Cigarrillos Volveré

En marzo de 1942, con las fuerzas filipino-estadounidenses en Luzón acorraladas por los invasores japoneses en la península de Batán y sin esperanza de recibir refuerzos, el general Douglas MacArthur recibió la orden del presidente Roosevelt de abandonar las Filipinas y trasladarse a Melbourne. En un principio, MacArthur se opuso a la orden, incluso cuando el propio presidente filipino, Manuel Quezón, había salido ya del país. Tras muchas protestas, al fin MacArthur aceptó huir acompañado de su mujer, su hijo de cuatro años y un pequeño grupo de oficiales y ayudantes de confianza. El 11 de marzo una lancha torpedera zarpó de Corregidor, burló la vigilancia japonesa y le trasladó a Mindanao. Allí subió en un B-17 en el que llegó finalmente a Australia. El 20 de marzo, tres días después de su llegada al país, pronunció un discurso en Terowie, Australia Meridional, que se haría famoso por una frase: "Salí de Batán y volveré". Su promesa de regresar a las Filipinas ("I Shall Return") se convirtió gracias a la prensa en uno de los lemas propagandísticos más populares de la guerra.

En agosto de 1943 el coronel Courtney Whitney, un oficial de inteligencia destinado en el cuartel general de MacArthur en Australia, propuso utilizar la ya famosa frase del general en distintos productos de uso común y distribuirlos clandestinamente entre la población filipina. Pocas cosas eran tan populares y se compartían tan habitualmente como los cigarrillos, así que las cajetillas de tabaco y las cajas de cerillas eran un medio ideal para hacer llegar el mensaje a los filipinos. La Oficina de Información de Guerra aprobó la idea y se dirigió a la Larus Bro. Tobacco Company, fabricante de la marca Chelsea, que al comienzo de la guerra se había hecho con el contrato para suministrar los paquetes de cigarrillos que se incluían en las raciones de campaña. Para mantener el secreto, la tabaquera reservó un ala de su fábrica en Richmond, Virginia, donde se empaquetaban los cigarrillos destinados a las Filipinas. Se trataba de pequeños paquetes de cuatro cigarrillos en los que aparecían las banderas de Estados Unidos y las Filipinas, una reproducción de la firma del general MacArthur, y el famoso slogan "I Shall Return".

Los cigarrillos "Volveré" y las cajas de fósforos se introducían tras las líneas enemigas lanzándolos durante la noche desde bombarderos B-24 "Liberator" o transportados en los submarinos con los que se abastecía a la guerrilla filipina. Más tarde, los guerrilleros se ocupaban de distribuirlos entre la población.

Es difícil saber el efecto que tuvo la campaña propagandística. Es posible que aquellos pequeños paquetes de cigarrillos ayudasen a mantener viva la esperanza del pueblo filipino en la liberación recordándoles la promesa del general MacArthur. Hoy se han convertido en objetos de colección. Difíciles de conseguir y muy cotizados, por cierto.

Foto:
http://www.forties.net/Fortiesdecade.html


4 comentarios:

  1. Todo un objeto valioso para coleccionistas. Para fumadores no, porque el tabaco estará ya algo rancio.
    Un saludo.

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  2. Pues sí, a estas alturas casi mejor dejarlo sin abrir, que además seguro que se paga mejor.
    Un saludo, Cayetano.

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  3. Seguro que Schwarzenneger los pondria de moda otra vez allá por los '90...

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  4. Sí, aunque la frase original de Schwarzenneger era "I'll be back", no "I shall return".
    Tampoco habría estado mal "Cigarrillos Sayonara Baby". Un claro mensaje dirigido a los ocupantes japoneses.
    Un saludo, Tofolo.

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