniente Takeshi Morisaki y los suboficiales Yoshimi Hidaka, Toyomitsu Tsujinoue, Shoichi Sugita, Kenji Yanagiya y el ya mencionado Yasushi Okazaki.
El Almirante Yamamoto saluda a los pilotos de su escolta antes de partir de la base aérea de Rabaul:
Se ha dicho alguna vez que a los hombres de la escolta de Yamamoto se les dio la oportunidad de rehabilitarse teniendo una muerte gloriosa. No es cierto. Después de que los cinco Zeros aterrizasen en Rabaul (el sexto, el de Okazaki, se había quedado en Ballale) los pilotos se dirigieron a la oficina del comandante del 204º Grupo Aéreo, el capitán Ushie Sugimoto. Mientras los otros cuatro hombres esperaban al sol frente a la oficina en posición de firmes, el comandante de la misión, el teniente Morisaki, entró a presentar su informe al capitán Sugimoto y al teniente Zenjiro Miyano, jefe de su escuadrilla. Después todos tuvieron que dar su versión de los hechos. Les prohibieron hablar del incidente, pero nadie les recriminó nada. Sus mandos sabían perfectamente que seis Zeros no podían hacer mucho contra dieciséis P-38. Pero aunque no se les obligase a realizar misiones suicidas, sí que es cierto que los pilotos sentían que tenían que limpiar su honor, lo que seguramente les hizo arriesgarse más de lo razonable.
El 7 de junio de 1943 el 204º Grupo Aéreo lanzó un ataque con 81 aviones contra un campo de aviación estadounidense en las Islas Russel. Doce Zeros serían los encargados de la parte más arriesgada de la misión, lanzándose en vuelo rasante sobre el aeródromo enemigo armados con una bomba incendiaria bajo cada ala, mientras el resto de los aparatos se mantendrían sobre ellos para cubrirles. Tres de los doce eran pilotos de la escolta de Yamamoto, componiendo el 2º Shotai ("ala"), con Yoshimi Hidaka al mando, Yasushi Okazaki y Kenji Yanagiya. Sobre el aeródromo enemigo se entabló una brutal batalla aérea con los cazas estadounidenses. Hidaka y Okazaki murieron en la acción. Yanagiya logró hacer una pasada sobre el campo de aviación y lanzar sus bombas, pero cuando estaba tratando de ganar altura dos Wildcats se pusieron a su cola y comenzaron a dispararle. Su avión fue acribillado por los cazas enemigos. Uno de los disparos le arrancó su mano derecha. Volando a duras penas utilizando solo la mano izquierda y tratando de no perder el conocimiento logró regresar a su base.
El 16 de junio un avión de reconocimiento japonés descubrió una importante concentración de transportes enemigos en Punta Lunga, el punto habitual de descarga de suministros en Guadalcanal, en la costa norte de la isla. El 204º Grupo Aéreo atacó con todos sus efectivos. El teniente Morisaki murió en la acción. También murió el teniente Zenjiro Miyano, el jefe de la escuadrilla.
El 1 de julio el suboficial Toyomitsu Tsujinoue desapareció en una misión de escolta de bombarderos en picado que iban a atacar a las fuerzas de desembarco aliadas en Rendova, en el archipiélago de Nueva Georgia. En menos de un mes tres de los seis componentes de la escolta de Yamamoto habían muerto, otro había desaparecido en combate y un quinto había sido herido de gravedad.
El sexto era Shoichi Sugita, de 18 años, que también fue derribado no mucho tiempo después, en agosto de 1943. Su avión se incendió y él resultó gravemente herido. En marzo de 1944, ascendido a suboficial de 2ª, regresó al servicio y fue destinado al 263º Grupo Aéreo en Guam. Después de los combates aéreos de junio de 1944 en las Marianas, en los que las fuerzas aeronavales japonesas fueron diezmadas por la aviación estadounidense, los restos del 263º Grupo Aéreo fueron enviados a las Filipinas y combinados con el 201º Grupo Aéreo. Allí se formó el primer cuerpo Kamikaze por iniciativa del vicealmirante Takijiro Onishi. Sugita se presentó voluntario para la unidad suicida pero fue rechazado. En enero de 1945 regresó a Japón destinado al 343º Grupo Aéreo del mítico capitán Minoru Genda. En abril murió al ser derribado sobre el campo de aviación de Kanoya, en Kyushu, pilotando un Kawanishi N1K.
El capitán Ushie Sugimoto murió en combate el 12 de junio de 1945 en algún lugar de la región del Monte Pinatubo, en Luzón. Por entonces era el comandante de la 26ª Flotilla Aérea, aunque ya no le quedaban aviones ni pilotos a los que mandar. Los últimos los había perdido en misiones kamikaze en el mes de enero. El resto de las unidades de la 1ª Flota Aérea se habían retirado a Formosa, pero Sugimoto se había negado a abandonar las Filipinas, y al frente de un grupo de mecánicos y personal de tierra murió tratando de resistir al avance estadounidense.
Kenji Yanagiya se había quedado manco, pero eso fue lo que le permitió ser el único piloto de la escolta de Yamamoto que sobrevivió a la guerra. En junio de 1943 le evacuaron a Japón gravemente herido (aparte de la mano, había sido alcanzado en una pierna). Con el tiempo logró recuperarse lo suficiente como para convertirse en instructor de nuevos pilotos. Al terminar la guerra vivió en el anonimato hasta que en la década de los 70 un escritor japonés dio con él y le convenció para contar su historia. En abril de 1988 Yanagiya visitó el Museo Nacional de la Guerra del Pacífico de Fredericksburg, en Texas, y allí conoció personalmente a algunos de los pilotos de los P-38 a los que se había enfrentado cuando escoltaba a Yamamoto. Murió en Tokio en febrero de 2008, a los 89 años.
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